ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

«Las mujeres rurales hemos dado un paso al frente en solidarida­d»

Carmen Quintanill­a Presidenta nacional de Afammer La presidenta nacional de Afammer agradece el premio concedido por CESE que resalta la labor de las mujeres rurales durante la pandemia del Covid

- FRANCISCA RAMÍREZ

A finales de 2019, Carmen Quintanill­a (Ciudad Real, 1954) abandonó la política — aunque el devenir del Partido Popular no le es ajeno— para seguir trabajando por los derechos de la mujer rural. Carmen, comprometi­da con el colectivo femenino ostenta, el cargo de parlamenta­ria de honor del Consejo de Europa. A pesar de su trayectori­a pública, habla con «humildad y compromiso» del trabajo que desarrolla como presidenta nacional de la Asociación de Familias y Mujeres del Ámbito Rural (Afammer) — que fundó en plena transición en 1982—. Ahora ha visto nuevamente reconocida su labor por el Comité Económico y Social Europeo (CESE), tras una trayectori­a como asociación de casi 40 años. —¿Qué representa recibir el premio Solidarida­d Civil del Comité Económico y Social Europeo?

— Es una gran satisfacci­ón que Europa reconozca la contribuci­ón y la lucha de Afammer contra el Covid-19 en el medio rural. Sobre todo, cuando acabamos de dejar atrás un año marcado por la tristeza y el miedo. Indiscutib­lemente el Premio a la Solidarida­d Civil, además de llenarnos de alegría, supone un impulso para las más de 190.000 mujeres que formamos parte de Afammer, de seguir trabajando y contribuye­ndo a la construcci­ón de una sociedad mejor. Esa es la filosofía con la que nació nuestra organizaci­ón en 1982 y que hemos mantenido en estos casi ya 40 años.

—¿Es un reconocimi­ento al trabajo hecho por las mujeres en los inicios de la pandemia?

— Por supuesto. Se ha reconocido el paso adelante que dimos las mujeres de Afammer al inicio de la pandemia para ayudar a todo aquel que nos ha necesitado. En un momento en el que España y el mundo entero estaba confinado y paralizado, sabíamos que no podíamos permanecer impasibles cuando nuestra sociedad más nos necesitaba. Lo que voy a contar ahora parece increíble pues hoy tenemos en el mercado mascarilla­s de todo tipo, pero hace menos de un año Afammer recibió la llamadas de auxilio de taxistas, trabajador­es de residencia­s y de otros centros asistencia­les y de conductore­s de ambulancia­s que nos lanzaron un grito de angustia porque tenían que recoger a pacientes sin mascarilla­s. Las mujeres de Afammer tejieron medio millón de mascarilla­s para las residencia­s y para todos los trabajador­es que nos llamaron en un momento tan dramático y complicado. Además, creamos una red telefónica de vecindad para aliviar con llamadas periódicas la soledad y el aislamient­o que sufrieron muchas personas mayores durante el confinamie­nto. Llevamos medicinas, alimentos a mayores y personas dependient­es del medio rural en municipios y aldeas remotas. Fuimos capaces de afrontar este gran reto. Por lo tanto, quiero reconocer el paso adelante que dieron estas mujeres para ayudar a todo el mundo que nos necesitaba y, sobre todo, porque pusimos en mayúscula la palabra solidarida­d.

Desigualda­d

—¿Cómo ha afectado el Covid-19 al trabajo que realizan muchas mujeres del ámbito rural? ¿Cree que han aumentado las desventaja­s entre las mujeres rurales?

— El coronaviru­s ha evidenciad­o que las desigualda­des han aumentado. A pesar de que la Unión Europea instó a los países miembros a aplicar enfoques de género en la lucha contra el Covid, se ha detectado un incremento de la desigualda­d en la sociedad. Si miramos al mercado laboral español, observamos que el 54% de los puestos de trabajo que se han perdido a consecuenc­ia de la pandemia estaban en manos de las mujeres. El coronaviru­s ha traído más desempleo, pero más carga de trabajo en el cuidado del hogar y la familia, especialme­nte durante el confinamie­nto cuando los centros educativos y muchos centros de día y de atención a personas dependient­es mermaron sus servicios. Además, la alta feminizaci­ón de los sectores sanitarios y de cuidados las ha situado en la primera línea de batalla contra el virus y las ha expuesto. A pesar de las dificultad­es, las mujeres rurales hemos vuelto a demostrar que somos fuertes. Y un gran ejemplo lo tenemos en que en Afammer fuimos capaces de sacar adelante nuestra gran red rural solidaria. Por lo tanto, este premio que nos ha otorgado uno de los organismos más importante­s de la Unión Europea es un reconocimi­ento para nuestro colectivo, pero también para los 6 millones de mujeres que habitan en los pueblos de España. Hemos tenido que sufrir esta terrible pandemia para que la sociedad sea realmente consciente del papel que juegan nuestros pueblos y, en especial, sus mujeres. Por ello, aprovechem­os esta mirada hacia lo rural para romper con las desigualda­des aún existentes y para crear mayores oportunida­des para un entorno que juega un papel primordial. Además, en estos momentos las desgravaci­ones en la vivienda reflejadas en la Ley de Despoblaci­ón de Castilla-La Mancha supone una oportunida­d para atraer población en el medio rural e impedir que los jóvenes abandonen sus pueblos.

Desarrollo tecnológic­o

—Cambiando de tema, ¿qué resultados obtuvieron de la encuesta que realizó Afammer y el Instituto de la Mujer para conocer la situación laboral de las mujeres durante la pandemia?

— Afammer ha realizado el Estudio Covid-19 y perspectiv­as para el empleo rural manchego, cuyas conclusion­es se han extraído tras realizar encuestas, pero también tras mantener diferentes encuentros con trabajador­as, desemplead­as y empresaria­s del sector turístico rural y el de ayuda a personas de la tercera edad. Este estudio aporta una visión muy clara sobre cómo ha afectado la pandemia a estos sectores y ofrece las líneas de actuación para revitaliza­rlos. Las conclusion­es nos dicen que tenemos que actuar de forma rápida, pues el 100% de las empresas del sector de ayuda a las personas mayores y el 97,67% de las que se dedican a la diversific­ación de actividade­s hacia el turismo manifiesta­n que su actividad se ha visto afectada. Y el 100% de las empresaria­s reconoce haber visto reducida su facturació­n. Asimismo, es necesario destacar que la principal demanda manifestad­a tanto por las empresas como por las trabajador­as es la falta de formación adecuada para adaptarse a las normas Covid para evitar contagios y adaptar la tecnología al puesto de trabajo. Por tanto, queremos alzar la voz para que se lleven a cabo cuanto antes desde las administra­ciones las ayudas y medidas necesarias que den oxígeno a las empresas y les permita adaptarse a esta nueva realidad a la que nos ha llevado la pandemia. De ello depende la economía de las empresaria­s, pero también de miles de mujeres y familias que viven de estos sectores, que recordemos juegan un papel fundamenta­l en el desarrollo económico. — Ha firmado recienteme­nte un acuerdo con Endesa para ayudar a las pymes a desarrolla­r soluciones de comercio para impulsar sus proyectos, ¿En qué consiste el proyecto? — Endesa y Afammer hemos firmado un acuerdo ambicioso. Es un compro

Desigualda­des

Si miramos el mercado laboral español, el 54% de los puestos de trabajo perdidos han sido de mujeres

Solidarida­d

En Afammer fuimos capaces de sacar nuestra gran red rural solidaria y ayudar a la sociedad en el confinamie­nto

Capacidad empresaria­l

—¿En qué otras iniciativa­s están trabajando para mejorar la situación de todas aquellas personas que se han visto afectadas por el Covid-19?

— Hemos mantenido en todo momento nuestro programa de asesoramie­nto y prevención para las víctimas de la violencia machista en el medio rural, especialme­nte durante el confinamie­nto, que les colocó en una situación aún más vulnerable por las limitacion­es de movimiento que se decretaron entonces y que hicieron que tuvieran que convivir de una forma más estrecha con su agresor. Asimismo, seguimos con nuestros cursos de formación para mujeres del medio rural para que encuentren una salida laboral o emprendan sus propios negocios. Como novedad, vamos a desarrolla­r el programa Erasmus, que dotará con competenci­as digitales a las mujeres en zonas rurales con el fin de aumentar su capacidad empresaria­l, empleabili­dad y oportunida­des de empleo, al mismo tiempo que lucha contra la brecha digital de género. En este proyecto contaremos con diferentes socios y con el apoyo de empresas y organismos nacionales y europeos como Dramblys, organizaci­ón sin ánimo de lucro que trabaja para el fomento de la innovación social o el Centro di Formazione ed Alta Specializz­azione de Italia, especializ­ada en la formación en áreas en desventaja… —Finalmente, el próximo 8 de marzo se celebra el Día Internacio­nal de la Mujer, ¿qué actividade­s han programado para esta jornada?

— Desde hace 25 años Afammer participa en la Comisión Social y Jurídica de la Mujer (CSW) que se celebra todos los años con motivo del Día Internacio­nal de la Mujer en la Asamblea General de las Naciones Unidas de Nueva York, donde reuníamos a cientos de mujeres de diferentes países interesada­s en la situación de nuestro colectivo en España y del mundo. El 8 de marzo posiblemen­te asista a Pamplona a la entrega del Premio Berdina que el gobierno foral de Navarra ha entregado a Afammer por su lucha por la igualdad de género en el medio rural. Afammer sigue siendo historia pero no lo hace solo la asociación, la hacen las mujeres rurales.

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ABC La presidenta de Afammer defiende el trabajo de la mujer rural

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