ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

ERC liderará el secesionis­mo catalán, que sube en escaños y votos pero no alcanza el 50%

Aragonès lanza un guiño a los comunes, pero Borràs se aferra a un tripartito con la CUP

- DANIEL TERCERO

Uno de los objetivos de los partidos independen­tistas era superar la barrera del 50 por ciento del voto popular en las elecciones de este domingo y, al cierre de la edición con el 98,94 por ciento del voto escrutado, no se consiguió. La suma del voto de ERC, Junts y la CUP –los tres partidos secesionis­tas que obtuvieron representa­ción en el nuevo Parlamento de Cataluña– se quedó a las puertas: 48,1 por ciento.

Sin embargo, subió el apoyo a estos partidos, respecto a la cita de 2017, cuando se quedaron con un respaldo del 47,5 por ciento de los catalanes y 70 escaños. Desde ayer, este ‘tripartito independen­tista’, que gobierna Cataluña de una manera u otra, contará con el apoyo de 74 escaños de los 135.

El intento de llegar a la Cámara autonómica catalana del PDECat, lo que quedaba de Convergènc­ia Democràtic­a de Catalunya (CDC), sumaría algo más de dos puntos y medio de voto popular a la causa independen­tista, pero no consiguió representa­ción, por lo que, en el mejor de los casos, fue un voto ‘ robado’ a Junts. Si se suma al PDECat, el secesionis­mo llegaría a uno de sus objetivos: 50,82 por ciento.

Pero todo esto son cifras, números, porcentaje­s y argumentos para los análisis que empezarán a hacerse en las direccione­s de los partidos, desde hoy mismo. Lo relevante en el campo del independen­tismo es que, por primera vez, este ámbito lo liderará ERC en el Parlamento autonómico.

Amnistía y referéndum

Pere Aragonès (ERC), a la sombra siempre de Oriol Junqueras, venció a Laura Borràs, candidata de Junts, que, a su vez, se proyectó bajo el paraguas de Carles Puigdemont. Por primera vez, una formación de izquierdas tendrá las riendas de un movimiento germinado bajo 23 años de ‘pujolismo’ y que Artur Mas, primero, y Puigdemont, después, convirtier­on en corriente populista para llevar a cabo dos consultas ilegales sobre la secesión de Cataluña, en 2014 y 2017.

ERC, segundo tras el PSC, empatados a escaños (33) pero con más voto popular socialista, tendrá ahora que enfrentars­e a su primera prueba de fuego: pactar teniendo la iniciativa. Hasta la fecha, el partido secesionis­ta que ganaba en este ámbito se quedaba con la presidenci­a de la Generalita­t y el segundo, con la presidenci­a del Parlamento autonómico.

Aragonès tendrá ahora la posibilida­d de suceder a Josep Tarradella­s, último presidente de ERC de la Generalita­t, que lo fue durante el exilio desde 1954, tras la restauraci­ón de la democracia en 1978 y hasta 1980 cuando le sucedió Jordi Pujol tras las primeras elecciones autonómica­s en Cataluña bajo la legalidad de la Constituci­ón y el Estatuto, aunque en las filas de Junqueras gusta más mentar a Lluís Companys y Francesc Macià.

ERC sube un escaño y supera su mejor marca, que eran los 32 escaños de 2017. Pese al descenso en la participac­ión, ERC mantiene el apoyo porcentual prácticame­nte intacto: 21,33 por ciento, solo 0,05 por ciento menos que hace cuatro años. Es decir, la abstención, por encima de los 25 puntos porcentual­es, no habría afectado a los de Aragonès y esta sería una de las claves de su victoria en el ámbito independen­tista catalán.

Para Aragonès, anoche, en su primer discurso tras la cita electoral, reclamó un «gobierno amplio» que aúne independen­tistas e izquierdis­tas. «El resultado es inapelable. Hay una clara mayoría de diputados independen­tistas y de izquierdas para hacer posible la amnistía y la autodeterm­ianción y hacerlo desde la izquierda » , señaló el candidato de ERC, que añadió su voluntad de presentars­e a la investidur­a sumando además de a Junts y la CUP, también a los comunes. Una opción que desde En Comú Podem descartaro­n durante la campaña y, también, anoche mismo, Jéssica Albiach recordó exigiendo a Aragonès un gobierno tripartito con el PSC.

Tripartito ‘indepe’

Así, ERC y Junts suman 65 escaños, uno menos que los conseguido­s en 2017, pero la CUP, que respaldó la presidenci­a de Quim Torra, ya en 2018 y tras el intento frustrado de investir telemática­mente a Puigdemont, fugado en Bélgica de la Justicia española, tendrá 9 representa­ntes en el nuevo Parlamento autonómico, cinco más que en los anteriores comicios, por lo que compensa la pérdida de la suma de ERC y Junts. En total, 74 escaños. Una mayoría sólida, superando en 6 asientos la absoluta, fijado en 68 escaños.

Así lo interpretó Torra, que en un mensaje desde su cuenta de Twitter, pasadas las 23.00 horas, apuntó que «la ciudadanía ha hablado y hay que escuchar su mandato: histórica victoria independen­tista». Añadió un ruego: «Pido a ERC, Junts y la CUP, más que nunca concretar un horizonte y encarrilar un proyecto de unidad independen­tista » . Y felicitó a los tres grupos: «Enhorabuen­a a los tres por los resultados. ¡Viva Cataluña libre!».

Igualmente, Puigdemont y Borràs se manifestar­on en la misma dirección. La candidata recordó que «el independen­tismo ha ganado en votos y escaños, reclamó que, si es por ella, «tendremos un gobierno y un Parlament independen­tista fuertes» y advirtió que «hoy, Cataluña es más independen­tista que nunca y, por lo tanto, hemos de ir más lejos que nunca».

Si para ERC, las elecciones del 14-F suponen ‘ hacerse mayor’, para Junts, aunque se deshizo de la herencia de CDC tras la ruptura del PDECat, servirán para ver el recorrido de una formación acostumbra­da a liderar coalicione­s y gobiernos, ahora al rebufo de ERC. Borràs se aleja de la presidenci­a

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