ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Educación desoye las recomendaciones de la OCDE y no evalúa a los alumnos
El ministerio aparca las pruebas diagnósticas y justifica que fue acordado con todas las comunidades
El informe de la OCDE, «El estado de la educación en las escuelas: un año dentro de la pandemia de Covid» advierte de que nuestro país ha sido de los pocos ( junto con Costa Rica, Chile y Suiza) que no han realizado ninguna prueba estandarizada a los alumnos durante la pandemia ni en Primaria, ni en Secundaria, ni en Bachillerato.
Las pruebas diagnósticas sirven para medir el grado de rendimiento escolar de los alumnos de un curso determinado (en la Lomloe se hacen en 4º primaria y 2º de la ESO de forma obligatoria, además, las comunidades pueden organizar otras en otros cursos) y son imprescindibles para conocer la evolución del sistema educativo. «Históricamente, a la izquierda nunca le han gustado estas pruebas porque consideran que hacen una especie de ranking entre colegios buenos y malos», relatan fuentes educativas.
El estudio de la OCDE advierte de que «dadas las interrupciones generalizadas de la educación durante el último año, existe una urgente necesidad de saber cómo se ha visto afectado el aprendizaje de los alumnos de cara a orientar el uso eficiente de los recursos en los próximos meses. En la mayoría de los países, la evaluación del impacto del cierre de las escuelas sobre el aprendizaje de los estudiantes ha sido principalmente responsabilidad de los profesores». El ministerio justifica la decisión en que «la supresión de las pruebas diagnósticas se acordó en la primera Conferencia Sectorial de marzo de 2020 por la situación de confinamiento, que llevó v a la suspensión de las clases presenciales. Todas las comunidades estuvieron de acuerdo», señalan a ABC fuentes de Educación. España sí ha hecho «una evaluación personalizada de cada alumno para ver qué necesidades de refuerzo tenía en el siguiente curso», apuntan las mismas fuentes; dato que también se refleja en el informe de la OCDE. Lo que no es excusa para que este organismo muestre su preocupación y advierta v de las graves consecuencias que esto tiene para los alumnos: «La pandemia dificultó y en ocasiones imposibilitó la realización de exámenes, pero eso no ha beneficiado a nadie. Sobre todo para los muchos alumnos que estudiaron mucho y les habría ido bien en los exámenes, y que ahora no tienen nada que mostrar a los posibles empleadores», señala Andreas Schleicher, autor del informe.
No es la OCDE el único organismo que recomienda evaluaciones de este tipo, también lo ha hecho el Banco Mundial, la Unesco y Unicef. «Además del seguimiento y la monitorización global de la reapertura y la recuperación, apoyaremos y a los países a medida que midan el aprendizaje, tanto en el aula como en todo el sistema después de la reapertura de las escuelas para tener un diagnóstico claro de las necesidades de los estudiantes y estimar la magnitud de las pérdidas de aprendizaje», señalan expertos de los mencionados organismos. «Si no evalúas la situación coyuntural o actual no puedes tener una radiografía de la situación cognitiva de los alumnos. Así, se pueden crear desigualdades, no solo entre comunidades sino también entre alumnos de diferentes estratos socioeconómicos», advierte Jesús García Laborda, decano de la Facultad de Educación de la Universidad de Alcalá. A su juicio, «la evaluación diagnóstica de los centros no dará datos fiables porque no se comunican esos resultados a nivel nacional».
Entornos desfavorecidos
Para Ismael Sanz, investigador en economía de la educación de la Universidad Rey Juan Carlos, «ha faltado que el ministerio lidere una prueba ante una situación extraordinaria, aunque sea una muestra representativa ¿Por qué? Porque es muy importante para ver el resultado que está dando la enseñanza online y la semipresencial». También para saber cuánto menos han aprendido los alumnos, «porque es evidente que están aprendiendo menos».
Además, «esas pruebas eran necesarias para saber si la pérdida de conocimiento ha sido heterogénea: puede que haya sido mayor en alumnos de entornos desfavorecidos y ya rezagados, por varias cuestiones: la enseñanza online funciona peor para los rezagados y también sabemos que se necesitan recursos (ordenador, ayuda de los padres...) que no están en todos los hogares».
Situación cognitiva
«Es importante
para ver el resultado que
está dando la enseñanza online y semipresencial»