ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Claves, réquiem y ¿resurrección?
POR JOSÉ EUGENIO SORIANO
Con cálida despedida, breve pero con un cordial punto de emoción, Fernando Savater, nos dice adiós a ‘Claves’, apellidada de ‘razón práctica’, tras 33 años de existencia manteniendo sólidamente la solvencia, curiosidad, crítica y amenidad intelectual que, tanto necesitamos para seguir con aliento fundando y refundando ideas, que nos permitan hacer ecuación de Cultura=Estado de derecho=Democracia= Intelectualidad. Y donde Savater ha mantenido el punto de ironía necesario para mostrar que ese refinado sentido de humor es capaz de hacer reflexionar, logrando que con firmeza y serenidad repensemos lo que nos sucede alrededor. Algo así como «saber por dónde te da el viento», y como buena brújula, atender a horizontes por descubrir.
Lástima. Entonemos el réquiem, porque este tipo de publicaciones, escasean. Aunque sé bien que hay varias especializadas de altísima calidad, a mí personalmente me acompañan en este ámbito la bien mantenida ‘Revista de Occidente’ de tan famoso orteguiano origen, y la más reciente «El Cronista del Estado social y democrático de derecho», de Santiago Muñoz Machado. Así que al perder una de ellas, me siento amputado. Y no quiero, claro está.
Con salvedades como las anunciadas revistas, sucede a nuestras gacetas, lo mismo que al resto de las empresas españolas: despegan, vuelan, pero siempre aterrizan. Lo mismo en periódicos, salvo el más que centenario ABC o ‘La Vanguardia’, y poco más. Y apenas, se mantienen en el tiempo, dando envidia las empresas que apostando por una cálida tradición vemos tantas veces fuera de nuestras fronteras, manteniendo su atopadiza decoración, formato, y desde luego, continuidad empresarial. En España, hay que reforzar la tradición, mantener nuestros lugares y sitios pensando en una continuidad cierta, algo así como una carrera de relevo en que se va pasando el testigo lo que merece culturalmente la pena conservar y actualizar.
Y creo que ‘Claves’ como un Lázaro resucitado, debería revivir. Y hacerlo de la mano de tantos que se nos harían los dedos huéspedes (en la segunda acepción del Diccionario de uso del español. M. Moliner: «Forjarse ilusiones de que se repitan sucesos favorables como los ya ocurridos»). Nombres no faltarían, para empezar y aunque fuera sólo como príncipe Gautama Buddha, el propio Savater. Así, desde mi perspectiva, y hay otras muchas apropiadas, desde Antonio Jiménez Blanco a Roberto Blanco Valdés, y desde luego, también, en modo principesco, Alejandro Nieto y tantos otros que se pueden sumar. Y alrededor suyo, tantos amigos y colegas, cuyos nombres si empiezo a dar, no terminarían. Con una pequeña suscripción, popular si se quiere, o si hay que buscar alguna fundación, se puede conseguir. Es cuestión de gestión, resolución, decisión…
Pero creo, sin hipérbole, que podemos decir, como al de Betania, “Levántate y Anda”, porque no podemos dejar que fallezca una obra no solo hermosa, también necesaria y no sólo para los pocos, sino para proyectar algo más, con cierto espíritu empresarial también necesario, esta magnífica obra que no tiene que perecer.