ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Mayor movimiento en Las Tablas de Daimiel en esta Semana Santa
La asociación turística, sin embargo, admite la «incertidumbre» a corto y medio plazo
La asociación turística Tablas de Daimiel ha confirmado un mayor movimiento en esta Semana Santa. Sin embargo, sigue existiendo «incertidumbre» de cara a un futuro a corto y medio plazo. De hecho, en estas fechas el registro es de un 50% de ocupación hotelera y desciende hasta un 30% en el caso de empresas de turismo activo que trabajan en el propio parque nacional.
Estos son los datos proporcionados por el presidente de la asociación, Jesús Pozuelo, que reconoce que las posibilidades de visitantes se han visto reducidas proporcionalmente a las restricciones perimetrales, ya que «entre todos los destinos de la región tenemos que repartirnos al turista de Castilla-La Mancha». En el caso de Las Tablas de Daimiel, el perfil son familias y núcleos de convivencia, procedentes sobre todo de Guadalajara.
Pozuelo explica que a los turistas les surgen muchos interrogantes que tienen que ver con las medidas sanitarias motivadas por el coronavirus. Así pues, los grupos no han de superar las 10 personas (incluido el guía), aunque lamenta la falta de definición de la norma respecto a las casas rurales.
En todo caso, la esperanza es que «se pueda salvar algo» en los meses previos al verano, ya que cuando se recupere la movilidad absoluta y la gente pueda viajar a otros destinos estarán «los últimos de la fila». Unas circunstancias que se agravan por las 330 hectáreas encharcadas del parque nacional. « Eso nos va a afectar gravemente», intuye.
La solución pasaría por un trasvase, pero «ya llegamos tarde para los valores ambientales del ecosistema». Por tanto, el pesimismo está ganando terreno a un sector turístico en el que se juntan la pandemia y la escasez hídrica, una problemática que «callan las administraciones regionales y estatales competentes en la materia». «Esperanzas muy pocas, ilusiones muy pocas y no sabemos en qué va acabar el sector turístico. Es un futuro muy negro que arrastramos desde 2019», añade Pozuelo.