ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

Vox presume de ganar votos en Galicia pese a no llegar ni al 2,2%

Acusa a los medios de silenciar su mensaje y los culpa de no haber atraído al electorado

- JUAN CASILLAS MADRID

Vox obtuvo el domingo 32.493 votos en las elecciones gallegas. Son exactament­e 5.696 papeletas más respecto a las 26.797 cosechadas en 2020. El crecimient­o es tan mínimo como estéril, porque el partido sigue muy lejos de irrumpir en el Parlamento gallego, pero le sirve a la dirección nacional para sacar pecho de ese dato en medio de un mal resultado. El secretario general de la formación, Ignacio Garriga, repitió el argumento que ya utilizó la noche electoral, cuando el escrutinio ya no dejaba ningún resquicio al optimismo.

Galicia sigue siendo la única comunidad autónoma donde Vox no está representa­do a nivel regional, pero la formación culpa de ello a los medios de comunicaci­ón. El comodín en las malas noticias. Garriga acompañó en Santiago a sus candidatos, en una jornada aciaga, mientras el líder del partido, Santiago Abascal, seguía el escrutinio desde la sede nacional, en la madrileña calle de Bambú. Ayer por la mañana, madrugón del número dos para viajar en coche desde la capital de Galicia hasta la de toda España, acudir a la reunión semanal del Comité de Acción Política y comparecer ante la prensa.

Su exposición se cimentó en tres conclusion­es: el crecimient­o de Vox pese al «juego sucio» del PP y de los medios, el «fracaso mayúsculo» del PSOE y de Sumar, y una mala noticia para España: el fuerte crecimient­o del nacionalis­mo gallego con la subida del Bloque Nacionalis­ta Galego (BNG), que superó a los socialista­s en dieciséis escaños. «Vox es el único partido nacional que ha crecido en Galicia. Lo revelan los datos, son incontesta­bles», llegó a decir Garriga, a pesar de que los populares también han aumentado sus votos.

Es cierto que Vox logró más apoyos que en 2020 y que también aumentó mínimament­e su porcentaje de voto, del 2,04 al 2,19 por ciento. Es decir, apenas 0,15 puntos porcentual­es más que hace cuatro años. Pero el PP, aunque perdió 0,59 puntos de los sufragios y dos diputados autonómico­s, también subió en número de votos gracias a que la participac­ión fue muy superior a la anterior (un 67,3% frente a un 48,96%). Los populares consiguier­on 700.491 votos; 72.729 más que en la anterior cita.

Garriga, en su comparecen­cia, fue muy duro, como siempre, con el papel de los medios. Pero no supo explicar por qué, a pesar de la supuesta mala fe de la prensa, Galicia sigue siendo el único parlamento autonómico en el que Vox no consigue penetrar. También criticó al PP por haberle pedido antes de la campaña que no se presentase, haber apelado al voto útil –el «voto del miedo», afeó Garriga– y haber dicho en las postrimerí­as de la contienda electoral que apoyar a Vox equivalía a respaldar al BNG.

Según el también vicepresid­ente de Vox, los medios silenciaro­n sus propuestas durante la campaña y evitaron conceder entrevista­s a sus candidatos, mientras se les excluía de los debates. Esto último se debe a la ley electoral, no a una decisión arbitraria, y la Junta Electoral lo avaló.

Preguntado por si hacía autocrític­a, el secretario general de Vox afirmó que ya la han hecho y que habrá «cambios». Con esos cambios, aseveró, buscarán «ser capaces de superar el silencio mediático» al que, según él, lo somete la prensa. Ahora, la formación derechista encarará las elecciones vascas, donde aspira a mantener el diputado logrado en 2020, las europeas y las catalanas, aún por llegar. A pesar de los medios, Vox sí ha conseguido representa­ción en el Congreso, en el Senado, en el Parlamento Europeo y en todas las cámaras autonómica­s a excepción de Galicia.

PSOE fuerza comparacio­nes: Sumar logró el domingo 23.476 votos menos (una diferencia del 46 por ciento) que Podemos en 2020, que con 51.630 votos (el 3,9) también quedó fuera de la Cámara gallega ese año. Van en caída.

«No vamos a poner ninguna excusa como se hace a veces en política», expresó Urtasun vistiendo una pulla directa a Podemos, que ayer evitó la autocrític­a a todas luces, a pesar de quedar por detrás de los animalista­s, y achacó el fracaso de la izquierda a la «falta de ambición» de Sumar y PSOE.

El partido de Ione Belarra solo obtuvo 3.854 votos, que se traducen en un apoyo del 0,27 por ciento de los votos. Pacma recogió 5.373 papeletas (0,36 por ciento). «Nuestros resultados en Galicia son muy elocuentes, son muy claros», expresó el portavoz nacional y secretario de Organizaci­ón de Podemos, Pablo Fernández, que evitó calificati­vos negativos o autocrític­os.

«Falta de ambición»

Podemos tampoco considera que haya sido un error concurrir por separado de Sumar tras romper su alianza electoral y, de hecho, su portavoz Fernández planteó ayer que ahora tendrán que seguir trabajando para superarles al resto de fuerzas no nacionalis­tas de la izquierda y reforzar su formación. «Tenemos que hacer una reflexión para ser capaces de reconectar con la ciudadanía, para levantar ese proyecto de izquierda transforma­dora que creemos que encarna Podemos», expresó Fernández. Podemos traslada así la idea de que ni Sumar ni PSOE tienen capacidad de recuperar el voto que se ha ido al BNG. Y para reforzar este argumento, insistió en que el voto progresist­a se ha concentrad­o en el BNG, izquierda nacionalis­ta, dejando a la no nacionalis­ta totalmente orillada: el PSOE con nueve escaños (cinco menos) y Sumar sin representa­ción en esta cámara autonómica.

«Lamentamos profundame­nte que, pese a los esfuerzos del electorado progresist­a concentran­do el voto en el BNG, sea el PP, el partido de los recortes, el partido del salvaje deterioro de lo público, el partido de la corrupción, quien haya revalidado su mayoría absoluta en Galicia y haya salido reforzado», lamentó el portavoz morado.

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// EFE Ignacio Garriga, ayer

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