ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Sánchez se la juega a una carta y el PSOE aún espera una contienda muy igualada
Los socialistas preparan el escenario posterior al 4-M con un relato pendiente del equilibrio de fuerzas en la derecha ante la posibilidad de que Vox gobierne
que Vox pueda entrar en el Gobierno de la Comunidad de Madrid. Si esa hipótesis se confirmase activaría el relato de La Moncloa y de Ferraz donde entienden que ese pacto dificultaría las aspiraciones de Pablo Casado por abrirse al centro del electorado. Los sondeos publicados estas semanas, también el CIS, apuntaban a que este martes decenas de miles de madrileños que votaron al PSOE en las últimas generales optarían ahora por la papeleta del PP. Los socialistas se muestran «sorprendidos» por esos datos que estiman parte de un proceso «muy madrileño». Un dirigente experto en demoscopia consultado al respecto explica que «lo más probable es que se trate de una parte de los votantes que en su momento nos llegaron de Cs, aunque no fueron muchos».
Por eso, una de las claves hoy si la derecha suma es cómo puede sumar. El último sondeo de Gad 3 para ABC señalaba que Isabel Díaz Ayuso podría ganar sumando más escaños que las tres fuerzas de izquierdas juntas. Al margen de la mayoría absoluta, ese es el escenario que más le interesa al PP porque a la actual presidenta le bastaría con la abstención de Vox para mantenerse en la Puerta del Sol. Y sería más factible que lo pudiera hacer con un Gobierno monocolor, sin incorporar a Vox. Si eso sucede, a la derrota electoral los socialistas tendrían que sumar la pérdida efectiva del comodín de Vox como elemento de activación de sus bases y de presión al PP.
No obstante, tanto dirigentes socialistas como populares consultados se muestran escépticos respecto a que este flujo de Ciudadanos al PP se vaya a repetir con tanta intensidad en el resto de territorios. A eso se aferra el PSOE, pero reconociendo en cualquier caso que «lo que no va a suceder es lo contrario». Se abre un tiempo nuevo en el que lo que suceda hoy, junto a cómo se afronten las negociaciones respecto a las reformas pactadas con Bruselas, que amenazan con tensionar la coalición, pueden cambiar drásticamente la legislatura.