ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
«Fui telefonista de las clavijas y eso lo llevó siempre en el corazón»
A punto de cumplir 100 años, hemos hablado con tres de los protagonistas que ayudaron al desarrollo de esta empresa
El teléfono ha estado presente en nuestra vida desde siempre, pero poco conocemos de su desarrollo hasta convertirse en una herramienta tan necesaria y presente en nuestro día a día. La compañía Telefónica, a punto de cumplir 100 años, ha reunido a varios de los protagonistas de esta historia, que rememoran sus vivencias marcadas por haber contribuido a la comunicación entre las personas. Desde las conocidas «chicas del cable», las estaciones de radio — alejadas de las grandes ciudades—, hasta llegar al 5G. Son valiosos testimonios, de unas personas que presumen de haber contribuido al desarrollo de este país y, de paso, a que su empresa sea un referente.
Hablar con Caridad (Cari) Guillén Moya, de 71 años, viuda, madre de tres hijos y con cuatro nietos, es toda una fiesta y no paras de reír. Reside en la Ronda de Buenavista (Toledo), pero para llegar hasta aquí ha tenido que recorrer un largo camino. Comenzó en Telefónica cuando apenas tenía 18 años, abandonando Ciudad Real para dirigirse a Barcelona.
«Yo he sido telefonista de las clavijas en mis comienzos y eso lo llevo siempre en mi corazón. Cuando marché, las vecinas de mi madre hacían fila para darle el pésame porque, como no tenía hermanos, era como si me hubiera muerto», responde con voz nostálgica a través del teléfono. «No conseguí que mis amigas me siguieran...», lamenta.
El Google de la época
Afirma que su trabajo era muy bonito y que lo mejor era el contacto con el público. Fue tan feliz en la Ciudad Condal que cuando se quemó la central de la plaza de Cataluña, a los 3.000 trabajadores que estaban allí les tuvieron que reubicar. Así que aprovechó y volvió a Ciudad Real, donde trabajó 12 años, en los que pasó a ser comercial.
En este álbum abierto de recuerdos, Cari habla de esa transformación que tuvo la empresa. Por ejemplo, el gobernador civil tenía enlace directo con
Caridad Guillén, lee a sus amigas las «chicas del cable» y si encendía el botón rojo, había que atenderlo.. Y así a todos los usuarios de este servicio que permitía que los ciudadanos ha
Cari presume de haber sido de las primeras «chicas del cable» blaran entre sí. Cari cuenta que ella atendía los servicios de información, un servicio que ahora, con los buscadores de internet, parece impensable. Eran el «Google» de la época, pero en lugar de utilizar internet, buscaban la información que les pedían en el «Espasa». El amor que siente Caridad por su empresa es «muy grande», que conserva aún su correo corporativo.
Y cómo llegó a Toledo?. Todo se debió a que su puesto de Zamora fue impugnado y decidió venirse a esta ciudad. Le gusta escribir sus vivencias en las redes sociales, actividad que compagina con el voluntariado para los mayores de Telefónica. Y así está, hecha una fiesta con mucho optimismo.