ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
El tejido empresarial aún sigue sin recuperar su nivel pre-Covid
Casi 83.300 empresas han dejado de cotizar a la Seguridad Social, de invertir y de crear empleo
cias de que se implante la contrarreforma laboral que pretende llevar a cabo antes de que termine el año. «Los mensajes permanente de la ministra de Trabajo indicando que pretende legislar mirando al siglo XIX están generando más incertidumbre entre los empresarios y eso está frenando la contratación».
«De hecho, no es cierto que hayamos recuperado el número de trabajadores previo a la crisis del Covid. Desde el momento anterior a la pandemia, el paro registrado ha aumentado en 368.292 parados más. Pero además, aún hay 459.544 personas en ERTE, que cada día que pasa es más difícil que puedan abandonar esta situación. Por lo tanto, en este momento hay 827.836 personas (entre parados y afectados por ERTE) que antes trabajaban y ahora no lo hacen», continúa Aranda.
Explica que frente a esta situación, la ministra Díaz pretende apuntalar los empleos con el BOE, prohibiendo los despidos y eliminando los contratos temporales, olvidando que los puestos de trabajo los generan las empresas en un marco de libertad de gestión. Los empresarios en este momento ya tenemos bastantes problemas e incertidumbres, pero la ministra los está multiplicando», asegura.
Para Aranda la clave está en mirar a Europa y copiar las fórmulas de éxito. «Es muy revelador el hecho de que la contratación acumulada en los cinco primeros meses de este año solo se ha incrementado un 18,08% respecto al mismo periodo de 2020, pese a que en aquel periodo se produjo un cierre total de nuestra economía. Es fundamental abandonar cuanto antes la política ideológica del Ministerio de Trabajo basada en la rigidez porque eso va a seguir paralizando la recuperación del empleo. Es necesario legislar en la vía de la flexibilidad, como hace el resto de Europa, que tiene la mitad de paro y temporalidad que tenemos en España», concluye.
La ministra aprieta
El camino de Díaz es inverso y alejado de la flexibilidad. La vicepresidenta económica sigue su hoja de ruta para derogar la reforma de 2012, una norma que recibió las bendiciones de Bruselas. La ministra ha emprendido una carrera en solitario en el Gobierno, lejos de la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, que no ve con buenos ojos su «revolución laboral» y más cercana a las tesis de la CEOE, que no firmará cambios que introduzcan rigidez en el mercado de trabajo.
Yolanda Díaz sigue apretando y ha presentado una última propuesta a la mesa de negociación que endurece las facilidades que hoy tienen las empresas para cambiar las condiciones de trabajo de sus empleados, también quiere recuperar la ultraactividad y acabar con la superioridad del convenio de empresa, además de emprender una drástica reforma de la contratación temporal que, en la práctica, supondría su práctica eliminación.