ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
«Me di cuenta a tiempo de que mi decisión no era la acertada»
Miles de alumnos están ante el dilema de qué itinerario académico elegir, decisión de la que no es ajena la familia. Los expertos dan sus recomendaciones
Tomar la decisión de qué ser el resto de la vida. En esta encrucijada se encuentran actualmente miles de alumnos de Bachillerato que, con 17 años, deben determinar por qué derroteros dirigir su futura carrera profesional. Se trata de una ardua determinación, tal y como apunta José Castellanos, managing director de Page Personnel, «primero porque están en plena adolescencia, una etapa llena de dudas existenciales y, sobre todo, porque actualmente hay demasiada información y el mundo laboral evoluciona muy rápido, tanto que hay trabajos que están desapareciendo y otros que se crearán en pocos años y para los que todavía hoy no hay estudios».
Por todo ello, para los que no tienen una vocación muy clara, la decisión les supone un verdadero dolor de cabeza del que no son ajenas las familias. Los padres deben partir de la base de que hay cuatro parámetros que influyen muy directamente en la decisión final de sus hijos, según la opinión de Zósimo López, director de los Grados de Maestro en Educación Infantil y Primaria de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR): la familia, la escuela, los amigos y los medios de comunicación.
Todos estos factores hacen que la mente del estudiante fluctúe constantemente ante planteamientos como qué quiere mi familia
Tomás Lozano tiene hoy 20 años. Estudió 1º de Bachillerato en el Colegio Everest y su intención entonces era dedicarse profesionalmente al mundo de la comunicación, más concretamente a la radio. «Participé en el programa Work Experience que organiza todos los años mi colegio y que permite que los estudiantes asistamos durante una semana a alguna empresa del sector que más nos interesa para conocer cómo trabajan. Tuve la gran suerte de poder ir a una emisora de radio, una profesión que me tenía fascinado desde hacía mucho tiempo. Allí pude ver cómo se diseñan los programas, cómo se preparan los guiones, cómo eran los platós, se emite en directo... Pasé por todos los departamentos. Fue una experiencia muy positiva..., pero para darme cuenta de que no era lo que imaginaba y que yo no serviría para trabajar en un medio como ese».
Tomás reconoce que ese año no le fueron bien las cosas académicamente y repitió curso. «Me dio tiempo a reflexionar sobre mi decepción y mi futuro laboral y opté por encaminarlo