ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Puigdemont lanza un DNI ‘fake’ para recaudar más
El Consell per la República, el ‘Govern en el exilio’ que lidera el expresidente Carles Puigdemont y con el que pretende tutelar la acción del ‘Govern en el interior’, necesita financiarse. Sus 93.003 socios (cifra de ayer) aportan un mínimo de diez euros al año, lo que no parece suficiente para la ambición y planes de un
Consell que formó parte del acuerdo Junts-ERC de 2017 pero que enseguida devino un instrumento al servicio del fugado y de desgaste de ERC.
Con objeto de recaudar más, y seguir ofreciendo a sus adictos pequeñas dosis de república, el Consell ha lanzado un carné que, bajo el nombre de ‘Identidad Digital Republicana’, pretende ser una futura ‘estructura de Estado’, aunque actualmente no servirá para hacer trámites con la administración catalana. Es decir, una suerte de DNI ‘fake’ con el que seguir fantaseando en el ‘matrix’ indepe.
Doce euros
Con un coste de doce euros el carné físico, seis el digital, no permite hacer trámites con la administración, «a corto plazo » , fantasea el Consell. «Lo que estamos haciendo es preparar una estructura de Estado. A al vez, forjamos el censo republicano, hacemos comunidad social y conciencia de colectividad», apuntan.
Sí prometen, sin especificar, hacer trámites «que el Estado no controlará, o desconocerá».
El DNI ‘fake’ lanzado por
Puigdemont
munes y el PSC. «Nos mantendremos firmes. Ni nos iremos de los plenos ni dejaremos de protestar por lo que consideramos un insulto a nuestros votantes», señalan.
«Nos giran la cara»
Desde el grupo del partido de Santiago Abascal añaden que el trato de los funcionarios de la Cámara autonómica catalana es exquisito con sus once diputados. Un trato estrictamente profesional, eso sí. Las mismas fuentes consultadas reconocen que el trato entre los diputados catalanes es cordial, siendo los nueve de la CUP con los únicos que ni tan siquiera se saludan por los pasillos. «Nos giran la cara y hacen ver que no nos ven», explican en Vox.
Sin embargo, tanto Laura Borràs ( Junts) como Anna Caula (ERC), presidenta y vicepresidenta primera del Parlament, mantienen, pese a las diferencias ideológicas, una relación más que aceptable, sobre todo teniendo en cuenta que en los plenos Borràs lidera el cordón sanitario contra Vox. «Caula nos dijo que estaba para lo que necesitásemos y fue muy amable», relatan desde el partido de Abascal.
Independientemente del trato personal entre diputados, los partidos anteriormente citados han celebrado varias reuniones en las últimas semanas de la que ha surgido un ‘decálogo’ con consignas para apartar a los de Abascal. Entre las diez medidas que contempla el acuerdo de independentistas, socialistas y comunes está usar sus intervenciones para desmentir los argumentos de Vox, «impedir la presencia de la extrema derecha de la Mesa», no invitar a Vox en l os encuentros con entidades o no suscribir ninguna iniciativa parlamentaria con Vox y evitar que las suyas prosperen. El decálogo también propone reafirmar el calendario de conmemoraciones del Parlament para garantizar la celebración de actos anuales como el de recuerdo de las víctimas del Holocausto y rechazar «formal y unánimemente» cualquier manifestación machista contra las diputadas.