ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

Los demócratas ponen en marcha la mayor amnistía de indocument­ados

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La reforma de Biden prevé legalizar a 11 millones de sin papeles, aunque su mayoría en el Capitolio es ajustada y apenas le da margen de maniobra

La ambiciosa reforma migratoria de Joe Biden, con una amnistía prevista para 11 millones de indocument­ados, ha comenzado a andar en el Capitolio, donde los demócratas tienen una ajustada mayoría en las dos cámaras que les facilita la tramitació­n de sus proyectos de ley. Si triunfa este proyecto presentado ayer a pesar de que el Gobierno federal cerró por una tormenta de hielo en Washington, será la primera gran modificaci­ón de las leyes migratoria­s en 35 años, y ha sido presentada como uno de los primeros grandes proyectos de la nueva era política, sólo por detrás del paquete de estímulo para remediar el daño económico de la pandemia.

La propuesta lleva por nombre ‘Ley de ciudadanía de EE.UU. de 2021’ y la presentaro­n ayer el senador Bob Menéndez y la diputada Linda Sánchez, ambos demócratas. Además de una serie de ambiciosas reformas al sistema de entrada, residencia y trabajo, incluye cambios terminológ­icos y prescinde de las palabras ‘extranjero­s ilegales’ (en inglés, ‘illegal aliens’), cambiadas por ‘no ciudadanos’ (’non citizens’). Según dijo el senador Menéndez, él mismo descendien­te de inmigrante­s, «tenemos el imperativo económico y moral de aprobar una reforma migratoria ambiciosa, e incluso audaz». Menéndez describió los años de Trump en materia migratoria como «un horroroso espectácul­o de odio».

La propuesta es un calco de las promesas de Biden en campaña. El proceso ahora es como sigue: las dos cámaras del Capitolio tramitan la ley, la aprueban y la envían a Biden para que la ratifique. Por eso es tan importante que el mismo partido controle la Casa Blanca, el Senado y la Cámara de Representa­ntes.

Pocos votos a favor

Los demócratas ya lograron aprobar la reforma sanitaria de Barack Obama (‘Obamacare’) cuando se hallaban en la misma situación en 2010. En teoría los republican­os podrían bloquearla ‘sine die’ al prolongar el debate eternament­e, algo que se conoce como ‘filibuster­ismo’, pero los demócratas tienen recursos parar sortear ese boicot y forzar el voto por mayoría simple. Eso sí, se requiere que todos los demócratas voten en el mismo sentido, algo que no está seguro, pues muchos consideran la ley una amnistía en toda regla.

La última amnistía tuvo lugar hace 35 años y la aprobó Ronald Reagan, quien legalizó a tres millones de indocument­ados que entonces había en

EE.UU. Hoy esa cifra es de 11 millones, y se mantiene estable desde hace aproximada­mente una década.

La propuesta de ley les permitirá obtener la residencia legal a quienes se hallaran en EE.UU. sin visado en regla antes del 1 de enero de 2021. En general tendrán el permiso de residencia (‘green card’) ocho años antes de poder optar a la ciudadanía.

Hay excepcione­s. Los trabajador­es del campo, los colectivos protegidos por persecució­n en su país y los que llegaron a EE.UU. siendo menores de edad (los llamados ‘dreamers’) podrían optar a la ciudadanía tras solo tres años. El plazo reglado para quienes logran la residencia permanente por vías legales es de cinco años.

Para el senador republican­o Marco Rubio este plan es inaceptabl­e. «Antes de ocuparnos de temas migratorio­s, debemos lidiar con la pandemia de Covid-19, debemos asegurarno­s de que todos tengan la oportunida­d de encontrar un buen trabajo y enfrentar la amenaza que representa China. EE.UU. siempre debería darle la bienvenida a los inmigrante­s que quieran convertirs­e en americanos. Pero necesitamo­s leyes que decidan quién y cuántas personas pueden venir a este país, esas leyes deben ser seguidas y

Reagan, el último

Fue el presidente republican­o de hace 35 años quien aprobó la más reciente amnistía

La incógnita venezolana

A Biden le queda por decidir si otorga a los venezolano­s el estatus de colectivo protegido, algo que les permitiría a los huidos del régimen chavista beneficiar­se de estas reformas. Los republican­os han apoyado la idea de ampliar a esa nacionalid­ad las proteccion­es de asilo y Trump la estuvo estudiando, pero tras frenar las deportacio­nes de venezolano­s en sus últimas horas en el cargo, no tomó una decisión firme. Muchos de esos venezolano­s se encuentran con que sus pasaportes han caducado pero el régimen de Nicolás Maduro les impide el regreso y la renovación de sus papeles.

Los demócratas ya intentaron aprobar una reforma migratoria en 2013, bajo la tutela de Obama, y el Senado, donde eran mayoría entonces, la aprobó. Pero después el proyecto de ley murió en la Cámara de Representa­ntes. A partir de 2017, Trump centró su política migratoria en la disuasión en la frontera: devolucion­es en caliente, separación de familias y construcci­ón del muro fronterizo.

En sus primeras dos semanas en la presidenci­a, Biden firmó nueve decretos relacionad­os con la reforma migratoria para deshacer el legado de Trump. Horas después de jurar el car

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