ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
«Que haya una pieza en un espacio de Toledo, mi Toledo, me parece muy bello»
A punto de cumplir 86 años y, tras superar un infarto, Canogar habla de la escultura que donó a Toledo como homenaje a las víctimas del Covid-19. También de los nuevos proyectos en esta ciudad
Estaba Rafael Canogar (Toledo, 1935) inmerso en dar forma al matiz de colores que desde joven le ha acompañado y que son un reflejo de sus indagaciones para seguir acrecentando su legado pictórico. Los lienzos — confiesa— inundan el estudio que tiene en la Ronda de Embajadores, en Madrid, ciudad desde la que vivió con «sorpresa y estupor» la llegada del virus que le cambió su vida.
«Mi mujer, Pura, y yo nos escapamos a Marbella buscando el espacio y el tiempo para sentirnos libres. Allí me confiné y he estado trabajando e investigando nuevas formas que me interesan resolver » , señala el que fue uno de los fundadores del mítico grupo El Paso y uno de los pioneros de la pintura abstracta española, que está a punto de cumplir 86 años y sigue pintando como el primer día. Con la misma ilusión, incluso ahora, durante este tiempo de incertidumbre y desasosiego.
En ese espacio madrileño — que describe como bonito e idóneo— mantiene su oficina, su estudio y desde allí atiende, con voz pausada, la llamada de ABC. Lo primero, hablar de su salud. Ha perdido diez kilos y está vacunado, pero necesita tiempo para crear anticuerpos. «El infarto llegó, pero luego todo se cura. Me encuentro muy bien y con ganas de trabajar. Vengo todos los días a mi estudio porque siempre hay temas por resolver», asegura.
Hijo predilecto de Toledo, Medalla al Mérito Cultural extraordinario de Castilla-La Mancha, la excusa permite conocer que, tras el infarto que sufrió en julio del año pasado, Rafael Canogar ha renacido y sigue pintando cada día, como lo ha hecho desde los 14 años, cuando siendo un joven de provincias, partió de su ciudad natal para conquistar el mundo. Y lo ha conseguido.