Eli Broad (1933-2021)

Constructor y asegurador californiano, impulsó múltiples proyectos culturales

Nacido en 1933 en Nueva York, en el Bronx, en el seno de una familia de humildes emigrantes judíos lituanos, pasó su infancia y adolescencia en Detroit, donde fue un tiempo operario en la Packard. Prototípico ‘self made man’, además de con sus negocios inmobiliarios, primero en Detroit, luego en Phoenix, y a partir de 1963 en Los Ángeles, se hizo inmensamente rico con Kaufman & Broad, y con la compañía de seguros SunAmerica. Muy implicado en la vida cultural de la ciudad donde ha fallecido, y seguidor de una regla de conducta que le ha llevado siempre a dedicar a la filantropía una gran parte de sus beneficios, es realmente impresionante la lista de instituciones que apoyó, tanto en el campo de la ciencia, la medicina o la educación, como en el del arte.

Fue durante los años setenta del siglo pasado cuando se consolidó la vocación de coleccionista y mecenas de Broad y de su mujer, Edythe. La cosa empezó al ser nombrado presidente del MOCA. Fue luego patrono del Lacma, al que legó un anexo contemporáneo, diseñado por Renzo Piano. En lo musical, gracias a su decisión de contratar a Plácido Domingo como director artístico, la Ópera de Los Ángeles adquirió renombre internacional. Además del Broad Art Center de la UCLA, obra de Richard Meier, y del MSU Broad Museum, en East Lansing (Míchigan) y proyectado por Zaha Hadid, su emporio cuenta con The Broad, en la Grand Avenue del propio Los Ángeles, y obra de Diller Scofidio + Renfro. Que le apasionaba la arquitectura, pero también para vivirla, lo prueba el hecho de que su mansión en Brentwood lleva la marca Gehry, mientras que para su casa de Malibú Beach el elegido fue, nuevamente, Meier.

Dentro del programa del MSU, museo universitario y que presta mucha atención al papel, destacar una inusitada retrospectiva del malogrado minimalista francés Michel Parmentier. En el caso de The Broad, la joya de la corona, apabulla realmente la lista de lo atesorado entre sus paredes, desde un bellísimo Miró de 1933 hasta cuadros de Condo, Julie Merethu, Neo Rauch, Luc Tuymans, Christopher Wool o el raro John Currin. Entre los mejor representados, destacar a dos californianos: Sam Francis, y Diebenkorn, con un luminoso ‘Ocean Parks’; a Twombly, americano en Roma, y moderno siempre con un pie en el pasado; a Rauschenberg, Johns, Warhol, Lichtenstein, Artschwager, y Ed Ruscha, otro del Pacífico; a minimalistas como Ellsworth Kelly, Carl Andre o John McCracken; a constructivistas de diverso pelaje como Sean Scully o Peter Halley; a Basquiat, Condo o Schnabel; a fotógrafos como Ruff, Struth, o Gursky. Y un larguísimo etcétera.

AFP