ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
16 temporadas y más de 300 partidos en Primera división
Teodoro Sobrino Magán, que aspira a dirigir la Federación de Fútbol regional, acusa al actual presidente, Pablo Burillo, de «ocultismo» y de llevar «más de 30 años viviendo de ella»
Si Sobrino Magán fuese elegido presidente de la Federación de Castilla-La Mancha, automáticamente se despediría del arbitraje en activo, donde acumula 16 temporadas en Primera. Debutó en 2008, a las órdenes de Pérez Lasa, en un Racing de Santander-Real Madrid (0-2); y desde entonces suma más de 300 partidos de Liga. El suyo es un caso único, pues no se conoce a ningún otro colegiado que haya dirigido una federación regional. Si acaso Salvador Gomar, actual presidente valenciano, que al parecer pitó en su juventud. Sobrino Magán, que este año acompaña al toledano Alberola Rojas, presume en su currículum de una semifinal de ‘Champions’ (Mónaco-Juventus en 2017) y de unas cuantas finales de la Copa del Rey, que «son una fiesta del fútbol y vivirlo como protagonista es lo más».
res, entrenadores y árbitros. A continuación, esos 70 miembros elegirán al presidente de la federación. Hay que recabar un mínimo del 15% de apoyo de los asambleístas para poder optar al cargo.
La precandidatura que encabeza Sobrino Magán se llama ‘Más Fútbol’ y «somos todos muy jóvenes». Sin embargo, «la gente que está conmigo me ha pedido que, de momento, no revele su nombre». En cualquier caso, el árbitro asegura que «nos sorprende que estemos teniendo tanto apoyo». «A mí me gustaría una federación que cuide el deporte de base y que los equipos más humildes no lo tuvieran tan difícil», avanza sobre sus propuestas.
Sueldo de 150.000 euros
El árbitro asistente cree que la entidad «no evoluciona» y se necesita «un cambio» que releve «a los mismos de siempre». Las críticas son muy duras. «Hablan de transparencia y nadie dice lo que cobra el presidente ni su junta directiva porque no aparece por ningún lado», expone. Y asegura que el salario anual de Burillo es de «150.000 euros» (el del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ronda los 90.000), «mientras los clubes pequeños se las ven y se las desean para pagar fichas, arbitrajes, sanciones...».
Además, «de deporte base, de escuelas deportivas, no hay nada, hasta el punto de que los equipos se van a otras comunidades autónomas para poder competir». «Y algún día tendrán que explicar lo que han hecho en Alcázar de San Juan con la residencia para deportistas, cuyo coste pasó de 1,8 a 3,2 millones. A los clubes les sale más barato irse a hoteles cercanos que alojarse allí», finaliza.