ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

EE.UU. vuelve a las negociacio­nes con Irán sobre desnuclear­ización

Biden autoriza el diálogo indirecto, por medio de otras potencias, en Viena

- DAVID ALANDETE

Un complejo baile diplomátic­o comenzó ayer en Viena para volver a sentar cara a cara a representa­ntes de Estados Unidos y la República Islámica de Irán en las negociacio­nes sobre el programa nuclear de esta última. Por primera vez desde que Donald Trump sacó a EE.UU. unilateral­mente del pacto de desnuclear­ización en 2018, enviados norteameri­canos dialogaron con contrapart­es iraníes, aunque de forma indirecta y siempre con la mediación de los emisarios de Gran Bretaña, Alemania, Francia, China y Rusia, que siguen siendo partes firmantes del acuerdo.

En principio, nada ha cambiado. El nuevo presidente de EE.UU., Joe Biden, sigue enrocado: no habrá negociacio­nes si Irán no reduce el enriquecim­iento de uranio a los niveles previos a la salida de Trump del pacto. Por su parte, el régimen de los ayatolás requiere un gesto como el levantamie­nto parcial de sanciones. Ninguna de las partes ha cedido, pero manteniend­o el ‘status quo’, ambas avanzan lentamente hacia una reanudació­n del diálogo. En realidad fue EE.UU., bajo Barack Obama y Biden como vicepresid­ente, quien orquestó el pacto en 2015.

En esta reunión mantenida en Viena, los participan­tes acordaron establecer dos grupos de trabajo, uno sobre el levantamie­nto de sanciones y otro sobre cuestiones nucleares, y a estos se les asignó la tarea de identifica­r medidas concretas que Washington y Teherán tomarán para la plena implementa­ción del pacto. El objetivo del acuerdo es impedirle a Irán la consecució­n de la bomba nuclear, algo que la República Islámica ha empleado para lograr un levantamie­nto de sanciones.

Este diálogo de las grandes potencias con el régimen de los ayatolás no aborda los graves abusos de los derechos humanos que estos perpetran, según han denunciado numerosas organizaci­ones humanitari­a. Entre ellos se cuentan las detencione­s arbitraria­s, la tortura y el asesinato. Tras la reunión, la televisión estatal iraní emitió unas declaracio­nes de su enviado a Viena, Abbas Araghchi, quien dijo que su condición para seguir negociando es el levantamie­nto de sanciones de EE.UU.

Crisis con Israel

Demasiadas concesione­s a Irán pueden provocarle a Biden una crisis con Israel. Benjamín Netanyahu, que ganó las últimas elecciones en el estado judío pero aun debe negociar una coalición, ha tratado de boicotear el pacto al considerar­lo un regalo para el régimen de los ayatolás, que ha predicado con fruición la destrucció­n de Israel. Cuando Barack Obama negoció el acuerdo, Netanyahu se opuso. Al llegar Trump a la Presidenci­a le insistió e insistió hasta que al final Washington abandonó el acuerdo.

El año pasado Irán renunció formalment­e a las limitacion­es de su programa nuclear que aceptó en el acuerdo y retomó el almacenami­ento de uranio enriquecid­o más allá de los 300 kilos, que era el límite aceptado, y además dejó de vender el excedente de agua pesada, empleada como moderador y refrigeran­te en los reactores nucleares.

Quizás, de Suramérica, la pol í tica del Perú sea l a más desconcert­ante de todas. Los escenarios electorale­s, desde hace décadas, suelen ser un cóctel variado de sabores amargos y en escasas ocasiones, agridulces. Los sondeos, creo recordar, no aciertan nunca salvo en las segundas vueltas, donde el resultado es evidente y su pronóstico, una victoria cantada. En la primera, la sombra de la honorabili­dad de los mismos solía planear sobre la mayoría de los estudios demoscópic­os. Ahora, en las elecciones del domingo, el riesgo de la incredulid­ad no está. La razón es sencilla. Hay entre cinco y siete candidatos en virtual empate técnico para pasar al balotaje. Es decir, según todas las encuestas, cualquiera de ellos podría ser presidente y hoy por hoy, ninguno tiene más del 10 por ciento de respaldo.

Entre los elegidos figura el eterno clásico con Keiko Fujimori y la candidatur­a del, en apariencia favorito, Johnny Lescano (Acción Popular). Punto arriba, punto abajo, hacen fila en paralelo Verónica Mendoza a la izquierda, y a la derecha, el empresario Rafael López Aliaga y Hernando de Soto, el economista que juraba hace un año que no sería candidato, el mismo que asesoró a Fujimori padre con los números y que insultó a Mario Vargas Llosa cuando su amistad parecía discurrir como pez en el agua.

Es raro que un país divida el voto en un abanico tan amplio de opciones. Cualquiera podría pensar que la clase política es tan excepciona­l que el electorado duda al advertir las altas capacidade­s de sus representa­ntes. Pero, este razonamien­to se desbarata cuando, una vez más, se conoce que entre el 23 y el 28 por ciento del padrón no votará, lo hará en blanco o ‘ viciará’ el sufragio. Eso, a sabiendas de que no cumplir con la obligación del derecho a votar puede costar, dependiend­o de la situación, más de 55 dólares, cifra nada desdeñable en un país con la mayor recesión de la región por detrás de Venezuela, inflación galopante y las arcas públicas con telarañas. Conclusión, el apoyo repartido, en torno al 10 por ciento, para cada candidato, debe significar que, en realidad, el respeto y la credibilid­ad de estos políticos está devaluado, como la moneda, la salud y la vacuna AstraZenec­a, esa que se quiere cambiar de nombre para que no la reconozcan.

 ?? REUTERS ?? Reunión ayer en Viena para intentar recuperar el pacto nuclear con Irán, que abandonó Trump
REUTERS Reunión ayer en Viena para intentar recuperar el pacto nuclear con Irán, que abandonó Trump
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain