ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Bodas de oro del Torremangana
El hotel conquense cumple 50 años esta Semana Santa. Pese a que la pandemia ha hecho mella, mantiene su eslogan: «Siempre en constante renovación»
El hotel Torremangana de Cuenca cumple esta Semana Santa 50 años, medio siglo de una apuesta por el turismo. La idea surgió en 1968, cuando un grupo de emprendedores se planteó construir una infraestructura que hiciera destacar a la ciudad. El tesón de Emilio Gómez Huerta, visionario para su época, fue seguido por un grupo variopinto de inversores.
Y así, en la Semana Santa de 1971, que como este año también cayó en abril, el hotel abrió sus puertas. Con Gómez Huerta, director del establecimiento durante sus primeros años, al frente, los salones, restaurantes, bares y habitaciones han sido testigos de los avatares de 50 años de historia, cultura, arte y acontecimientos sociales de la ciudad.
La primera boda que organizó el Torremangana fue el enlace que unió a Santiago Mateo y Ana Anula, el lunes 6 de septiembre de 1971. Una fiesta memorable que llevó a Cuenca «a una bailaora muy famosa de esa época, Paola y sus gitanos».
Por supuesto, merece la pena destacar la importancia que tuvo en los orígenes Manuel Abascal Peñaranda, que se convirtió en el promotor que encabezó la iniciativa empresarial para que la misma pudiera llegar a buen fin. Abascal siempre sobresalió por el amor a su tierra y la historia de la misma y, sobre todo, por la experiencia empresarial que se había forjado en el sector hotelero a nivel nacional e internacional.
Desde sus inicios el Hotel Torremangana se convirtió en un bastión imprescindible para la promoción del turismo en y para Cuenca, siendo una de sus máximas mantener siempre la mejor calidad del servicio. De ahí uno de sus eslóganes promocionales más conocidos: «Siempre en constante renovación».
Una renovación y modernización de las instalaciones que se puede comprobar hasta en estos inciertos días en los que celebra sus bodas de oro. La pandemia ha hecho mella en el mundo de la hostelería y, en especial, en los hoteles, siendo el Torremangana, por su envergadura empresarial, uno de los mayores damnificados.
Pese a ello, y tras haber cumplido sus primeras cinco décadas de vida, se enfrenta a estos duros momentos con la certeza y el ánimo de seguir siendo el mismo referente en el sector hotelero conquense y de mantener a la altura que se merece el pabellón de la promoción turística de ciudad.