«Están emocionados de recibir la vacuna en la parroquia»

Parroquia Santa Marina

Los bastones y las escaleras son una mala combinación para las personas mayores. El padre Roberto Rubio lo sabe muy bien porque cada domingo observa cómo sus fieles prefieren la rampa para acceder a su parroquia de Santa Marina en Cañaveral (Cáceres). La accesibilidad y la amplitud del templo le llevó a proponer a las autoridades sanitarias que este lugar fuese el centro de vacunación de este pueblo de apenas 1.019 habitantes. «Ha sido una experiencia fantástica porque las personas mayores han visto cómo la Iglesia ha estado y sigue estando al lado de los que más lo necesitan», asegura el padre Roberto.

Un centenar de personas fueron vacunadas en la parroquia la semana pasada con la ayuda de un médico, una enfermera y un grupo de voluntarios de Protección Civil. El amplio espacio del templo permitió organizar a los ancianos respetando la distancia de seguridad. «Conforme llegaban, los situábamos en una parte de los bancos de la Iglesia. Quien iba recibiendo la dosis pasaba a otra parte del templo para esperar por si les daba alguna reacción», explica el sacerdote. Muchas de estas personas llevan más de un año sin pisar la Iglesia debido a las restricciones sanitarias. «Para muchos de ellos fue muy emocionante poder volver después de tanto tiempo y para recibir nada menos que la vacuna».