Enrique Ponce: «Quiero que me dejéis vivir en paz»

MADRID

La presentación ayer en Madrid del mano a mano que el próximo día 29 de mayo protagonizarán en la plaza de Navalcarnero los diestros Enrique Ponce y Gonzalo Caballero fue un acontecimiento social-taurino que sirvió para que los dos toreros pudieran hablar de su profesión y las problemas que atraviesa, y también para el debut de Ponce ante los medios de comunicación del corazón después del bombazo mediático que supuso su ruptura matrimonial con Paloma Cuevas y su relación sentimental con su novia Ana Soria. Fue un acto donde se adoptaron las medidas de seguridad que se exigen en Madrid y al que se sumaron algunos invitados como el actor Josema Yuste, Pedro Ruiz o Ana Botella, así como muchos empresarios, ganaderos y gente del toro que arroparon esta vuelta a los ruedos que les está costando sudor y lágrimas a raíz de la pandemia.

Evidentemente Ponce sabía que no iba a hablar sólo de toros y de ahí que la organización hasta le pusiera un guardaespaldas para evitar que los micrófonos se acercaran más de la cuenta. «Aquí no he venido para hablar de esos temas», fue la primera respuesta que soltó Ponce ante la pregunta de cómo había vivido todos estos meses de noviazgo con la joven Ana Soria. Tajante y cortando la posibilidad de más cuestiones, el valenciano no podía ocultar su malestar y eso que llevaba mascarilla y de ahí que minutos más tarde, al encontrarse de nuevo rodeado de prensa, soltara un «me habéis dado el verano. Quiero que me dejéis vivir en paz», pedía al no entender que los medios quisieran saber más sobre su historia de amor.

Es verdad que desde su ruptura matrimonial con Paloma Cuevas, el diestro no ha dado entrevistas fuera del mundo taurino ni se ha prestado a desmentir o confirmar noticias salvo en los primeros momentos de su final con Paloma. Otra cosa ha sido su imparable actividad en redes sociales donde ha protagonizado momentos muy divertidos junto a su pareja incluso apuntándose a la moda del Tik Tok o brindando con tequila junto a su casi suegro.

Por eso se podía pensar que Ponce ayer hubiera podido torear a la prensa con la misma elegancia que demuestra en los ruedos. Ese arte a la hora de cortar orejas le ha valido tener todos los récords posibles en su haber, pero no ha sido suficiente para encajar su nueva situación sentimental al negarse a contestar y mucho menos sobre los problemas que existen para firmar su divorcio con la madre de sus dos hijas.

Seguramente por esa expectación es por lo que Ana Soria no acudió al evento algo que sí hizo la simpática Julieta, la actual pareja de Gonzalo Caballero, el que fuera primer amor de Victoria Federica, y hoy un hombre curtido por la última y gravísima cogida que tuvo en Madrid y que a punto estuvo de retirarle de los ruedos. Ponce y Caballero, dos generaciones de toreros pero con un mismo objetivo, hablaron y demostraron que el miedo existe, que el peligro es real y que la vida para ellos sigue siendo vestirse de luces y dar lo mejor de sí. «Siempre sales con la ilusión de hacer la mejor faena de tu vida » , dijo Ponce. Ayer tuvo la ocasión de salir por la puerta grande ante los medios del corazón, pero prefirió hacer una espantá en lo que espera sea un punto y final.

Caballero (izda.) y Ponce