ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

Exilio de Champions por el virus

Las restriccio­nes por la pandemia vuelven a alterar el desarrollo del fútbol europeo

- JAVIER ASPRÓN

La tercera ola de la pandemia del coronaviru­s, y en especial la virulencia con la que ha atacado la llamada cepa británica, vuelve a entorpecer el normal desarrollo del fútbol europeo. El nuevo repunte coincide con el regreso de las eliminator­ias de la Champions (octavos) y de la Europa League (dieciseisa­vos), dos competicio­nes que salvaron sus fases de grupos sin apenas incidentes y que a partir de la semana que viene se preparan para un nuevo escenario mucho más incierto. Las restriccio­nes de movilidad que empiezan a imponer los distintos países han obligado ya a cambiar la ubicación de cinco partidos, pero en las próximas horas la lista se ampliará.

Reino Unido, foco de la nueva cepa, acapara la mayoría de líneas rojas. La llegada de sus equipos para la disputa de los partidos supone ahora el gran problema a enfrentar, pues la mayoría de países ha puesto prohibicio­nes a los vuelos procedente­s de las Islas. Así, de los siete equipos ingleses que aún quedan en liza entre Champions y Europa League, solo uno, el Leicester, tiene permiso para jugar ante el Slavia de Praga en territorio checo. El resto ha obligado a sus rivales a encontrar un lugar donde sí se les permita acceder.

En Champions, los alemanes Leipzig y Borussia Monchengla­dbach trasladará­n sus respectivo­s duelos ante Liverpool y Manchester City al Puskas Arena de Budapest (16 y 24 de febrero), mientras que el Atlético aún debe comunicar la ciudad que acogerá su enfrentami­ento ante el Chelsea (23 de febrero). El equipo rojiblanco, que informó de sus intencione­s a la UEFA el pasado lunes, esperó hasta el último momento una decisión favorable del Gobierno español para que el partido se pudiese jugar en el Metropolit­ano, pero la decisión del Consejo de Ministros de ampliar las restriccio­nes al Reino Unido hasta el 2 de marzo echó por tierra cualquier posibilida­d. Sin opciones tampoco de jugar en Portugal o Francia, naciones que mantienen las mismas restriccio­nes que España sobre los vuelos procedente­s de Inglaterra, el club rojiblanco se decanta ahora por exiliarse en Bucarest. Allí, en su estadio Nacional, levantó la Europa League de 2012. La otra opción que maneja es Italia.

También la Real Sociedad ha tenido que buscar acomodo en otro país para su partido de Europa League ante el Manchester United (18 de febrero). «Una vez obtenido el permiso del gobierno italiano, el encuentro se disputará en el Juventus Stadium de Turín», anunciaba ayer el conjunto donostiarr­a a través de un comunicado. El Benfica-Arsenal, por su parte, se disputará en Roma. En este caso, la prohibició­n es doble, pues el Reino Unido tampoco acepta pasajeros procedente­s de Portugal, lo que obligará a trasladar también el partido de vuelta. Queda pendiente la resolución del WolfsbergT­ottenham.

En manos del club local

Tal y como establece el protocolo de la UEFA, correspond­e al equipo que actúa de local la organizaci­ón del partido, y por tanto depende de él garantizar que la sede donde se va a jugar está libre de restriccio­nes para el rival. También lo es de proponer una alternativ­a en un país neutral, y de no hacerlo, o si finalmente un equipo se encuentra con problemas en su viaje, la sanción sería la pérdida del encuentro por 3-0.

La presencia de aficionado­s discrecion­al y este exilio obligado para ciertos equipos cuestiona la igualdad de la presente edición del torneo, aunque de momento la UEFA ni se plantea recuperar el formato del año pasado, con una sede única para los ocho clasificad­os para cuartos.

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ATLÉTICO Los jugadores del Atlético, en una sesión en el Metropolit­ano, donde no podrán jugar contra el Chelsea

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