ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
TENDENCIA FAVORABLE PARA EL PP
El 28M tendrá una lectura en clave nacional, pues nunca el partido que ganó en número total de votos en estas elecciones dejó de gobernar después en las generales
LA campaña electoral encara desde hoy sus últimos días con la conocida prohibición de publicar más encuestas de ahora en adelante. No obstante, que no se puedan publicar no significa que no se sigan alimentando los ‘trackings’ internos de los partidos, sobre todo como guía para calibrar la movilización ciudadana y la participación que pueda producirse. Salvo las previsiones del CIS –una vez más al servicio del PSOE para condicionar el voto y con horquillas tan amplias que resulta casi imposible fallar–, hay cierta unanimidad en muchos de los sondeos publicados. Los realizados por GAD 3 para ABC muestran una tendencia de cambio claro en el dominio autonómico y municipal que ahora mismo tiene el PSOE. Comunidades como la valenciana, Castilla-La Mancha, Baleares, Aragón, o incluso Extremadura, arrojan unos resultados muy parejos entre el PSOE y el PP, con variantes de alianzas que aventuran un vuelco, y por tanto la posible gobernabilidad del partido de Alberto Núñez Feijóo junto a Vox en algunas de ellas. Madrid, Murcia o incluso La Rioja parecen aseguradas para el PP, mientras Asturias o Navarra lo están para el PSOE. En duda quedan también Cantabria y Canarias, con un pronóstico de avance muy significativo también para el PP. También en las grandes capitales el progreso demoscópico de los populares está asegurado, y en la simbólica Sevilla –por lo que significan esta ciudad y algunas diputaciones andaluzas para el PSOE– el resultado se dirimirá por pocos votos.
A pocos días del cierre de la campaña, el PP se erige así en previsible triunfador global de estos comicios, que necesariamente tendrán una lectura en clave nacional. Nunca el partido que ganó en número total de votos en estas elecciones dejó de gobernar después en las generales, con lo que las urnas serán la mejor encuesta de lo que vaya a ocurrir en otoño, cuando Pedro Sánchez disuelva el Congreso. El avance del PP tiene tres causas muy identificadas: la consolidación del liderazgo de Alberto Núñez Feijóo tras el proceso autodestructivo de ese partido durante la última etapa del mandato de Pablo Casado; la desaparición real y probablemente definitiva de Ciudadanos de la inmensa mayoría de ayuntamientos y autonomías; y el enorme desgaste que experimenta el PSOE con la figura de Pedro Sánchez. Hasta hoy al menos, al PSOE no le ha ido bien la campaña. Sánchez se propuso convertir este proceso electoral en un plebiscito sobre su liderazgo nacional, y eso ha generado profundas divisiones en su partido por el notorio rechazo de algunos ‘barones’ y su temor a ser ‘arrastrados’ por los errores del presidente del Gobierno. Además, por primera vez en una campaña desde que Sánchez está en la Moncloa, el PSOE no ha marcado ni la agenda, ni el ritmo ni los ítems electorales que le interesaban. Las listas de Bildu con 44 terroristas como candidatos han desmontado la idea de Sánchez de hacer de la campaña una exposición de logros con millonarias partidas económicas para viviendas y ayudas sociales. Nada de esto ha estado realmente en campaña, o si lo ha estado, ha sido con poco rédito para los socialistas, según las encuestas.
Las urnas serán también la piedra de toque definitiva que calibre las expectativas de Yolanda Díaz con Sumar, a la vista de los distintos partidos ‘asociados’ que sí concurren a los comicios y, sobre todo, de Podemos y de su capacidad para entrar en algunos Parlamentos, ya que las encuestas lo dejan muy al límite de desaparecer en autonomías relevantes. El estado del que la izquierda salga del 28M condicionará todo en los próximos meses.