ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
El ‘Woodstock’ del decrecentismo
Ursula von der Leyen asistió al seminario de los decrecentistas en la UE, pero no llevó sus zapatillas
La semana pasada, el Parlamento Europeo ha acogido la conferencia ‘Más allá del crecimiento’, organizada por una veintena de eurodiputados, la mayoría de izquierda, que pueden considerarse los legítimos hijos del Club de Roma. Es sabido que el informe encargado por este grupo de presión al MIT y que se publicó en 1972 bajo el título ‘Los límites del crecimiento’ erró en sus negros pronósticos sobre el destino de la humanidad.
Básicamente lo hizo porque el programa informático World3 fracasó a la hora de integrar el impacto de los avances tecnológicos. Hoy tenemos el doble de la población y el cuádruple de PIB y las emisiones de CO2 de las naciones ricas están descendiendo.
La inventiva humana fue el principal ingrediente que el MIT –¡precisamente el reducto de los inventores!– no tuvo en cuenta en su modelo informático. Eso es lo que ha hecho que el petróleo a un dólar el barril, efectivamente, se haya agotado como vaticinaron. Pero petróleo a 60 euros queda mucho y a 600 euros ni hablar. Lo que sigue encareciendo el precio del petróleo hoy es la condena política que se ha dictado contra los combustibles fósiles.
Que Ursula von der Leyen inaugurara este encuentro que ‘ The Economist’ ha denominado «el Woodstock de los que quieren cambiar el sistema» ha causado malestar entre muchas personas. «¡Qué locura, una pena que @vonderleyen le dé algo de credibilidad con su presencia!», se lamentó el exeurodiputado Luis Garicano en Twitter. Es comprensible este malestar si tenemos en cuenta que los contribuyentes europeos han financiado los debates de quienes creen que el PIB es un pésimo parámetro del éxito de una sociedad y que, en cambio, deberíamos utilizar otros indicadores como la salud mental o la paz interior. Puedo imaginarme que las democracias liberales se quedarían muy atrás respecto de las teocracias en ese ranking.
La autenticidad de la buena disposición de Von der Leyen para oír a los decrecentistas desgranando sus teorías en el corazón de las instituciones europeas hay que ponerla en remojo. Precisamente esta semana, varios medios han interpretado unas palabras de la presidenta de la Comisión en el sentido de que no vería mal una ralentización de las leyes medioambientales. La alemana no sólo le copia el vestuario a Christine Lagarde, también sus razonamientos: «Tenemos que prestar atención a la capacidad de absorción» de esas propuestas verdes, dijo como si hablara de la subida de tipos de interés.
La regla de Pareto también se aplica en el debate público. El 80% de las personas suelen pensar y actuar según el sentido común y sólo un 20% o menos se apartan de ello. De estos, sólo un pequeño porcentaje son unos genios, unos visionarios y unos adelantados (gran invento de los reyes españoles), el resto son personajes que no habrían prosperado de haber tenido una madre con una zapatilla cerca. jmuller@abc.es