ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
La ministra de Educación hace estallar la tormenta del islamo-izquierdismo
La ministra de Educación Frédérique Vidal ha provocado una tormenta político cultural, pidiendo un informe oficial sobre la implantación del islamo izquierdismo en las universidades francesas. Según los sondeos, entre un 70 y un 90 % de los franceses estiman que el islamo-izquierdismo tiene una «influencia creciente» en la universidad. Islamo-izquierdismo es un término para nombrar a políticos, activistas o intelectuales que coquetean con el islamismo, desde las posiciones tradicionales de la izquierda radical.
El primero en denunciar los estragos del islamo-izquierdismo fue Manuel
Valls, en sus tiempos de ministro del Interior socialista. En esa estela, Jean-Michel Blanquer, ministro de Educación, comenzó a denunciar, hace meses, el crecimiento del islamo-izquierdismo entre los sindicatos de estudiantes. Haciéndose eco de un sentimiento creciente, entre la opinión pública, Vidal anunció el fin de semana pasado que había pedido un informe oficial, para «evaluar» el alcance del islamo-izquierdismo universitario. Esto ha precipitado una tormenta. Las izquierdas piden su cabeza política. A través de un portavoz, Macron evita defender a su ministra. El griterío de unos y otros parece subrayar la gravedad inflamable del problema de fondo: una cohabitación conflictiva en el corazón del modelo universitario nacional. venciones públicas de actores y actrices que se consideran víctimas de muy distintos abusos
En la escena literaria, el libro auto editado de Gabriel Matzneff, defendiendo su pedofilia, y libros todavía recientes de Emmanuel Carrère y Rafael Enthoven, contando intimidades sexuales de esposas y compañeras de cama, lleva varios meses alimentando la veta más ‘porno soft’ de la nueva ‘literatura testimonial’, descendiendo más abajo del ombligo.
Ayer, la Policía judicial anunció la apertura de una investigación contra Patrick Poivre d’Arvor (PPDA), una de las estrellas históricas y populares de la televisión francesa, perseguido judicialmente por acoso, abuso y violación. «Un seísmo para el mundo de la televisión francesa», comentan varias cadenas de radio.
Todos esos escándalos tienen orígenes corporativos, que los distintos gremios intentan sofocar. A la derecha, Los Republicanos no quiere saber nada de la condena de una antigua figura importante del centro-derecha, Georges Tron. A la izquierda, el PS intenta evitar que se recuerde que Olivier Duhamel, el ultrafamoso e influyente pedófilo, fue uno de los grandes pensadores del «socialismo caviar» francés.