ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

La Copa del Rey como bálsamo

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El Athletic, con el temor de perder dos finales en 15 días, y el Barcelona, bajo el miedo de firmar una temporada en blanco, se juegan el título en Sevilla

21.30 horas. Telecinco y DAZN tipo de partidos, cualquier favoritism­o resulta vano. Aun así pocos dudan de que el Athletic llega en una situación más complicada a Sevilla. El aterrizaje de Marcelino en el banquillo, justo antes de que se disputara la Supercopa, resultó un enorme revulsivo para los de Lezama. Pero aquel fulgor, corroborad­o con la consecució­n de ese título, precisamen­te ante el Barcelona, se ha ido apagando en las últimas semanas.

La derrota ante la Real Sociedad fue un varapalo durísimo, pues aquella final se considerab­a más asequible. Más allá de eso, el Athletic lleva un mes largo sin ganar un partido y ha dejado cierta sensación de aturdimien­to en sus últimos choques. A favor suyo juega el ansia del vestuario por levantar el trofeo y que Marcelino le ha ganado al Barça sus dos últimas finales, la de Copa de 2019 con el Valencia y la Supercopa del pasado mes de enero. En el capítulo físico preocupa el estado de Muniain, que sembró dudas en la llegada del equipo al aeropuerto de Bilbao al descender del autobús con una evidente cojera. «Tengo alguna molestia, pero es lo habitual a estas alturas de temporada, soy optimista», decía el jugador, que acompañó a Marcelino en el encuentro con los medios de comunicaci­ón. El técnico, por su parte, fue muy expresivo al valorar su estado anímico por la Copa perdida

hace dos semanas: «Estoy como un cañón», reveló. El asturiano cree que ante la Real el « miedo a perder » fue una mochila demasiado pesada. «Confío en que no nos vuelva a pasar».

Piqué y Messi

Tampoco quiere el papel de favorito el Barcelona, para quien hace muy poco esta final era el último asidero para salvar la temporada. Ahora, en cambio, ven posible hasta firmar un doblete. «Somos dos equipos que hemos sufrido mucho para llegar a esta final», admitió Koeman en la rueda de prensa previa. «No hace falta motivar a los jugadores antes de una final, saben lo que tienen que hacer, pero hay que poner mucha energía». El holandés, que vuelve a estar cuestionad­o tras perder el clásico ante el Madrid, se molestó cuando le preguntaro­n por su futuro, pues sabe que en gran medida depende de lo que ocurra en La Cartuja: «Que después de 19 partidos seguidos sin perder te pregunten por tu continuida­d por haber sido derrotado en uno demuestra la presión con la que se vive en este club. Es raro tener que responder a este tipo de preguntas...».

Las novedades en el cuadro azulgrana pueden ser la presencia de Piqué en el once y el regreso al 4-3-3 que mejoró la imagen del equipo en Valdebebas. Pero sobre todo se especula sobre si ésta puede ser la última final que juegue Messi con el Barça. La temporada se agota y el argentino sigue sin dar respuestas, quizá esperando la nueva propuesta que le haga Laporta.

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