ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Recobrar medio año de abrazos perdidos
La primera jornada sin cierre perimetral facilitó los reencuentros familiares pero apenas se notó en el turismo
El cierre perimetral de las comunidades para frenar la transmisión del coronavirus ha separado a miles de familias durante más de medio año y por eso ayer muchas no quisieron esperar ni un día más. Pese a que la jornada discurrió con tranquilidad en las carreteras, aeropuertos y estaciones de trenes, algunas de ellas consiguieron darse su primer abrazo en muchos meses.
El primer AVE Madrid-Valencia llegó a la capital del Turia a las diez y 33 minutos de la mañana. Entre los pocos ciudadanos que esperaban que el tren se detuviera en la zona de llegadas de la estación Joaquín Sorolla, se advertían algunos ojos vidriosos. Eran los de una mujer y su marido que llevaban seis meses sin ver a su hija. «Es su cumpleaños y vamos a poder celebrarlo los tres juntos. Ha sido muy duro, pero también tenemos que vivir», apuntó el matrimonio, con la esperanza de que con «prudencia» esta situación que han padecido no se vuelva a repetir.
La pareja, que prefirió no revelar su nombre, se fundió con su hija en un tierno abrazo que duró una eternidad. Luego salieron juntos de la estación para celebrar una ‘comida especial’ más que un cumpleaños.
Las puertas automáticas que separaban el andén de la terminal se abrieron nuevamente. Carmen salió decidida arrastrando una maleta grande: «Estamos deseando ver a mis padres y a mis hermanos». «No nos vemos desde agosto», comentó su hijo David, de diez años, que vivió «ilusionado» el viaje de menos de dos horas desde Atocha.
Viaje de vuelta
Era verano también la última vez que Francisco y Lucer estuvieron con Fran, el hijo de él, que reside en Pinto. «Venimos a buscar al niño, que viene de Madrid. Teníamos muchas ganas de abrazarlo. Dentro de un par de semanas iremos nosotros», dice su padre.
Fran baja del vagón y los saluda mientras se acerca a ellos con una sonrisa: «Llevamos un añito sin vernos y ahora vengo a pasar unos días con ellos. Nos lo merecemos». Pero a esta familia todavía le queda un reencuentro. La mujer de Fran y sus perros llegan en coche en unas horas. No tendrán problema en llegar porque la A-3 no registra incidencias y el volumen de tráfico es el habitual.
Aunque la normalidad fue la tónica dominante en el primer día sin estado de alarma, en la capital de Castilla-La Mancha, Toledo, ciudad turística por
Reencuentro de Fran con su familia en la estación del AVE de Valencia
Más afluencia de la habitual en la estación de autobuses en Logroño excelencia, sí se notó cierto incremento en el número de visitantes, especialmente llegados de Madrid, «aunque mucho menos de lo que nos esperábamos», dijeron a ABC desde la Oficina de Información Turística, situada a escasos metros de la Puerta de Bisagra, principal vía de acceso del flujo turístico a la Ciudad Imperial.
A escasos minutos del cierre de la oficina, las consultas de turistas registradas ayer domingo nublado y algo desapacible fueron un total de 35, «una cifra que está bien en relación al parón que hemos tenido en semanas y meses anteriores, aunque esperábamos al menos 40». Los madrileños llegados ayer a Toledo prefirieron viajar en sus vehículos particulares; pocos lo hicieron en autobús o en AVE, aunque en las entradas a la ciudad por la A-42 no se registraron las largas colas de vehículos de otras veces.
También predominaron las parejas sobre las familias al completo. Por cautela y prudencia ante posibles contagios de coronavirus, todos ellos prefirieron visitas al exterior de los monumentos y pasear por la ciudad. «Con respecto a otros fines de semana las cifras son buenas, pero no ha habido masificación como antes de la pandemia», señalaron las mismas fuentes, que cifran las visitas a Toledo en un 35% del total que solía registrarse antes de la pandemia. En relación a otros fines se semana ya inmersos en la pandemia, las visitas se han multiplicado por tres.
Remontada
Un factor que influyó en que las visitas turísticas fueran menores es que solo un día de los dos que conforman el fin de semana transcurrieron sin el paraguas legal del estado de alarma. «Los visitantes se vuelven en el día a su destino porque mañana (por hoy) es día laborable; si hubieran llegado el sábado se habrían quedado a dormir en la ciudad, pero no ha sido así». Por eso, todas las esperanzas en la remontada están puestas en el próximo fin de semana.
Padres e hijos
«Vamos a poder celebrar el cumpleaños los tres juntos. Ha sido muy duro, pero también tenemos que vivir»