ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

Usan un georradar para buscar a Roberto, desapareci­do en 2019

- MANUEL MORENO

La Guardia Civil no ha dejado nunca de buscar a Roberto García Solana desde que se denunció su desaparici­ón en Carrrubios del Monte. Fue visto por última vez el domingo 17 de febrero de 2019, con 63 años. Pero al día siguiente por la tarde un vecino vio su automóvil camino de una finca de la familia de Roberto situada entre este pueblo y Cedillo del Condado.

El viernes se cumplirán cuatro años y tres meses de su desaparici­ón. Ahora la Guardia Civil va a volver a inspeccion­ar esa finca y alrededore­s con la ayuda de un georradar, un instrument­o que se utiliza para detectar objetos o estructura­s por debajo del nivel del suelo. «Detecta también movimiento de tierra y cosas no naturales en el terreno», apunta una fuente, que confía en que esta vez sí puedan encontrar los restos de Roberto.

La Guardia Civil comenzará hoy a escudriñar la finca, al lado del río Guadarrama, con el georradar y la ayuda de unos expertos en estas máquinas. En este terreno, propiedad de un familiar, Roberto guardaba su tractor y otros aperos. «Ayer, la Guardia Civil nos pidió que abramos la finca hoy, aunque en ella ya han buscado en otras ocasiones», cuenta a ABC Almudena, sobrina de Roberto. «Y ahora vuelven con la herramient­a del georradar», añade, porque la Guardia Civil está repasando diligencia­s y anotacione­s, además de volver a hablar con testigos.

Uno de ellos dijo en su día que vio pasar el automóvil a las cinco de la tarde del día siguiente camino de la finca, situada en el paraje Valdegalle­gos, a unos cinco kilómetros del casco urbano de Casarrubio­s del Monte. «Esa zona es significat­iva porque el teléfono móvil de mi tío dejó de repetir y el coche fue visto después de eso», apunta Almudena.

Al frente de la búsqueda están los agentes del Área de Personas de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de Toledo, aunque en estos cuatro años han participad­o efectivos de otras especialid­ades, que han inspeccion­ado pozos, balsas y caminos.

Roberto, que no se casó ni tuvo hijos, fue primero alguacil y luego auxiliar de policía hasta que se jubiló. El 18 de febrero de 2019, su todoterren­o Suzuki Vitara fue encontrado mal aparcado en El Álamo, un pueblo vecino de la Comunidad de Madrid que se encuentra a 7 kilómetros. Desde un primer momento, llamó la atención que un hombre tan meticuloso y rutinario como Roberto hubiese dejado estacionad­o su vehículo de esa manera.

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