ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
El presidente del patronato se va tras el dedazo de Duque
El PP pedirá que el ministro explique en el Congreso los cambios que la Fecyt ha sufrido en su organigrama
El nombramiento de la jefa de gabinete del ministro Pedro Duque, la periodista Imma Aguilar, como directora general de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt) en detrimento de una científica hizo que se movieran los cimientos de la institución. Más concretamente, los del patronato, que es el órgano de gobierno de la entidad.
Como se puede apreciar en la página web de la Fecyt, una fundación pública que depende del Ministerio de Ciencia e Innovación, el mismo día que se oficializó la llegada de Aguilar también cambió otra figura importante en el organigrama: el presidente del patronato. Hasta primera hora del pasado miércoles, este puesto lo ostentaba, por razón de su cargo, Rafael Rodrigo, el secretario general de Investigación del ministerio y físico de formación. No obstante, al final del día, la responsabilidad ya estaba en manos de Teresa Riesgo, la secretaria general de Innovación en el ministerio y, hasta ese momento, vicepresidenta segunda del patronato.
Este cambio, de acuerdo con los estatutos de la Fecyt, puede tener dos motivos que lo expliquen. Por un lado, pudo ser aprobado por el patronato en la misma reunión en la que ayer, tras ser cesada como jefa de gabinete del ministro, dio luz verde a que Aguilar fuera nombrada directora general de la fundación. En este caso, la salida del presidente del patronato debió quedar refrendada por dos tercios de los patronos. La otra opción que está abierta es que Rodrigo dimitiera, como apuntan algunas fuentes conocedoras del caso. Este diario ha intentado ponerse en contacto con este alto cargo para conocer las causas que propiciaron su salida del patronato de la Fecyt, sin éxito.
Este escándalo, además del terremoto provocado en el órgano de gobierno de la Fundación, también ha dejado varias réplicas que se han dejado sentir en el ministerio. Según ha podido saber ABC, no ha gustado nada que trascendiera el ‘dedazo’ del ministro Pedro Duque al colocar a la que hasta ayer era su jefa de gabinete al frente de una prestigiosa institución donde sus predecesoras en el cargo disfrutaban de un respetado expediente profesional ligado al mundo científico.
Fuera de los despachos ministeriales, la maniobra tampoco ha gustado a la oposición. El PP, según ha avanzado Pedro Navarro, su portavoz de Ciencia y Tecnología en el Congreso, pedirá a la vuelta de Semana Santa la comparecencia urgente de Duque para que explique los motivos concretos por los que ha acometido este cambio al frente de la Fecyt.
Navarro insiste en que comportamientos así no ayudan a mejorar la confianza en los políticos en una época muy complicada para los científicos marcada por el coronavirus. Y también ponen en duda la independencia de la Oficina de Asesoramiento Científico del Congreso, un departamento de apoyo en la materia para los diputados creado recientemente gracias a un convenio entre la Cámara Baja y, precisamente, la Fecyt. «Si no hay garantía de independencia, la oficina nace viciada en forma y fondo», advierte Navarro, que también considera, en conversación con ABC, que el nombramiento de Aguilar como directora general de la Fecyt «no es precisamente la mejor de las garantías».
Sin bagaje científico
La recién elegida directora general de la Fecyt respondió a través de su cuenta de Twitter a todos aquellos que critican su nombramiento por ser periodista. « Fascinada con que gente formada crea que ser científico es tener una carrera de ciencias experimentales o naturales. Y más perpleja todavía con que las humanidades y las sociales no las consideren ciencia», manifestó Aguilar que, según figura en su currículum, es licenciada en Ciencias de la Información y tiene un máster en Dirección de Comunicación.
Al calor de estas afirmaciones, es interesante revisar la experiencia de la nueva directora general de la Fecyt como investigadora, en Comunicación o cualquier otra disciplina. Con una búsqueda rápida en los principales repositorios científicos, apenas aparecen un par de trabajos firmados por Aguilar, que como figura en su hoja de servicios –publicada en la web de la institución–, ha desarrollado prácticamente la totalidad de su carrera en distintos gabinetes de comunicación ligados a la actividad política.
Su nombramiento, que vino precedido de varias semanas de rumores sobre un cambio en las altas esferas de la Fecyt, se produjo el pasado miércoles. El relevo en la dirección general de esta fundación, de carácter público y dependiente del ministerio de Ciencia, se desarrolló con total planificación, aprovechando la última jornada antes de las vacaciones de Semana Santa para que el movimiento pasara lo más desapercibido que fuera posible. El problema es que al final trascendió.
Rápida sustitución
La vicepresidenta segunda del patronato asumió el puesto del alto cargo que abandonó el órgano