ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
La catástrofe del Covid pudo haberse evitado
En j ulio del año pasado, cuando habían transcurrido apenas unos meses desde el inicio del brote de coronavirus en Wuhan y el resto del mundo ya estaba contra las cuerdas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) creó un panel independiente de expertos internacionales cuya misión era « proporcionar un camino para el futuro basado en la evidencia » , así como « en las lecciones del presente y del pasado para asegurar que los países y las instituciones globales, incluida la OMS, aborden eficazmente las amenazas para la salud». Este objetivo se llevaría a cabo por medio de la evaluación de «los conocimientos y las lecciones aprendidas de la respuesta sanitaria al Covid-19», así como en emergencias anteriores. Dos meses después, este organismo inició una revisión imparcial e independiente cuyas conclusiones se hicieron públicas ayer y serán presentadas de forma oficial a la Asamblea General el próximo 25 de mayo. Se resumen en una sola frase: la pandemia podía haberse evitado.
La conclusión no supone ningún consuelo en un momento en el que en el mundo se han contabilizado a fecha de hoy casi tres millones y medio de personas fallecidas, así como 160 millones de contagios, y donde todas las esperanzas están puestas en la vacunación. Durante estos meses, el panel copresidido por Helen Clark, ex primera ministra de Nueva Zelandia, y Ellen Johnson Sirleaf, expresidenta de Liberia, ha revisado de forma rigurosa, según fuentes del equipo, las pruebas que podrían explicar cómo un brote de una enfermedad se convirtió en una pandemia, así como cuál fue la forma de actuar al respecto a nivel mundial y nacional.
En el documento, titulado «Covid19: que sea la última pandemia», recomiendan a la comunidad internacional la adopción de un conjunto de reformas destinadas a transformar el sistema mundial de preparación y respuesta ante pandemias así como su prevención, tras confirmar que el sistema actual no era el adecuado para proteger a la población frente al Covid-19. «El tiempo transcurrido desde la notificación de un conglomerado de casos de neumonía de origen desconocido a mediados de diciembre hasta la declaración de una Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional (ESPII) fue demasiado largo», reza el reporte.
Para los expertos, «febrero de 2020 fue un mes perdido en el que muchos más países podrían haber tomado medidas para contener la propagación del SARS-CoV-2 y prevenir la catástrofe sanitaria, social y económica mundial que todavía persiste». El sistema actual «es claramente inadecuado para evitar que otro patógeno nuevo y altamente infeccioso, que podría surgir en cualquier momento, provoque una pandemia», advierte el grupo.
El organismo considera que la OMS tuvo «poco poder» y «el liderazgo político global estuvo ausente». Llama la atención, sin embargo, que estas críticas no señalen de forma directa a nadie, y que no mencione concretamente a las autoridades chinas, donde se originó el brote.
«Nuestro mensaje es simple y claro: el sistema actual falló en protegernos de la pandemia de Covid-19. Y si no actuamos para cambiarlo ahora, no nos protegerá de la próxima amenaza pandémica, que podría ocurrir en cualquier momento», declaró Ellen Johnson Sirleaf, quien aseveró que «las estanterías de los archivos de Naciones Unidas y de las capitales de los países están llenas de informes y revisiones de crisis de salud anteriores. Si se hubieran atendido sus advertencias, habríamos evitado la catástrofe en la que nos encontramos hoy».
Una catástrofe que no es solo sanitaria, sino que toca todos los palos de la vida social. Por ejemplo, se calcula que hasta 125 millones más de personas se han visto empujadas a la pobreza extrema por causa de la pandemia; 72 millones más de niños en edad escolar corren ahora el riesgo de no poder leer o comprender un texto sencillo debido al cierre de los colegios; la violencia machista ha «alcanzado niveles sin precedentes»; y la conmoción económica en todo el planeta es la «más profunda desde la Segunda Guerra Mundial». «Dada la magnitud de la devastación causada por esta pandemia y su continua repercusión en la población de todo el mundo, el panel ha decidido documentar exhaustivamente lo que ha sucedido y por qué y hacer recomendaciones audaces para propiciar el cambio», recalcó por su parte la copresidenta, Helen Clark.
Entre estas recomendaciones, que se dividen en algunas inmediatas para detener la propagación del virus y otras de cara al futuro, el equipo pide a los países más ricos que donen al menos 1.000 millones de dosis de vacunas a los más pobres de aquí a septiembre, y que financien un mecanismo internacional que mantenga una capacidad de respuesta continua frente a posibles pandemias.