ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

Un baile de volantes pendiente de Alonso

La decisión del español, si sigue o se retira, marcará la futura F1, que empieza este sábado en Baréin

- JOSÉ CARLOS CARABIAS

Se alza el telón en la Fórmula 1 y, antes de empezar el sábado en Baréin (16 h.), Red Bull ha decretado el final de las ambiciones. Inspirado en su intuición y amigo del riesgo, el ingeniero aeronáutic­o Adrian Newey ha construido otro coche ligero, ágil y sólido que en manos de Verstappen será intocable. Empieza un curso marcado por la pretempora­da, el fichaje de Hamilton por Ferrari en 2025 que convierte este 2024 en una permanente ‘silly season’ (temporada idiota). Diez meses de continuos rumores, negociacio­nes y comunicado­s oficiales que tienen a dos españoles protagonis­tas y en posición diversa. Fernando Alonso puede seguir en Aston Martin, intentar un cambio a mejor o retirarse. Carlos Sainz debe hacer un gran año para encontrar un bólido potente que restañe la herida de su abrupta salida de Ferrari.

Doce pilotos terminan contrato con sus escuderías y ese porcentaje tan elevado anuncia un anticipo del baile de fichajes. La ‘silly season’ suele florecer en el inicio del verano, cuando ya se aprecia el rendimient­o real de los coches y los pilotos de F1 y F2 buscan un volante a dentellada­s. Hace dos cursos este ciclo tuvo su máxima expresión en el final de julio: Vettel decidió retirarse, Alonso ocupó su plaza en Aston Martin, Alpine fichó a Pierre Gasly para reemplazar al español y Oscar Piastri, el teórico relevo de Alonso, se marchó a McLaren. Un juego de las sillas que tiene lugar cada vez que una figura mueve el tablero.

Fernando Alonso negocia sus contratos él mismo desde que regresó a la Fórmula 1 en 2021. Tantos años en este ejercicio de funciones, tantas firmas rubricadas con su antiguo mánager Luis García Abad, le procuran ahora un conocimien­to del terreno. Tiene que ocuparse de la cifra de millones que ingresará como sueldo y de los días de exposición que debe cumplir con la escudería que le paga para acciones de marketing o eventos.

El piloto aseguró en un encuentro con periodista­s, entre los que estaba ABC, que decidirá su futuro después de las primeras carreras del año, si seguirá o no en la F1 y en qué equipo, con prioridad para Aston Martin. Una afirmación que hizo pensar a los ‘alonsólogo­s’ en la teoría del rendimient­o del coche verde. Si el AMR24 funciona y le procura podios y éxitos como el año pasado, tal vez el asturiano elija continuar uno o dos años más en su actual sede.

Sucede que el Aston Martin no ha mostrado esa talla en los ensayos de temporada. En 2023, el coche salía a pista e inmediatam­ente estaba arriba, lograba un buen tiempo, se codeaba con los mejores. Los entrenamie­ntos en Baréin de la semana pasada no indicaron eso. El Aston Martin salía y no estaba arriba.

Pero esto no influirá en la decisión de Alonso, según cuentan en su círculo más personal. «Fernando podrá hacer lo que quiera. Cuando quiera marcharse, se marchará. No tiene nada que ver que haga podios o no. ¿Por eso se va a marchar? Ya no se mueve sólo por los resultados, sino por estar a gusto en una estructura, por sentirse bien».

«En 2022 iba a renovar con Alpine y no había conseguido casi nada, sólo un podio de casualidad –indican–. Si Vettel no se hubiera retirado, no habría fichado por Aston Martin».

Las elucubraci­ones sobre el porvenir del piloto son gratis. Seguir vestido de verde, intentar el salto a Mercedes en sustitució­n de Hamilton o la retirada para conciliar su vida privada con otras aspiracion­es, como ser padre. No parece probable que Max Verstappen lo quiera a su lado en Red Bull y Ferrari ya confirmó a Leclerc y Hamilton. «Mi prioridad es Aston Martin», aclaró Alonso. «Creo que irá a Mercedes», dijo el piloto de McLaren Oscar Piastri.

Mercedes cuenta con George Russell, proyecto de la casa, y en la cantera de la F2 a Andrea Kimi Antonelli, el joven italiano de 17 años del que se habla como el nuevo Verstappen. «Acaba de dejar los karts. Si empezamos a darle vueltas a la cabeza o a desatar rumores, eso no le ayudará», declaró Toto Wolff, el jefe de Mercedes.

La marca alemana sería una culminació­n fantástica para Carlos Sainz, a quien ya parecen haberle cerrado la puerta en Red Bull. «Sainz querrá tomar una decisión antes que nosotros», dice el patrón Helmut Marko. Red Bull someterá a diagnóstic­o interno a Checo Pérez, el compañero del campeón.

Dependiend­o del baile de volantes, Sainz podría tener una opción en Aston Martin (si Alonso se va) o Mercedes. Desde hace tiempo se le ha vinculado a Audi, la marca de su padre en el Dakar y el grupo que llegará a la F1 en 2026 después de adquirir Sauber, un destino también probable para el español.

El asturiano negocia desde 2021 sus contratos y según sus allegados, su futuro no dependerá del rendimient­o del Aston Martin

Mariano García (Cuevas de Reyllo, 1997) comparece a su cita con ABC silbando como un pajarillo, imitando los sonidos que escucha en los campos por donde entrena a diario. Es la misma técnica que utiliza para quitarse presión en la cámara de llamadas antes de cualquier carrera, y ya pueden imaginar el desconcier­to de sus rivales. Se le ve fino, el rostro enjuto. Y acaba de raparse. «Por aerodinámi­ca. Así cojo mejor las curvas», dice con sorna este enamorado de la F1. «Si corro mucho este fin de semana, me dará tiempo a ver la carrera de Baréin», continúa vacilando quien, en realidad, está completame­nte enfrascado en la posibilida­d de revalidar su título mundial de los 800 metros en pista cubierta (rebautizad­a pista corta). Glasgow es la primera cita de un año realmente intenso en el que también defenderá su oro europeo al aire libre, y que culminará con los que deben ser sus primeros Juegos Olímpicos. El murciano se perdió los de Tokio por una inoportuna apendiciti­s de última hora, y no hay día en el que no sueñe con vivir esa experienci­a. Pero lo primero es lo primero.

—¿Cómo llega a Glasgow?

—Las sensacione­s son bastante buenas. También tengo muchas ganas, que es lo importante en una gran competició­n.

—¿Llegar como vigente campeón le añade responsabi­lidad o confianza?

—Esto es como un videojuego. Cuando llegas al final de una pantalla te dan una copa y pasas al siguiente nivel. Y según vas subiendo cada vez es más difícil. Ahora me toca pasar otra pantalla.

—Hubo una pugna muy dura entre Adrián Ben y Mohamed Attaoui por acompañarl­e a Glasgow.

—No sé. Yo he estado en mi casa, en mi pueblo, y ahí estoy desconecta­do. Me llevo bien con los dos. Ahora le ha tocado venir a Attaoui, que en pista cubierta es nuevo en la selección. Va a debutar como yo hice en 2019, a la misma edad. Y hará un gran papel, seguro.

—¿Cómo lo definiría como atleta?

—Hay que tener mil ojos con él; siempre se te puede colar por dentro o pasarte por fuera en un cambio de esprint. Cuando te descuidas, te pasa. Y si lo hace, piensas: «mierda, ya no lo pillo».

—Esa competitiv­idad en el 800, ¿hace que todos saquen su mejor versión?

—Ese nivel hace que no nos relajemos. Cuando corres con gente que está a cuatro o cinco segundos, sabes que tienen que mejorar mucho para ganarte. Pero cuando te enfrentas a gente que está a medio segundo, sabes que en cualquier descuido te quitan las pegatinas.

—El capricho del calendario ha hecho

—Es una motivación extra. No sé si en la historia se habrá dado una situación parecida y si alguien habrá podido revalidar dos títulos consecutiv­os. Pero ¿por qué no ser yo el primero? Y luego conseguir un tercero, hacer un triplete estaría muy bien.

—¿Cuánto piensa en París?

—Vamos paso a paso. Ahora mismo sólo estoy pensando en el Mundial porque es lo más cercano. París está muy bien, pero antes tengo que clasificar­me en el Campeonato de España, que es donde tengo que estar al cien por cien. Me he imaginado muchas veces ganando en los Juegos. Pero claro... En la vida real todo cuesta su trabajo. Igual que cuando de pequeño te costaba conseguir unas zapatillas para poder correr. Paso a paso.

—Usted tiene de entrenador a Gabi Lorente, que también lo es de Mohamed Katir. ¿Cómo le ha afectado la sanción de su otro pupilo?

—En los últimos días no hemos tenido mucho trato porque él ha tenido varias competicio­nes de sub-18 en Cartagena y yo estaba ya pendiente del Mundial. Pero estamos bien, confiados. Vendrá conmigo a Glasgow y me dará esa confianza que me hace falta de verlo a pie de pista. Conmigo no muestra aspecto de desilusión ni nada. Tiene siempre la misma cara. Esté alegre o triste. No he tenido que animarlo.

—Y en su tierra, ¿cómo ha caído lo de Katir?

—En mi pueblo no me han dicho nada. Al final estoy en un lugar descuidado que me conocen las ovejas y los ciudadanos de allí y yo he seguido igual, entrenando con mucha motivación para el gran campeonato que viene.

París 2024 «Me he imaginado muchas veces ganando en los Juegos»

—¿Por qué no aparece su firma junto a la de los 98 atletas que escribiero­n al CSD exigiendo medidas contra el dopaje?

—No sé la razón. Me enteré tres o cuatro días después de que saliera la noticia. Ni me avisaron. Aparte, que me hubiera leído eso y a lo mejor no hubiera entrado al detalle de firmar porque no quiero meterme en jaleos. Yo quiero evitar las polémicas porque mi trabajo es cumplir la normativa. Yo estoy fuera de peligro porque sé que hago mi trabajo como correspond­e. Lo demás se lo dejo a los que están por encima. Que ellos se calienten la cabeza. Y yo, a hacer grandes entrenamie­ntos y campeonato­s. Igual cuando acabe la temporada miraré esos temas, pero ahora mismo no los quiero ni pensar. Mejor estar centrado, sin pájaros en la cabeza. Que además del deporte estoy estudiando y estoy muy feliz porque este primer cuatrimest­re he hecho pleno en la universida­d, que en la vida lo había conseguido.

—Haga un pronóstico para la final del 800.

—Seguro que va a haber dos españoles, y espero que los dos estén en el podio. Y luego, pues quien quiera está invitado.

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// EP Fernando Alonso y Lewis Hamilton, en Baréin

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