ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Biden deja el límite de entrada de refugiados en el nivel de Trump
Joe Biden dio ayer un volantazo a su política de aceptación de refugiados. En un discurso en el Departamento de Estado el pasado mes de febrero, aseguró que daría un vuelco a la posición de la Administración Trump al respecto, que rebajó el límite de entrada de refugiados a 15.000 personas por año. Biden reconoció entonces que «tardaremos un tiempo en reconstruir lo que se ha dañado», pero dijo que su intención era multiplicar casi por diez en el próximo ejercicio fiscal el límite impuesto por su antecesor y llevarlo hasta la aceptación de 125.000 refugiados por año. Su Gobierno dijo después que, mientras tanto, en el presente ejercicio, elevaría el límite hasta los 62.500 refugiados.
Sin embargo, reconoció que nada de eso ocurrirá. Su Administración tenía previsto presentar ayer una nueva directiva en la que deja el límite en 15.000, el mismo nivel al que la rebajó Trump.
En la decisión hay una motivación política obvia. EE.UU. vive una crisis en la frontera Sur, donde la detención de inmigrantes indocumentados. En el mes de marzo, las autoridades apresaron 172.000 personas tras cruzar la frontera, el número mensual más alto de las últimas dos décadas. También se ha disparado la detención de menores indocumentados sin compañía, lo que ha aumentado la presión sobre la infraestructura de acogida.
Hechos, no palabras
La política migratoria de Biden se parece cada vez más a la de Trump. No tanto en las palabras, pero sí en los hechos. Su Administración utiliza las mismas provisiones de salud pública por la pandemia para impedir el paso de la mayoría de adultos que cruzan la frontera, y Biden ha asegurado que se expulsa a la gran mayoría de los adultos. La vicepresidenta, Kamala Harris, ha negociado la militarización de las fronteras en los países de Centroamérica de donde salen la mayoría de los inmigrantes – algo que también hizo Trump– y Biden no ha colocado la reforma migratoria –prometió impulsar la regularización de la mayoría de los inmigrantes indocumentados en territorio estadounidense– entre sus prioridades legislativas.
Pero la llegada masiva de inmigrantes en la frontera –en parte, por el efecto llamada de una política más amable con los inmigrantes prometida por Biden– ha supuesto un problema político para Biden y que se recuperen las imágenes de menores apiñados en campos de detención.