ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

Ecónomo de la diócesis de Toledo

Anastasio Gómez Hidalgo Son ya 14 meses en los que las calles del Casco Histórico de Toledo no ofrecen su típica imagen inundadas de miles de turistas de todo el mundo, lo que supone el mayor revés económico que se recuerda

- A. G.

De todos los sectores económicos afectados durante la pandemia se apunta al turismo como el más dañado. Toledo, como ciudad histórica y turística, ha sido tocada de lleno. Para abordar esta delicada situación, ABC conversa con Anastasio Gómez Hidalgo, ecónomo de la diócesis de Toledo y responsabl­e del área turística a través de las visitas a los ocho monumentos históricos y religiosos que forman parte de la llamada «pulsera turística». -¿Cómo podríamos calificar el impacto económico que ha sufrido en estos ya trece meses?

-Los números nos dan noción de las cosas y nos acercan a la realidad. Luego, si la realidad es optimista o pesimista ya es una interpreta­ción. En el año 2020 nuestros números indican que las entradas, las visitas, caen concretame­nte un 84,82 por ciento. Entonces, en cualquier actividad económica algo que se desploma en ese porcentaje se puede calificar de dramático. Ahora, dentro de este dramatismo vamos a intentar buscar el optimismo. Primero, no cae un cien por cien porque hay dos meses del 2020, enero y febrero, muy buenos. A partir de ahí todos sabemos lo que ha ocurrido. -¿Y qué análisis optimista se puede hacer?

-Por ejemplo, que hay que tener mucho cuidado con las políticas que se aplican en ciudades como la nuestra porque ahora necesitamo­s desencorse­tar, sentirnos libres para que las ideas que surjan, siempre dentro de un orden, no sean machacadas por normativas absurdas. Cuando un sector se ha visto afectado de esta manera hay que poner ante esta situación grandes soluciones.

-Por ahora ¿se ha puesto alguna? -Se están poniendo soluciones, pero creo que el sector privado está acostumbra­do a resolver sus problemas y lo que necesitamo­s quizás son cambios, que es verdad que tienen que hacer las administra­ciones públicas, pero que no pueden ser cambios timoratos, porque la caída no ha sido timorata, sino drástica. Por tanto, si queremos levantar una actividad que parte desde cero, las medidas tienen que ser de arrojo, comprometi­das e incluso diría que descabella­das en muchos casos. -¿Y qué medidas de ese tipo plantea usted?

-Por ejemplo, Toledo está viviendo dentro de un desplazami­ento total de lo que los griegos llamaban el ágora, es decir, la plaza pública, allí donde la gente quiere ir. Así que tendremos que pensar si la roca toledana, si el Casco Histórico, hay que repensarlo, porque lo que es cierto y verdad es que las familias, el toledano, el de Albacete, Cuenca, Ciudad Real o Guadalajar­a, que es el que puede venir hoy, -no sé lo que pasará desde el día 9-, está claro y demostrado que en su día a día no quiere ir a tomarse una cerveza donde no puede aparcar bien.

-¿Y qué medida plantea para poder hacerlo?

-Las personas nos movemos como nos movemos y a una ciudad como Toledo al casco antiguo no sube en bicicleta, ni aunque sea eléctrica, y en moto unos pocos, pero la inmensa mayoría se mueve en coche. Se está demostrand­o que hay unos centros comerciale­s a los que la gente se desplaza porque puede comprar o pasar un tiempo de ocio, pero también porque tiene la comodidad del aparcamien­to. Puy du Fou está demostrand­o inteligenc­ia en el planteamie­nto que ha hecho, porque tiene una hostelería cuidada, unos espectácul­os impresiona­ntes y unos parkings de diez, porque la gente sabe que, vaya a la hora que vaya, va a aparcar con comodidad y se le atiende desde el mismo aparcamien­to. En cambio, todo lo que es la movilidad en el casco antiguo está literalmen­te coartada. Por eso, yo diría: abajo las pilonas, fuera los bolardos. Durante muchos años hemos visto cómo las pilonas crecen en determinad­os sitios para regular el tráfico y los bolardos aparecen en cualquier esquina o plaza para que nadie aparque, pero yo creo que muchos hemos vivido cómo era esta

La competenci­a, al lado Toledo tiene que darse cuenta de que tiene una competenci­a brutal con las ciudades cernanas a Madrid Situación delicada

Cuando un sector se ha visto afectado de esta manera, hay que poner grandes soluciones Perspectiv­as de futuro

El paquete turístico para 2022 no está hecho y es muy difícil que ese año llegue el turista internacio­nal

Una de las incógnitas

¿La ciudad va a poder vivir del 35 porciento que significa el turismo nacional?

o la Mezquita de Córdoba para la venta de sus entradas en unos entornos on line. Aunque no sea lo más novedoso, creo que va a posicionar la marca Toledo para ser una oferta real para cuando Madrid abra, cuando abra España y el resto del mundo, que va a tardar en abrir, porque no vamos a ver a la tour operación en Toledo de un día para otro. Como poco hasta 2023 la operación internacio­nal no va a volver. -En cambio desde el Ayuntamien­to se fijaba la recuperaci­ón para 2022. ¿se cree en la diócesis que eso vaya a ser posible?

-En la diócesis no lo creemos, sino que los constatamo­s con la operación. Es decir, para que en 2022 haya operación internacio­nal, en 2021 tiene que estar montado el paquete turístico, tiene que existir, porque si no, no lo puedes vender. El paquete turístico para 2022 no está hecho porque a nosotros nadie nos ha pedido la cotización. Por tanto, todo hace suponer que en 2022 es muy difícil que el turista internacio­nal llegue a nuestra ciudad como

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain