ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Los médicos no pueden acceder a Navalni, en posible estado crítico
Convocadas protestas para hoy en favor del disidente ruso en varias ciudades
El dirigente opositor ruso Alexéi Navalni, bestia negra del presidente Vladímir Putin, fue transferido el lunes al hospital penitenciario que se encuentra en el territorio de la Colonia número 3 (IK-3), en la región de Vladímir. Tal decisión ha sido interpretada por sus colaboradores como una señal de que se encuentra en estado crítico. Sus médicos acudieron ayer por la mañana al penal con la esperanza de poder ver a Navalni, pero una vez más les fue impedido el acceso.
En declaraciones a la publicación Open Media, el cardiólogo Yaroslav Ashijmin, aseguró que «llamamos por teléfono previamente a la colonia penitenciaria y no dijeron que podíamos ir a la ocho de la mañana. Tras hora y media esperando, nos comunicaron que a las dos de la tarde nos recibiría el director de la prisión o alguien de la dirección (...) no es seguro que nos terminen permitiendo ver a Alexéi». Efectivamente, se fueron sin poder verle.
Los que sí consiguieron entrar fueron sus abogados, Vadim Kóbzev y Olga Mijaílova, que se reunieron con él. Kóbzev escribió en Twitter que «está aislado en una habitación individual (...) le han puesto goteo con glucosa y ningún otro medicamento». Mijaílova, por su parte, manifestó a un grupo de periodistas que Navalni «está muy débil, apenas puede hablar y le cuesta estar sentado».
Huelga de hambre
El lunes, ante los micrófonos de la radio Eco de Moscú, el cardiólogo del Hospital Clínico número 29 de Moscú Alexéi Erlij afirmó que los análisis efectuados a Navalni «muestran signos de insuficiencia renal aguda» a causa de la alta concentración de potasio en sangre. Con anterioridad, el médico de cabecera de Navalni, Anastasia Vasílieva, había señalado que el político opositor padece «un fallo renal que puede llevar en cualquier momento a una grave alteración de su ritmo cardiaco». De forma mucho más pesimista se expresó la portavoz de Navalni, Kira Yarmish, que advirtió que «Alexéi se está muriendo. Dado su estado, es cuestión de días».
Navalni lleva cerca de un mes intentando sin éxito conseguir que le examinen sus médicos, no los de la enfermería de la prisión. Dice tener dolores en la espalda, mareos e insensi
La canciller alemana, Angela Merkel, dijo ayer desde Berlín, durante una videoconferencia con el Consejo de Europa, que estaba «extremadamente preocupada» por la situación de Navalni, y que el «Gobierno alemán, junto con el de otros países, está trabajando para garantizar que reciba la atención médica adecuada». «Estamos muy preocupados y estamos tratando de usar nuestra influencia», insistió la canciller, cuyo país ocupa la presidencia rotatoria del Consejo de Europa hasta mayo. Merkel también subrayó lo «importante» que era que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos Europa exigiera su liberación. «Tenemos muchos conflictos con Rusia, que lamentablemente dificultan nuestra relación, pero siempre estoy a favor de que sigamos hablando», continuó. bilidad en las piernas. Se declaró en huelga de hambre el pasado 31 de marzo en protesta por lo que considera conculcación de sus derechos legales y después dijo tener la sospecha de haber contraído la tuberculosis. El año pasado estuvo en tratamiento en Alemania, a donde fue enviado en estado de coma tras ser envenenado en Siberia en agosto de 2020.
Sus partidarios han convocado una manifestación para hoy miércoles en varias ciudades rusas coincidiendo con el discurso anual de Putin ante el Parlamento y el Gobierno. Las autoridades moscovitas han desautorizado el acto mientras la Fiscalía General y el Ministerio del Interior advierten que la asistencia a actos no permitidos será perseguida y tendrá sanciones.