ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

«Mi idea es dejar huella en Sevilla, no pasar desapercib­ido»

- JAIME PAREJO

Alejandro Darío Gómez (Buenos Aires, 1988) ha sido el fichaje más ilusionant­e del invierno en LaLiga, y el sevillismo espera que su magia decante partidos, sobre todo en noches como la de hoy ante el Borussia Dortmund. Según sus propias palabras en esta entrevista en ABC, por él no va a quedar. —¿Qué tal sus primeras semanas en Sevilla?

—Son muy positivas. Aparte de lo futbolísti­co, donde más no puedo pedir porque he jugado cuatro partidos (tres de ellos de titular) y hemos ganado los cuatro. Me voy encontrand­o físicament­e mejor, estuve un mes sin jugar y entrenándo­me con el segundo equipo del Atalanta. Las sensacione­s son buenísimas. Además, estamos conociendo la ciudad y adaptándon­os toda la familia. Tenga en cuenta que no es fácil un cambio así, en enero, porque los niños cambian de amigos, de colegio… Es todo una revolución.

—El vestuario tiene fama de poner las cosas fáciles.

—Es un grupo espectacul­ar. Me han recibido muy bien, llevo menos de un mes y parece que llevara un año. Me hicieron partícipe desde el primer día, al margen de los argentinos. Todos los chicos me han recibido muy bien. —No era difícil para usted caer bien por su carácter, ¿no?

—Es un lindo halago que me digan eso. Trato de ser sencillo, humilde y pasarlo bien.

—El que parece que no tiene problemas es el equipo.

—Ya lo había visto en la pasada Liga Europa y se veía que había muy buen equipo. Esta temporada sigue con ese ritmo, no para, tiene una mentalidad ganadora importante, no afloja nunca y eso se ve. Estar en tres competicio­nes y pasar página rápido del partido anterior no es fácil, olvidarte de la victoria lograda, pero eso el equipo lo hace muy bien. Se concentra bien en el próximo partido. Siempre nos gustaría jugar bien, pero el equipo sigue ganando, y eso es lo importante.

—¿Qué le dice o le pide Lopetegui? —Obviamente me conocía en lo futbolísti­co. Lo que quería de mí era ver el sacrificio, la humildad y la intensidad. Le dije que no iba a haber ningún problema con eso porque yo venía haciéndolo en el Atalanta, era cuestión de ir cogiendo ritmo de partidos. Es un muy buen técnico.

—No creo que le influ- ya tanto ya como Si- meone. —Al Cholo lo tuve en San n Lorenzo y para mí fue e importantí­simo, porque e yo era un poco vago, un poco rebelde, jugaba en otra posición… Él trajo sus ideas de Europa y me hizo crecer muchísimo. Además lo tuve también en el Catania, en otra etapa, donde jugué siempre y ambos crecimos.

—Llega el Borussia Dortmund, un rival complicado, pero con problemas. —El Dortmund viene desde hace años haciendo las cosas bien en la Bundesliga, siempre pelea en la Champions y saca muy buenos jugadores. Va a ser un partido durísimo. La Champions te lleva a eso, es la competició­n más difícil que hay. Tenemos dos partidos, así que hay que ser inteligent­es y sacar un buen resultado en casa. —¿Cuál fue su mejor etapa?

—Hay etapas y momentos que te van marcando la carrera. Una de las primeras fue la Copa Sudamerica­na con Arsenal de Sarandí, un club muy pequeño de Argentina. Pudimos ganarle al América a doble partido, con la vuelta ante casi 100.000 personas en el estadio Azteca. Yo tenía 19 años en aquel momento y marqué dos goles ese día. Ganamos 3-2 y es una de esas cosas que te marcan para siempre y te encaminan un poco. Pero también hay momentos malos, como mi etapa en Ucrania, un paso muy desafortun­ado por todo lo que pasó, que fue muy fuerte y que te hace valorar otras cosas. Y, sin duda, me acuerdo de la etapa en el Atalanta, donde pasamos de ser un equipo que luchaba por evitar el descenso a ser uno de los mejores de Italia y de Europa.

—Lo de Ucrania fue muy duro, ¿no? —Recuerdo que estábamos en Austria de pretempora­da con el club y mi familia estaba en Argentina. Nos íbamos a encontrar en Ucrania porque arrancaba el campeonato, y resulta que con un mortero derribaron un avión muy cerca de mi ciudad. Ahí dije ‘no, no vuelvo’. Mi mujer tenía que volar de Argentina a Ucrania… una locura. Desde Austria me fui para Argentina y no volví nunca más.

—De lo que sí tiene muy buenos recuerdos es del Arsenal de Sarandí. —Recuerdo que debuté en 2005 con 17 años en el club y estuve alternando unos dos años entre titularida­d y suplencia. En la Copa Sudamerica­na que hicimos mención antes estaba jugando de titular Leo Biagini, que jugó aquí en España (en Atlético y Mallorca, entre otros), me encantaba como jugaba y teníamos muy buena relación. En la semifinal, que jugamos contra River Plate, el técnico decidió ponerlo a él de titular en la ida y en la vuelta. Se lesionó y no pudo jugar la final. Y entonces yo pienso ‘cómo es el destino que, si él no se lesiona, yo no habría jugado esa final ni hubierabie­ra marcadomar­cad los dos goles en el Azteteca’. Ahí, mi carrera desppega. Gracias a Leo Biaginni, que se lesionó (se ríe). — ¿ Disfruta más usted marcando m o asistiendo? — Toda la vida disfruté más asistiendo, as nunca fui mucho de marcar. Aunque he superado los 100 goles siempre disfruté de un buen pase.

—Ni le he mencionado el famoso baile del Papu. Estará ya cansado… —Saturado, pero entiendo que aquí es algo nuevo. En Italia fue furor, pasaban más la canción en un cumpleaños infantil que alguna de los cantajuego­s. —Sabe que el vídeo supera los 45 millones de reproducci­ones en Youtube y los 14 millones en Spotify.

—Yo tengo en mi casa un disco de oro y un disco de platino. Siempre lo he dicho, no he ganado un Balón de Oro, pero sí tengo un disco de oro.

—¿Qué reto tiene en el Sevilla?

—Me gusta estar en los lugares un tiempo, dejar mi huella, no pasar desapercib­ido y lograr algo importante.

«Yo era un poco vago y rebelde y Simeone fue importantí­simo

para mí, me hizo crecer muchísimo»

21.00 h. Movistar Liga de Campeones

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