ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Los radicales fracasan en su intento de condicionar las elecciones en Madrid
que evidenció una nula capacidad de condicionar las elecciones autonómicas en Madrid previstas para el 4 de mayo, la izquierda radical pierde el protagonismo que había logrado a través del empleo de la violencia, particularmente cuando boicoteó hasta el extremo el acto previsto por Vox.
La imagen de Vallecas
La imagen de Vallecas como un barrio más de Madrid, ajeno a la violencia que tuvo su epicentro el día 7, quedó respaldada. No en vano, Puente de Vallecas, el distrito donde se desarrolló la manifestación es un área urbana donde en las últimas elecciones autonómicas casi 30.000 vecinos (de los 96.000 que votaron) optaron por partidos de centro-derecha, los mismos que, precisamente, persiguen con sus insultos los que ayer, por ejemplo, se manifestaron en medio de la indiferencia de los vallecanos.
El dispositivo que preparó la Delegación del Gobierno tuvo un carácter preventivo y disuasorio. Antes del inicio de la marcha numeros agentes de Información vigilaban las zonas más próximas a la ‘plaza roja’ y del recorrido. Mientras, patrullas de Policía Nacional peinaban las inmediaciones, tanto de este lugar como de la Asamblea de Madrid. Por ejemplo, este periódico fue testigo de controles en el entorno de la estación de Entrevías, muy cerca de la Asamblea de Madrid, con el objetivo de poder detectar la aproximación de los violentos más vigilados por las fuerzas de seguridad por la repetición de sus acciones. A lo
El incremento del dispositivo policial en la capital disuadió a los extremistas de emplear la violencia y de manifestarse ante la Asamblea regional más de 30 minutos
largo de la marcha, un helicóptero siguió en todo momento el desarrollo de la movilización, pero resultó, a ojos de los radicales, casi imposible ver a un agente, ni de Policía Nacional ni de Municipal. Tan solo una UVI móvil del Samur, a manera de ‘coche escoba’, parecía vigilar el desarrollo de la protesta. Solo en una ocasión, cuando la marcha se acercaba a la avenida Buenos Aires, pudo observarse a los antidisturbios. Por no verse, no se veía ni a las patrullas de la Policía Municipal cortando el tráfico.
A su llegada a la Asamblea solo los dos habituales guardias civiles de su puerta parecían proteger el inmueble. Delante, la vida seguía en el Centro Comercial Madrid Sur, indiferente a las proclamas. Todo era tan normal que los manifestantes no permanecieron más de media hora ante la Cámara. Tiempo que aprovecharon para verter sus proclamas y recaudar dinero para la defensa de los detenidos el día 7, a la manera del mundo abertzale.