ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Cuenca se tiñe de negro por 10º año en el Festival Casas Ahorcadas
Destacaron el premio a Bernard Minier y los homenajes a Alexis Ravelo y Domingo Villar
Aunque el verde de los bosques y montes que la rodean, con las hoces del río Júcar al norte y su afluente Huécar al sur, es el color predominante de Cuenca, estos días, como sucede todos los años por estas fechas, la ciudad se tiñe de negro. Y no porque haya habido un suceso luctuoso en la ciudad, o sí, ya que son varios los muertos que arrastran a sus espaldas los autores del género negro que se dan cita en el Festival Internacional de Novela Criminal de las Casas Ahorcadas.
Y como todos los ‘criminales’ que convierten sus ideas en grandes novelas negras necesitan a alguien que difunda sus historias, en el caso de este certamen, que en 2023 celebra su décimo aniversario, el capo es Sergio Vera. Este conquense de pura cepa, amante de este género, director de este festival y de su club de lectura «más negro que el resolí», que cada año, junto con su familia y un grupo de más de 60 fieles, reúne a algunos de los mejores autores. Durante estos días ha recordado cómo comenzó todo y cómo, entre bodas y otros eventos, ha ido captando para su causa a estas grandes figuras de la novela negra. «Lo que más se valora es que todos te lo pongan tan fácil», afirmó.
Entre otros, del miércoles al sábado han pasado por Cuenca Elio Quiroga, César Pérez Gellida, Mikel Santiago, Víctor del Árbol, Arantza Portabales, Paz Velasco, Lorenzo Silva, Noemí Trujillo, Manuel Rivas o Jerónimo Andreu, entre otros. En esta edición, pese a la baja de última hora de Dolores Redondo por motivos personales, ha destacado la visita del maestro del género en Francia Bernard Minier, autor de la conocida serie policíaca protagonizada por su carismático comandante de la Policía Judicial de Toulouse, Martin Servaz, que ha acudido a Cuenca a recibir el galardón Tormo NegroMasfarné 2022 por su novela 'Una maldita historia' que entrega las Casas Ahorcadas. Un premio, dotado con 1.300 euros este año, que ha donado a la organización del festival, algo que han agradecido los responsables del mismo, que han pedido a las instituciones públicas más ayuda para poder «hacer mejor las cosas».
Bernard Minier fue el encargado de inaugurar este jueves este certamen, al que llegó con su nueva novela, ‘Lucía’, recién salida del horno, calentita como los cadáveres que acaban de asesinar. Pero, en realidad, el festival ya había comenzado un día antes con el merecido homenaje al escritor Alexis Ravelo, un asiduo en Casas Ahorcadas, donde ganó el Tormo Negro-Masfarné en 2014 a la mejor novela con ‘La estrategia del pequinés’, así como el Premio Hammett de la Semana Negra de Gijón.
Cómic y videojuegos
Pero, como no sólo de novela negra vive el hombre y la mujer, durante el festival ha habido un hueco para el cómic y los videojuegos para intentar acercar al mundo de la lectura a los más jóvenes. Así, entre las mañanas del jueves y el viernes unos 600 alumnos de centros de educación secundaria conquenses han pasado por el aula magna de la Facultad de Bellas Artes de la UCLM en Cuenca, donde han podido conocer los trabajos de algunos maestros de estas dos disciplinas artísticas. Entre ellos, han estado el guionista JuanRa Fernández y el dibujante Mateo Guerrero, autores del cómic ‘Gloria victis’, o el guionista Josué Monchán y el artista Adrián Hernández, de la empresa Péndulo Studios, que han adaptado a videojuego el cómic ‘Blacksad’ o la película ‘ Vértigo’, de Alfred Hitchcock, y ahora tienen entre manos la adaptación de los libros de Tintín.
Pero el momento más emotivo de estos días ha sido, sin duda, el tributo que el director del festival ha rendido al tristemente desaparecido Domingo Villar. En la Delegación de Educación y Cultura de la Junta en Cuenca, la otra sede de este encuentro, Sergio Vera, los amigos y la familia han homenajeado la figura del añorado escritor gallego, tan unido a Vigo y a la tierra que le vio nacer. Ese será, quizá, ‘el último barco’ del creador del inspector Leo Caldas en Cuenca, donde siempre estará en el recuerdo de los «negritos» de las Casas Ahorcadas.