ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
La ganadería La Olivilla da que hablar en la novillada de Méntrida
Toros
Es una alegría acudir a las plazas de toros. Contra el covid, organización y ejemplo, así fue como medio millar de personas se dieron cita para presenciar una extraordinaria novillada de La Olivilla para tres novilleros sin picadores que suponían un atractivo para el aficionado.
Sin ser un dechado de virtudes, el primero tuvo calidad. A pesar de lo poco que lo cuidó Daniel Pérez y del afán de la cuadrilla por estrellarlo en el burladero, el animal sacó algo de ritmo. Era para llevarlo a media altura y templado. Pero no pasó de la intención de hacerlo bien a pesar del recorrido del animal cuando los derechazos fueron templados. Lo mejor, la estocada (contraria) hasta la bola. Paseó una excesiva oreja.
Volvió a mostrar voluntad Daniel Pérez en banderillas y volvió la cuadrilla a afanarse en estamparlo en el burladero. Tardó en coger el aire con la muleta y cuando le enjaretó la primera tanda por el derecho lo vendió como si hubiera sido faena entera con un desplante dos rodillas en tierra. Luego le dio una tanda muy suave, corriendo la mano, y un espadazo, fue lo mejor y paseó una oreja.
Peñaranda es un novillero hecho. Lo mostró desde los cuidados iniciales en el capote, hasta cuando se puso con la derecha. Porque «Flojón» fue bueno y bravo, y ya lo mostró en el tercio de banderillas ante la solvencia y elegancia de Roque de Vega. Más por el derecho que por el izquierdo, pero el problema es que las faenas se plantean en la plaza y no siempre se pueden traer preconcebidas. Ni al 50 por ciento por cada pitón ni todo por el mismo. Cada novillo su lidia, y este fue extraordinario por el derecho y hacía el avión, a pesar de lo cual la faena no tomó mayor vuelo. Oreja al novillero y vuelta al ruedo al gran novillo.
El quinto fue potable. Peñaranda tuvo la virtud de no pesarle las embestidas encastadas y la tragó incluso cuando descomponía la cara. Las tandas fueron pensando más en el novillo que en sus apetencias y fue capaz de ligar más de cuatro muletazos para aprovechar la inercia del animal.
Debutó Miguel Losana de luces ante un buen novillo (otro) de La Olivilla. Lo saludó de forma personal a la verónica y apuntó cosas buenas en la mu