ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
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La terrible pandemia del Covid-19 está provocando movimientos de calado, en una especie de un antes y un después, en muchos ámbitos. La sanidad, la educación, especialmente la economía en la mayoría de sus sectores, pero también la estructura social en prácticamente todos los ámbitos está reescribiéndose y buscando nuevos caminos y soluciones en el día a día. En este escenario, la Iglesia toledana no es ni mucho menos una excepción, sino fiel reflejo de la búsqueda de una especie de reinvención tras las secuelas dejadas por la pandemia, teniendo en cuenta además que su relación directa con las personas que más dificultades están pasando es más estrecha aún que otros estamentos institucionales y oficiales.
Ese diagnóstico de reconstrucción económica y social es uno de los retos pastorales fundamentales que la Archidiócesis toledana se ha fijado después de realizar en la primer fase de la pandemia, la más dura como fue primera oleada del Covid-19, una encuesta en la que participaron aportando sus datos 111 parroquias, lo que supone una muestra del 40 por ciento del total de la Archidiócesis.
Si bien la encuesta se realizó en la primera oleada, el tiempo más duro de la pandemia, las reflexiones y objetivos marcados siguen siendo los mismos dada la larga duración de una situación que cada vez tiene unas consecuencias económicas y sociales incluso más duras.
Ese más del centenar de parroquias de la archidiócesis que cumplimentaron el cuestionario de esta encuesta preparada por Felipe García Díaz-Guerra, vicario episcopal de Talavera y rector de la Basílica talaverana, por encargo del arzobispo y su Consejo Episcopal, han aportado su testimonio y datos sobre la incidencia en la acción pastoral del estado de alarma y el confinamiento decretados por el Gobierno de España entre el 14 de marzo al 21 de junio de 2020. Después las reflexiones fueron expuestas en febrero en el Consejo Presbiteral.
El cuestionario constaba de cinco apartados: el primero sobre los datos demográficos sobre la incidencia de la pandemia en la población en general; en segundo lugar la incidencia de la pandemia entre los sacerdotes y agentes de pastoral; tercero, la acción litúrgica durante la pandemia; cuarto, la acción catequética y formativa y por último, la acción caritativa.
El doble de fallecimientos
Uno de los datos más destacados de la encuesta, dado que es la faceta más trágica de la pandemia, es que el 43,6% de los fallecimientos durante este periodo corresponde a enfermos del Covid. No obstante, se precisa que sólo la mitad de ellos habrían sido contabilizados oficialmente como tales por habérseles sometido a test. Por tanto, con los datos proporcionados, los fallecidos por Covid serían aproximadamente el doble de los que arrojan las cifras oficiales.
Una de las preguntas de la encuesta hacía referencia a ¿cómo ha incidido la pandemia entre los sacerdotes y los agentes de pastoral? Según los datos recabados, durante aquella primera oleada, el 95% de los párrocos y el 88,8 % de los vicarios parroquiales han permanecido en sus parroquias.
Asimismo, en un 10% de las parroquias, el párroco o los vicarios parroquiales ha padecido la enfermedad; y en un 25% de parroquias, alguno de los agentes de pastoral ha sufrido el Covid. Concretamente, 80 agentes de pastoral han padecido el virus, y de ellos