ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

El ladrillo de La Sagra, embajador por todo el mundo

- A. M.

La Sagra toledana es desde hace décadas el centro productor de tejas y ladrillos más importante de España. Por tanto, ha sufrido los vaivenes del sector de la construcci­ón, la panacea económica de España en los años noventa, que después derivó en la mayor crisis como fue la denominada del ladrillo.

Las numerosas, modernas y gigantesca­s fábricas dieron paso a cierres y a una reconversi­ón en tamaño de este sector. Ahora, algo impensable en aquellos tiempos, la exportació­n aparece como una vía de escape para este negocio que en La Sagra toledana sigue teniendo peso.

Son varias las fábricas que desde este punto de Castilla-La Mancha llevan tiempo exportando a los más diversos países del mundo. Un ejemplo de ellas es Cerámicas Mora, situada en el término municipal de Illescas, cuyo material es la imagen visible de cientos de edificios situados en los lugares más emblemátic­os del mundo, lo que convierte a este material fabricado en La Sagra en un embajador mundial de la provincia.

Según explica a ABC el administra­dor general de Cerámicas Mora, José Luis Ramírez García-Fogeda, «empezamos a exportar en el año 2008 en pequeñas cantidades, como es el caso de una casa en Rusia y otra en Inglaterra, pero a partir de ahí, cuando la gente va conociendo el producto y nosotros hicimos también una campaña de promoción, poco a poco ha ido creciendo exponencia­lmente hasta ahora mismo que ya enviamos el ladrillo a Nueva Zelanda, Estados Unidos, Canadá, Corea, Japón o cualquier sitio que se pueda imaginar». Tanto es así, que hoy día la fábrica destina a la exportació­n «ya casi el 70 de la producción».

Según explica José Luis Ramírez, la clave del éxito está en el ladrillo de tipo kinkler que se fabrica «Tiene como caracterís­tica una absorción de agua baja y eso hace que tenga una alta resistenci­a a las heladas y también a la humedad, por eso este tipo de ladrillo es muy demandado en zonas donde hace frío, porque no se hiela, y en aquellas donde está expuesto al mar, porque no tiene contaminac­ión de la sal marina. Además, al cocerlo a alta temperatur­a se obtienen unos colores muy vivos que no puede obtener casi nadie. Así, dentro de que cumplen las caracterís­ticas, a los arquitecto­s lo que más les llama la atención es el color».

Rusia fue el primer país en recibir ladrillos de Cerámicas Mora, « pero ahora los países a los que más llevamos se reparten entre Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos, Inglaterra o Canadá», señala Ramírez.

No obstante, hay que tener en cuenta la complicaci­ón de la logística de exportació­n, ya que «en el caso de Nueva Zelanda estamos hablando de que el envío tarda unos 60 días en llegar, 45 días de barco y otros 15 de transporte terrestre». El material siempre va en barco a un lugar u otro. A Oceanía va vía Asia y a Singapur y a Nueva York va directo, lo mismo que a Canadá.

De ahí que el reciente problema del Canal de Suez «nos afectó un poquito, no en exceso porque al final se solucionó rápido y fue mucho menos de lo que pensábamos».

Al preguntar por cuál hubiera sido el futuro de esta empresa si no se hubiera tomado al opción d ela exportació­n José Luis Ramírez lo tiene claro: «te lo puedes imaginar. Un desastre porque creo que hubiéramos terminando cerrando. El mercado nacional es muy reducido y luego aparte con unos precios que no son sostenible­s».

Una de las incógnitas es conocer si el mercado español de la construcci­ón puede recuperars­e en algún momento, pero para el administra­dor de Cerámicas Mora está claro que «ahora mismo es impensable porque hablamos de que estamos haciendo 90.000 viviendas al año. No digo que hagamos las 800.000 que hacíamos en 2007, pero España es un país de 200.000 viviendas, y eso creo que va a tardar mucho mucho tiempo».

Y añade, pese a proyectos en España como Madrid Norte, que «la verdad es que si me dan a elegir no vendería ahora en España. Vendemos algo aquí porque tienes que cubrir ese 30 por ciento que no vendemos fuera, pero aquí las situacione­s son complicada­s. No se valora la calidad, ni el color y al final hay ladrillos de otras calidades y más baratos que te desbancan o tú tienes que entrar al trapo».

La aceptación de sete tipo de ladrillo de La Sagra toledana en muchas partes del mundo, Ramírez destaca que «hay dos cosas, y es que aparte de que somos competitiv­os, nuestro ladrillo se vende como un ladrillo premium, porque a los países a los que vendemos su ladrillo es más viejo, como roto, frente al ladrillo casi perfecto como el que hacemos nosotros, y eso lo ven como una novedad. Por eso se venden en un segmento premium en lugares como la Quinta Avenida de Nueva York o los edificios de Starbucks y de McDonalds de Estados Unidos, que se hacen con nuestros ladrillos. O bien en proyectos más singulares donde tienen más presupuest­o. Ver en Nueva York tus ladrillos la verdad que es un poco simbólico». Y reconoce que es ir «desde La Sagra a todo el mundo».

Como ejemplo, desde esta fábrica de Illescas han salido ladrillos que hoy

Esta empresa de Illescas exporta el 70 por ciento de su producción de ladrillos

 ??  ?? Ladrillos de Cerámicas Mora en la Quinta Aveniuda, frente al Empire State
Ladrillos de Cerámicas Mora en la Quinta Aveniuda, frente al Empire State
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El Humber College en Gran Bretaña
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ABC La fábrica de Illescas

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