ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
La Junta de Andalucía frenó otro resort de golf aprobado por el PSOE
En 2011 el Gobierno de Griñán declaró de interés turístico el proyecto de tres hoteles
La Junta de Andalucía paralizó un mega proyecto turístico, deportivo y residencial en el municipio gaditano de Barbate, pocos meses antes de que se desatara una tormenta política a cuenta de una urbanización promovida en la cercana localidad de Trebujena, enfrente del Parque Nacional de Doñana. El 7 de septiembre pasado, la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul emitió una declaración ambiental estratégica desfavorable al proyecto de Barbate porque, según argumentaba, el proyecto denominado Següesal Golf Resort, que incluía tres hoteles y más de un millar de alojamientos (residenciales y turísticos), podía suponer una amenaza para dos especies de flora protegidas (Silene stockenii y odontites foliosus).
Además, «resultaría contrario a los objetivos» recogidos en el Plan Director para la Mejora Ecológica de Andalucía y el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales del cercano Parque Natural de La Breña y Marismas de Barbate. En estos términos se expresaba el entonces delegado territorial de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta en Cádiz, Daniel Sánchez, que firmó el informe el 7 de septiembre de 2022. La urbanización, promovida por la empresa Bogaris Residential, tuvo el espaldarazo del Gobierno socialista en Andalucía, que aprobó en 2011 su declaración como proyecto de interés turístico regional.
El resort barbateño preveía la construcción de tres hoteles de cuatro y cinco estrellas, 636 apartamentos turísticos, 450 viviendas nuevas y un campo de golf de 18 hoyos. Venía auspiciado por el entonces alcalde de la localidad, el socialista Rafael Quirós, que fijó en 2012 el inicio de las obras, valoradas en 150 millones de euros. Como el plan de Trebujena, precisa de una modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). La pretensión era colocar a Barbate en el mapa del turismo deportivo de lujo, y crear 600 puestos de trabajo en los cinco años que duraría su construcción y otros 500 empleos cuando se pusiera en funcionamiento.
Sin la caja de resonancia que ofrece una campaña electoral, la negativa de la Administración autonómica al proyecto no tuvo tanto eco como el fallido resort de Trebujena. Esta actuación, planeada en la orilla opuesta al Parque Nacional de Doñana, recibió un primer dictamen ambiental favorable de la Junta, que estaba condicionado al visto bueno del organismo que gestiona la cuenca del Guadalquivir. La iniciativa, que hasta hace poco tenía el apoyo del Ayuntamiento de Trebujena –un bastión histórico de Izquierda Unida–, ha entrado en barrena después de que la Confederación Hidrográfica de Guadalquivir haya emitido un informe contrario porque afecta a suelos inundables.
Tanto uno como otro proyecto tienen algo en común. Ambos se sitúan en las inmediaciones de espacios protegidos –aunque fuera de sus límites– y recibieron el aliento de la Junta de Andalucía cuando gobernaba el PSOE, partido que esgrime la bandera medioambiental contra Juanma Moreno, quien llegó a la Presidencia en 2019 con la promesa de promover «una revolución verde para convertir a Andalucía en un referente mundial de la lucha contra el cambio climático».
Reducción de la burocracia
En su reunión del 26 de julio de 2011, el Consejo de Gobierno presidido por José Antonio Griñán (PSOE) acordó la declaración de interés turístico del resort de Barbate. Se convirtió en el primer campo de golf que obtuvo esta calificación en Andalucía tras aprobar un decreto que reducía la burocracia de este tipo de proyectos deportivos que incluían promociones inmobiliarias.
El 29 de junio de 2021, el Gobierno compartido del PP y Ciudadanos asignó Següesal Golf Resort a la Unidad Aceleradora de Proyectos de Interés Estratégico en Andalucía. Todo cambió a los pocos meses, cuando la Delegación Territorial de Cádiz aceptó parte de las alegaciones presentadas por Ecologistas en Acción en Cádiz. Pese a las medidas correctoras introducidas, concluyó que el plan «ocasionaría una alteración directa de buena parte de los hábitats de interés comunitario y del hábitat de especies protegidas». No obstante, el delegado en Cádiz dejó la puerta entreabierta a su aprobación «si el plan es modificado eliminando las afecciones detectadas por el Servicio de Medio Ambiente». En ese caso, la Junta volvería a estudiar el expediente.
La Junta lo rechazó por los posibles «efectos negativos en la biodiversidad» del cercano Parque de La Breña y Marismas de Barbate