ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
LA DERECHA DESTRUIDA
EL 14-F podría haber tenido muchos perdedores pero en realidad sólo ha acabado con uno, la derecha constitucional. Duele, pero es así; si no se reconoce la enfermedad no se le podrá poner remedio. El independentismo ha afianzado su espacio. Y Pedro Sánchez dormirá todavía más a pierna suelta en su colchón nuevo de La Moncloa; va a tener años para gastarlo a gusto: el exministro de la pandemia acaba de ganarle Cataluña y ve que en Madrid la alternativa cada vez se le vuelve más pequeñita. La derecha ha quedado destruida en Cataluña y sus efectos serán turbulentos fuera. Hasta dentro de dos años no habrá otras elecciones, las andaluzas. Ciudadanos se hunde hasta el borde de la desaparición y el PP casadista ha fracasado con evidencia. Vox sale como ganador sólido de las urnas, tan ganador como Illa, y Abascal querrá hacer valer su posición, querrá ir de lo particular a lo general, y disputarle al PP el liderazgo de la derecha en toda España. Casado y Arrimadas están desde anoche a la intemperie, unidos en la desgracia, y por la cuenta que les tiene (incluso en términos de supervivencia personal) no les queda otro camino que fundir cuanto antes sus proyectos políticos. La derecha no volverá a gobernar mientras cuente con tres partidos, incluso quizá mientras cuentee con dos. Pero un paso después de otro.