ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

El peso del voto exterior añade incertidum­bre a una noche de infarto

Los gallegos en la diáspora pueden decantar unas elecciones cruciales para Rueda y Pontón

- PABLO PAZOS SANTIAGO

Galicia vota hoy, pero podría no decidir hasta una semana después. Todo apunta a que el resultado será muy ajustado, dirimido en un puñado de papeletas en las cuatro provincias. Tanto que no sería descabella­do que el reparto con el que acabe el 18 no sea el definitivo. La moneda puede determinar cara o cruz o quedar bailando sobre el canto, a la espera de que el voto CERA (Censo de Residentes Ausentes en el Extranjero) la incline hacia un lado (nueva mayoría absoluta del PP) o el otro (posibilida­des de multiparti­to de nacionalis­mo e izquierda).

En las primeras autonómica­s en Galicia sin voto rogado, casi medio millón de personas censadas en el extranjero han podido emitir su voto; bien por correo, hasta el día 13, o en urnas –en consulados o centros habilitado­s– hasta el 15. Ese mismo día acababa el plazo para que enviaran su papeleta aquellos que se encontrase­n temporalme­nte en España. Todos estos votos se empiezan a escrutar el 26, con fecha tope el 29.

Hablamos de una bolsa de electores muy abultada, pero su peso en el resultado final es una incógnita. En las generales del 23J –primeras sin voto rogado–, el voto CERA, en el conjunto de España, fue de un 10%, pero en Galicia rondó el 7%; esto es, el mismo que a nivel nacional en 2019, cuando no se habían eliminado las trabas burocrátic­as. En 2012 fue del 3,26%; en 2016, del 2,41%; y en 2020, del 1,17%. Una tendencia claramente a la baja. Este 2024 hay otro factor a tener en cuenta, que restará participac­ión en América del Sur: el período vacacional (es verano) y cuatro días festivos de Carnaval, de los seis de depósito en urna, que además eran los cuatro últimos para votar por correo.

Cuatro años de bipartito

En todo caso, si algo enseña la historia, es que el voto del exterior ha tenido impacto en las elecciones gallegas, con y sin voto rogado. Especialme­nte en 2005, cuando no dio a Manuel Fraga los pocos votos necesarios para llegar a los 38 escaños, y Galicia entró en una fase de cuatro años de bipartito PSOE-BNG. En 2009 –cuando la participac­ión de la diáspora fue del 30,32%– restó un acta al PP, pero Feijóo tenía margen, con 39, y no alteró su primera absoluta. En 2020, en cambio, subir uno, hasta los 42, no hizo más que apuntalarl­a.

Según datos del Instituto Nacional de Estadístic­a, de los 2.693.624 gallegos con derecho a voto este 18F, 476.514 residen en el extranjero: un 17,7%. El mayor volumen se da en la provincia de La Coruña, con 164.842; seguida de Pontevedra (138.182), Orense (103.832) y Lugo (69.658). Aunque, en términos relativos, el peso es mucho mayor en las del interior, con un 29% en Orense y más del 20% en Lugo; frente al 15% en las provincias atlánticas.

Por países, sobresale, de largo, Argentina, destino mítico de la diáspora –no en vano a los españoles se les ha etiquetado históricam­ente como ‘gallegos’–, con 166.289 residentes. Destacan también Cuba (45.672), Brasil (45.391), Uruguay ( 37.165), Suiza (34.114) y Venezuela (26.698).

Estados Unidos, Francia, Alemania, Reino Unido y México se mueven entre los casi 18.000 y los cerca de 13.000. Con otros 38.559 gallegos diseminado­s por el resto del planeta –hay, según la canción, hasta alguno en la Luna–. Algunos de esos países han sido mimados in situ por los candidatos. Especialme­nte Alfonso Rueda. Llevaba apenas seis meses como presidente de la Xunta cuando, en octubre de 2022, se marchó a hacer las Américas por primera vez como máximo representa­nte del gobierno gallego. Recaló en Argentina y Uruguay, alternando citas institucio­nales con encuentros con la diáspora. ¿Sonreirá el voto CERA a Rueda o a Pontón? ¿Ayudará a extender la hegemonía del PP o se decantará por el «cambio» que pregonan independen­tistas e izquierda? La respuesta puede quedar en el aire durante días, y añadir incertidum­bre a una noche que ya se prevé de infarto.

El asesinato de dos guardias civiles en la bocana del puerto de Barbate, en Cádiz, ha vuelto a poner en el foco la persistent­e reclamació­n de medios humanos y materiales para la persecució­n del narcotráfi­co en este y otros puntos del territorio nacional, pero con el añadido de que ahora hay una nueva jefa en la Fiscalía Antidroga después de 15 años que ha puesto por escrito que las competenci­as de la Audiencia Nacional están «obsoletas», algo con lo que la Fiscalía ordinaria está de acuerdo. Propone un rediseño para que pueda asumir más causas sobre tráfico de drogas, aliviando la situación de los juzgados de instrucció­n y primera instancia que investigan estos asuntos sin recursos suficiente­s. Pero también, para que el potencial de esta instancia se centre en las causas de alto impacto, organizaci­ones de ámbito transnacio­nal, en lugar de ceñirse a asuntos sólo en función del número de provincias en España a las que afecte el delito, como ocurre ahora.

Dentro de los juzgados centrales, magistrado­s y fiscales consultado­s por ABC ven en este debate una oportunida­d para avanzar en lo que es una aspiración compartida: que la Audiencia Nacional se convierta en referencia en la persecució­n del crimen organizado, que es, en el fondo, para lo que goza de una alta especializ­ación y que son las causas que resultan más complicada­s de instruir en juzgados sobrecarga­dos. La apuesta de la mayoría de los consultado­s es una reforma integral por la que se asuman los delitos cometidos por organizaci­ones criminales, independie­ntemente del tipo penal –nadie entiende que la trata de seres humanos no sea ya de la Audiencia Nacional, por ejemplo– siempre que

Magistrado­s y fiscales apuestan por asumir las causas por organizaci­ón criminal ante las «obsoletas» competenci­as que apunta Antidroga

El criterio sobre el impacto en distintos territorio­s y la complejida­d en términos de falta de medios arrastra casos a los Centrales

los ilícitos lo sean de especial gravedad. Esto, en narcotráfi­co, podría traducirse en kilos incautados, rama internacio­nal o corrupción, como cuando hay miembros de las fuerzas de seguridad involucrad­os. Y todo, sin descuidar la raíz del problema: un acondicion­amiento serio de los juzgados de primera instancia e instrucció­n que, como en el caso de Barbate, pero también en municipios de Galicia, de las islas o el Levante, no cuentan con los recursos suficiente­s para sostener causas complejas ni con espacios para después enjuiciarl­as.

Los límites de hoy

En la actualidad, la Audiencia es competente en exclusiva para investigar, además del terrorismo, los delitos contra la Corona, las Altas Institucio­nes del Estado y la forma de Gobierno. También la falsificac­ión de moneda y los fraudes con tarjeta, pero sólo cuando esté detrás una organizaci­ón criminal. Asimismo, asume las estafas si son de entidad y afectan a una pluralidad de personas que se encuentren en más de una provincia. En el caso del narcotráfi­co, concurrirá­n los dos requisitos: es de los juzgados centrales si hay una organizaci­ón criminal y si sus delitos tienen efectos en territorio­s de dos o más audiencias provincial­es. Y ahí Antidroga ve un corsé y dos magistrado­s consultado­s, un ‘coladero’ para asuntos que viajan a la Audiencia Nacional por su extensión geográfica. Porque sí, hay cierto malestar con el sistema de competenci­as actual y sensación de que las capacidade­s de este órgano judicial se están empleando en asuntos que cualquier juzgado ordinario con una dotación suficiente podría asumir.

«Bastaría con aplicar bien el reparto que ya hay», dice un instructor de la Audiencia Nacional, crítico con algunas asignacion­es que llegan desde el Tribunal Supremo y en las que se utiliza como criterio la complejida­d, refiriéndo­se a la falta de medios del juzgado de origen más que a la dificultad para esclarecer los hechos. Un caso reciente, el de una estafa de venta de teléfonos móviles en Don Benito, Extremadur­a. El juez mandó el caso a la Audiencia porque había pluralidad de afectados en más de una provincia y le dieron la razón. Su auto también reflejaba que le llegaban las denuncias en papel y sólo tenía dos escáneres para digitaliza­rlas. A veces, no es que la Audiencia Nacional disponga de muchos más medios, es que los juzgados de origen apenas tienen, como subrayan los consultado­s. Un fiscal, no obstante, se para en este punto: «No podemos dejar de asumir ese tipo de estafas que bloquean un juzgado ordinario».

En general, el criterio del Supremo es restrictiv­o a la hora de asignar las causas, pero como comenta un veterano de Antidroga, «puedes encontrar tantas resolucion­es a favor como en contra» con los mismos requisitos. «Al final, a la Audiencia Nacional tendrían que venir los asuntos por la afectación y la gravedad, no por el número de provincias», completa otro magistrado de la Sala de lo Penal. Subraya las ventajas de centraliza­r los asuntos, como el hecho de que «se unifica criterio» frente a realidades complejas, como la validez de las operacione­s que parten de la intervenci­ón en Francia del chat de los narcos, Encrochat.

El escepticis­mo

Hay otra derivada y es de escepticis­mo respecto de la propia Fiscalía Antidroga. La respuesta de un fiscal de la ordinaria sobre asumir más causas de narcotráfi­co es reveladora: «Si es para acusar, sí. Si es para conformars­e, no». Lastra una fama controvert­ida esta Fiscalía en la Audiencia Nacional. Un detalle: la nueva jefa, Rosana Morán, ha prohibido a los suyos sellar conformida­des parciales (se rebaja la pena al acusado aunque sólo reconoce una parte de los hechos y no todos). Otro: la Fiscalía Especial estaba en 237 asuntos en el año 2005, según la estadístic­a consultada por este diario. En 2021, en plena actividad de la unidad de élite antinarco

LAS COMPETENCI­AS Terrorismo

rillos franceses que llegaron a incendiar París, muchos agricultor­es, destacadam­ente olivareros andaluces, comenzaron a cortar autovías, como ocurre ahora. Pero llegó la pandemia y ese incipiente movimiento, como todo lo demás que no fuera la Covid, quedó congelado. Entonces, como ahora y al igual que Ribera desde 2018, al frente del ministerio de Agricultur­a, Pesca y Alimentaci­ón está Luis Planas, un veterano socialista con buena interlocuc­ión con el sector y al que muchos en el entorno gubernamen­tal atribuyen que las cosas no hayan llegado a mayores. Al menos hasta ahora.

Mercosur y Ucrania

Pero, además de la transición ecológica y de todo lo que engloba la Agenda 2030 –cuyo pin suele lucir en la solapa Sánchez, que le ha dado incluso rango de Secretaría de Estado–, hay otros dos empeños políticos del líder socialista (sin duda no exclusivos del presidente español) que chocan frontalmen­te contra lo que proclaman los tractorist­as en las calles, tanto las de nuestro país como las europeas. Y no son otros que el acuerdo con Mercosur, que lleva décadas negociándo­se y al que Sánchez trató de dar impulso el año pasado como presidente de turno del Consejo de la Unión Europea (UE), y la política de ayudas o incluso de ampliación del club comunitari­o a Ucrania. Lo primero es rechazado por unos agricultor­es que consideran injusto introducir en el mercado europeo productos con estándares de calidad bastante menos rigurosos, según han denunciado reiteradam­ente, también en estas semanas de protestas. Y lo segundo, dada la vasta extensión agrícola del no en vano denominado ‘granero de Europa’, podría hacer saltar por los aires la Política Agraria Común (PAC), al menos tal y como la conocemos.

El Ejecutivo trata de reconducir el conflicto al marco estrictame­nte económico o de ayudas. La vicepresid­enta primera, María Jesús Montero, señaló el viernes en Málaga que se han dado «1.380 millones desde 2022 en ayudas directas, 2.800 millones en ayudas para la modernizac­ión del regadío o 4.800 millones ligados a la Política Agraria Común». La número dos de Sánchez trató de combatir las críticas a la derecha en el ámbito medioambie­ntal, ya que «no puede ser que dejemos a un lado los criterios medioambie­ntales o que renunciemo­s a la digitaliza­ción simple y llanamente porque son transicion­es complejas», argumentó Montero.

La ministra de Seguridad Social Inclusión y Migracione­s, Elma Saiz, se reúne hoy con el sector, al que propondrá garantizar­le una migración «circular y ordenada» como solución a la falta de mano de obra. Sánchez, en definitiva, afronta una crisis de envergadur­a que atañe a varias de sus conviccion­es políticas, en un momento de gran incertidum­bre política sobre el futuro de su mandato.

También alerta el campo de una eventual ampliación que haría saltar por los aires la PAC, dada la vasta extensión agrícola ucraniana. De nuevo Sánchez es uno de los dirigentes europeos más partidario­s de la misma. Agenda 2030 La oposición acusa al Gobierno de PSOE y Sumar de llevar a cabo un «dogmatismo ambiental» que perjudica al sector primario. Y quienes protestan estos días con sus tractores en las calles españolas ponen su diana argumental en muchas de las normas que deben cumplir y que entorpecen su actividad.

 ?? // EVA ERCOLANESE ?? Sánchez, con su ministro de Agricultur­a, Luis Planas, en un acto de la campaña del 23J
// EVA ERCOLANESE Sánchez, con su ministro de Agricultur­a, Luis Planas, en un acto de la campaña del 23J

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain