ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

El líder gasta un comodín en Vallecas

Empate del Real Madrid en un partido feo en el que paga el cansancio de Champions ante un Rayo motivado por el estreno de su entrenador

- RUBÉN CAÑIZARES MADRID Real Madrid

Son partidos traicioner­os los que se juegan justo después de una eliminator­ia de Champions. Si al cóctel le sumas que, encima, tienes que visitar Vallecas, el resultado puede ser perfectame­nte un pinchazo. Y eso es lo que le sucedió ayer a los de Carlo Ancelotti. Empate del Madrid ante el Rayo, en el estreno de Íñigo Pérez en el banquillo franjirroj­o. Debutó con camiseta gris de manga corta. Febrero ya no es lo que fue. Ni el invierno.

Puntito balsámico para los locales, que venían de su semana más complicada tras el cese de Francisco, y dos puntos menos para los blancos, acicate para Girona y Barcelona en su complicada persecució­n sobre los blancos. Aún hay (algo de) Liga.

La primera parte fueron dos mitades en una. De color blanco, hasta el 26, de tono franjirroj­o desde entonces. El factor anímico de los goles, siempre decisivo en el fútbol.

Golpeó primero el Real Madrid, con un tempranero tanto de Joselu, que tuvo que dar por bueno el VAR. La jugada nació en un error de Lunin, que le daba un mal balón a Camavinga y provocaba una ocasión que ni RDT ni Trejo sabían finalizar. El balón acababa en la pierna derecha de Modric, patrimonio de la humanidad, y un pase al espacio para la carrera de Valverde por banda derecha. El uruguayo dejaba correr el balón, levantaba la cabeza y asistía a Joselu, que golpeaba cruzado, de primeras, con su pie izquierdo, ante la salida de Dimitrievs­ki. La asistente anulaba la acción por fuera de juego del gallego. No lo era. Gol número ocho en Liga de Joselu y decimocuar­to en total. Cuesta 1’5 millones comprarlo este verano. Calderilla para el Madrid.

El 0-1 vino acompañado de buen juego, presión alta, ganancia de duelos y otro tanto de Joselu, esta vez anulado correctame­nte. El centro de Lucas llegó tras rebasar por completo el balón la línea de fondo. La incertidum­bre que le puso Vázquez con el titubeo de su mano estaba muy lejos de la realidad.

El Rayo no pasaba ni del centro del campo, pero Vallecas tiene sus propias reglas. En el 24, en una buena jugada por la izquierda entre Álvaro García y el Pacha Espino, el centro del uruguayo llegó a Trejo, que soltó un latigazo

De Frutos (56) Kike Pérez (64) Crespo (64) Falcao (81) Camello (82) 10 5 440 75 2 10 7 60,5% con su pierna derecha que acabó en córner. No se sacaría. Muñiz Ruiz tuvo que acudir al monitor, avisado por el VAR. El disparo fue rechazado por la muñeca derecha de Camavinga, que sí tenía la parte superior del brazo pegado a su cuerpo, pero no la zona del codo hasta la mano. Penalti del fútbol moderno.

Lo anotó Raúl de Tomás, dos minutos después. Le costó convencer a Isi que debía ser él el lanzador, pero lo clavó fuerte, alto y por el centro. Primer penalti en contra del Madrid en esta Liga y primer gol de RDT en el campeonato tras 882 minutos.

El empate local cambió por completo el escenario. Ahora era el Rayo el que mordía, ganaba los cara a cara y apretaba la portería de Lunin, que evitó el 2-1 en una gran parada a disparo de Álvaro García, que en lugar de centrar quiso engañar al ucraniano y batirle por el palo corto. Del Madrid, solo una, pero bastante buena. En el 42, Valverde empaló desde 25 metros un balón rechazado por Aridane. La madera escupió el balón de la red de Dimitrievs­ki.

Poco de Vinicius

El segundo tiempo comenzó con un regalo. En el 47, Tchouaméni, de último defensa y en la medialuna del área, decidió superar la presión de Álvaro García con un recorte. Sobrada que luego arregló tapando el disparo del rayista, ya solo ante Lunin.

Del Madrid, poco de sus jugadores diferencia­les. Vinicius se envenenaba como tantas otras veces con los rivales. En esta ocasión, el pique mayor era con Unai López. De Brahim, también muy poco. Casi invisible. Solo un disparo con la derecha en el 51 y un giro más asistencia para Joselu en el 59, atajado por Dimitrievs­ki. Le cuesta al andaluz darle continuida­d a su mejor versión.

El Rayo Vallecano no ponía en aprietos a Lunin, pero tampoco sufría apenas en área propia. Los cambios de Ancelotti agitaban algo la ofensiva blanca, pero el cansancio era más mental que físico. Y el colchón de puntos, indirectam­ente, también hacía su efecto. Complicado pensar en un desenla

Marcaron en la primera parte Joselu y Raúl de Tomas, de penalti; Carvajal, expulsado en el añadido del segundo acto

ce de Liga distinto a un Real Madrid campeón.

Solo Kroos en el 80, en unos minutos finales feos, llenó algo el ojo con un libre directo que mandó Dimitrievs­ki a córner. Fue la última de un partido en el que el Madrid acabó con uno menos, por doble amarilla a Carvajal en el 95, y en el que los blancos gastaron uno de los comodines que tienen en Liga. Le queda alguno que otro más. Justo empate en Vallecas.

56 24 17 5 2 52 29

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// EFE Óscar Valentín intenta frenar el avance de Vinicius

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