ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
España recobra el pulso tras seis meses de cierre: «Vamos a por todas»
ristas franceses, rusos y norteamericanos de tez enrojecida encadenaban cervezas con los pies clavados en la arena. A escasos pasos de la barra se remojaban, tímidamente, los primeros bañistas de la temporada.
Diego reivindica el Maluké como el local pionero de la temporada. «También somos unos valientes, hemos sido el primer chiringuito de playa en abrir en España», asegura con cierta gallardía este hostelero nacido en Nápoles pero con una bandera cubana luciendo en el brazo. En su negocio, como en el resto de locales que salpican la arena de la popular playa de la Barceloneta, se respira ilusión. «Este verano sí » , se prometen unos camareros a otros tras un año en barbecho en Cataluña, una de las comunidades más duras con la hostelería (hasta esta semana los bares y restaurantes solo podían abrir hasta las cinco de la tarde). Han sido meses muy duros y muchos negocios, algunos míticos del litoral barcelonés, ya no subirán la persiana este verano.
El fin del toque de queda, la expansión de las vacunas, los pasaportes Covid para turistas y la caída sostenida de las infecciones coinciden aquí con el inicio de la temporada para decenas de ‘chiringuitos’ playeros que han ido levantando estos días sus particulares decorados, algunos ambientados en playas lejanas. «Nuestro jefe tiene varios locales, y ha arriesgado para abrir antes, nosotros llevamos cerrados desde octubre y ahora hemos salido todos del ERTE. Hay muchísimas expectativas», reconoce Diego. «Es algo psicológico, hay vacuna, la gente está más optimista y aunque no se hayan hecho cosas bien ya da igual, que nos dejen salir, ser libres, salir, ya está», reclama.
Al lado de Diego está Yannery, cajera dominicana del chiringuito, que se suma al optimismo de su compañero italiano: «Hemos dicho: ‘A por todas’, lo vemos. Si con horarios restringidos hemos facturado mucho, ahora con el fin del toque de queda lo vamos a petar, lo presiento». ¿Su mayor miedo? Que todo esto sea un espejismo y que antes de lo esperado, vuelvan los cierres, el confinamiento y los horarios restrictivos, letales para
«Solo pido que no llegue una nueva cepa del virus, que el veranito nos lo dejen tranquilo», dicen hosteleros