ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

José Luis, el juglar del siglo XXI, frente al espejo de Rodrigo Díaz de Vivar

Entrevista José Luis Gómez Actor y director teatral

- FRANCISCA RAMÍREZ

Pide el actor José Luis Gómez (Huelva, 1940) unos segundos antes de comenzar una conversaci­ón telefónica en la que su historia teatral, de más de 55 años sobre los escenarios, nos llevará a transitar por esos difíciles caminos que él ha tenido que hacer para engrandece­r un oficio — el de actor—, que le ha colmado de alegrías, nostalgias y verdades. Y no hay duda que su amor por el teatro ha trascendid­o fronteras, a través de esos personajes a los que ha puesto cara y engrandeci­do con su carácter. Ahora es Rodrigo Díaz de Vivar.

José Luis reconoce a ABC que no se ha prodigado muchos en los medios de comunicaci­ón de Castilla-La Mancha, pero su llegada al Teatro de Rojas este viernes y sábado — después de varios años de ausencia— con el espectácul­o «Mio Cid» es una buena ocasión para escuchar al también director y miembro de número de la Real Academia de la Lengua Española hablar de los cantares, las gestas y aventuras de Rodrigo Díaz de Vivar.

Y vuelve a las tablas del Rojas, un teatro maravillos­o, excelente y precioso, como lo califica. Y también a esta ciudad. «Toledo es una ciudad tan llena de polvo, de historia, de misterio que se puede palpitar, sobre todo por la noche, cuando los gatos son pardos. Es un lugar inspirador, que he visitado con mucha frecuencia», recuerda.

El origen de la lengua

Al hablar de la obra con la que vuelve a Toledo, sus primeras palabras son para explicar y describir el devenir de la lengua española desde sus orígenes en el CantardelM­ioCid, un poema épico anónimo que el intérprete denomina prototeatr­o y que no se había representa­do desde hace mil años.

«Es un poema grandioso, reconocido por todos los exégetas, que es pura tradición oral pero que está descrito con un despliegue de talento y facultades por un autor anónimo, que lo estudiosos consideran que era un escritor de gran formación intelectua­l o era un gran analfabeto», explica el director fundador del Teatro de La Abadía de Madrid. «Se convierte en una obra vibrante, llena de vida, de lances, aventuras y de ejemplarid­ad porque el Rodrigo Díaz de Vivar del poema es un hombre de profundos rasgos humanos, que se atiene a derecho...», asevera.

Difícil no dejar hablar a este actor, un referente cuando comentamos sobre la historia del teatro en este país. Pero también por su interés y dedicación por estudiar la memoria española. Así surgió este espectácul­o. Como un proyecto que realizó para la Real Academia de la Lengua Española (cuando entró a formar parte de la institució­n) y como una contribuci­ón a su elección como académico.

Reitera que este proyecto formó parte de una iniciativa que se llamó «Cómicos de la lengua » , que empezaba con el Mio Cid, texto fundaciona­l de nuestra lengua, y que consistía en diez lecturas, donde académicos y actores compartían la tarea de la lectura y análisis de textos medulares de nuestra literatura. Terminaba con las Memorias de Ramón María del Valle Inclán, en la primera Guerra Mundial.

Tras este proyecto, en el que participar­on grandes actores como Emilio Gutiérrez Caba, Carlos Hipólito y el propio José Luis, que se encargaba también de la dirección, reconoce que decidió llevarlo a escena, por primera vez, aunque había alguna grabación en disco de una persona que se atrevió a hacerlo.

«Pero nunca se había hecho con las debidas garantías fonéticas del castellano medieval», asegura para reconocer que para su puesta en escena ha sido asesorado por una gran medievalis­ta, la académica Inés Hernández Ordóñez. «Tardé seis meses en dominar el castellano medieval para poder realizar esta obra», señala.

Y así explica que el castellano medieval es la lengua que da origen al castellano y que, por supuesto, ahí resue

El actor onubense, en una escena del «Mío CID», con el que llega a Toledo

nan todas las lenguas de España que siguen vivas: el catalán, el valenciano, el gallego, el vascuence... «Lo que resuena es el Mío Cid a través de sus lenguas. Y de nuestra tierra misma: España», recuerda el protagonis­ta de filmes como «Los abrazos rotos» y « Los fantasmas de Goya».

El montaje con el que José Luis vuelve al Rojas es de una sobriedad absoluta, con un piano y una silla como únicos elementos escénicos. Una obra en la que el intérprete habla con absoluta exactitud la fonética del siglo XI, hace entendible el lenguaje y donde regresa a la naturaleza del juglar, en el que está Helena Fernández al piano, que más que piano es generador de unos sonidos acordes con el carácter del Cantar del Mio Cid. Un relato en el que huele a cuero, a hierro, a esparto... a sudor. «Son sonidos arrancados al piano, que no tienen nada que ver con notas musicales»,

explica el artista onubense, que recuerda que hay alguna canción que viene del Romancero sobre la Conquista de Valencia y que también para Toledo reviste un especial interés porque en los momentos fundamenta­les del Cantar del Mio Cid, el Rey Alfonso VI cita a Rodrigo Díaz de Vivar y a sus allegados en esta ciudad. Y aprovecha para contar que en Toledo se va a alojar en el Hotel Alfonso VI, que está muy cerca del coliseo toledano.

José Luis continúa rememorand­o las coincidenc­ias que le han unido al MioCid. Habla del alemán, idioma que aprendió para poder decir Schiller, Shakespear­e... Pero también para pronunciar las vocales y consonante­s enrevesada­s que tiene este poema. Y de sus diez y venturosos años de trabajo en Alemania, de la protección social que ofrece ese país a sus actores, situación contraria a lo que ocurre en España. Y del futuro. Cuenta que con 20 años interpretó a Romeo, en «Romeo y Julieta», y quiere retomar ese papel. «Seré un Romeo mayor, pero es algo que tengo en ciernes», concluye.

Toledo

«Es una ciudad tan

llena de polvo, de historia, de misterio

que se puede palpitar, sobre todo,

por la noche...»

 ?? ABC ??
ABC

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain