ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Amparo Martí (1934-2021)
Directora de la Sala Neblí, una de las más avanzadas del Madrid de los sesenta
EL día que alguien escriba la historia del galerismo español, tendrá que trabajar mucho la zona de posguerra, en que el sector dio un salto de gigante, ejemplificado por Juana Mordó, los Gaspar o René Métras. Me cuenta Tomás Paredes que, calladamente, como vivió estos últimos años, ha muerto en Madrid, a los ochenta y siete años, la marchand valenciana Amparo Martí. Su nombre a buen seguro no dirá nada al lector joven. Sin embargo, hubo una época, los sesenta, en que la mayoría de nuestros artistas de vanguardia ansiaban que ella se fijara en su obra, en su condición de directora de la Sala Neblí, aneja a la librería de la madrileña calle de Serrano. Sala bien acondicionada por Jaime López de Asiaín, el futuro autor del MEAC.
El contexto no puede ser más interesante. El denominador común a Neblí, Amparo Martí, y López de Asiain, es el peso que en aquella España desarrollista tenía el Opus Dei. Ella venía de empresas socio-culturales de la Obra en el País Vasco. Más tarde, su ruptura, concretada en una carta al fundador, sería sonada, como la de Miguel Fisac.
Hace unos días, en nuestro obituario de Vicente Rojo, ‘niño de la guerra’ exiliado en México, mencionábamos su primera individual española, celebrada en Neblí en 1964. En la lista de expositores brillan además Pic Adrian, Alcaín, Alfaro, Amador, Amable Arias, Brinkmann, Modesto Ciruelos, el surrealista Fernández Granell (otro exiliado), Ferrant, Julián Gil, Jesús González de la Torre, José María Iglesias, Labra, Antonio Lorenzo, Mompó, Lucio Muñoz (ganador, en 1960, de la primera convocatoria del premio Neblí), Hartung, Mendiburu, Enric Mestre, Orcajo, José Planes, Julio Plaza, Raba, Ruiz Balerdi, Pablo Serrano, Subirachs, el ecuatoriano Enrique Tábara, el Manuel Valdés de antes de Equipo Crónica, Nadia Werba, el brasileño Franz Weissmann, Zóbel… Memorables la muestra Oteiza-Basterrechea, la fundacional del Grupo Hondo o las actividades de ‘ Integración de las artes’. Y más nombres: Gloria Alcahud, Elvira Alfageme, Venancio Blanco, Brotat, Ramón Cascado, el humorista Cesc, Cruz de Castro, Cuní, Delapuente, María Droc, Trinidad Fernández, Mampaso, Julián Martín de Vidales, Aldemir Martins (otro brasileño), el peruano José Milner Cajaruahinga, José Navarro Vives, César Olmos, el griego Perdikidis, Isabel Pons, el cubano José Miguel Rodríguez, Pepi Sánchez, Saumells, Aurelio Teno, Delhy Tejero, el chileno Raúl Valdivieso, Román Vallés… Una escudería realmente avanzada, de fábula. No pocos que empezaron ahí, pasaron luego a salas de más empaque mercantil, empezando por la citada Juana Mordó.
Marchand y luego albacea de Pancho Cossío, Amparo Martí fue además propulsora del arte naïf. La etapa final de su vida laboral fue al frente de Ramón Durán. Miembro muy activa de la AECA, redactó sus actuales estatutos.