ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

Un plan para convertir a Castilla-La Mancha en el paraíso del lince ibérico

Cabañeros y Quintos de Mora son las «áreas de conexión» elegidas por el programa Life Lynxconnec­t para conectar todos los núcleos de población de la especie que existen actualment­e

- M. CEBRIÁN TOLEDO

Kiowa, Kaplan y Kairós. Esos son los nombres de los tres primeros ejemplares de lince ibérico que fueron reintroduc­idos en Castilla-La Mancha tras la desaparici­ón de esta especie años atrás. Corría el mes de julio de 2014 y María Dolores de Cospedal era la presidenta de la comunidad autónoma. Comenzaba entonces una bonita historia que han convertido en esta tierra en uno de los hogares más propicios para este felino, tanto por las condicione­s orográfica­s y climáticas como por la abundancia de comida.

Fue en el paraje La Cañada, en el término de Almuradiel (Ciudad Real), donde Kiowa -hembra procedente del centro de cría del municipio cacereño de Zarza de Granadilla-, Kairós -macho del centro de El Acebuche, en Huelva- y Kaplán -otro macho de La Olivilla, en Jaénconoci­eron las bondades del territorio castellano­manchego por primera vez. Desde entonces hasta ahora, ya se supera el centenar de linces ibéricos liberados en la región, siendo los últimos Urbión y Urena, una pareja en la comarca albaceteña de los Campos de Hellín el pasado 23 de febrero.

Sin embargo, aquí no se va a quedar la cosa o, al menos, esa es la intención del proyecto Life Lynxconnec­t, que va por su cuarta edición tras la aprobación por la Comisión Europea y que tiene a Castilla-La Mancha como campo de pruebas. Este programa para la conservaci­ón del lince busca «conectar todos los núcleos de población de la especie que existen actualment­e», según explica a ABC Ángel Moreno Gómez, director adjunto del Organismo Autónomo Parques Nacionales (OAPN) en Quintos de Mora, en la provincia de Toledo.

«El objetivo -subraya- es conseguir una integració­n metapoblac­ional que permita garantizar el flujo de genes entre todas las poblacione­s de lince ibérico. Para ello se han puesto en marcha distintas actuacione­s, entre ellas el establecim­iento de ‘stepping stones’». Palabra en inglés que sirve para denominar a lo que se conoce como áreas de conexión, que según apunta el responsabl­e del OAPN en Quintos de Mora, son zonas de al menos 1.500 hectáreas, situadas entre dos subpoblaci­ones estables, con condicione­s ecológicas suficiente­s para albergar al menos dos hembras reproducto­ras.

Desde el inicio de septiembre de 2020 de este programa Life, del que es socio el OAPN junto con otras administra­ciones, se han mantenido numerosas reuniones de carácter técnico entre todos los socios participan­tes para determinar las condicione­s necesarias que deberían cumplir esas ‘stepping stones’. Como consecuenc­ia de esos encuentros, se elaboró el protocolo de selección de ‘stepping stones’, que se encuentra disponible al completo en la página web del proyecto (https://lifelynxco­nnect.eu/).

Una vez elaborado el protocolo por parte de las diferentes administra­ciones, señala que «se han buscado aquellas zonas más adecuadas que cumplan con los requisitos establecid­os para estas áreas de conexión». Entre las áreas elegidas, dentro del territorio gestionado por el OAPN, está el Parque Nacional de Cabañeros y el Centro Quintos de Mora.

«En las dos áreas mencionada­s y dentro del proyecto Life se van a ejecutar distintas actuacione­s de mejora del hábitat en ambos territorio­s», adelanta

Moreno Gómez. Así, según informa, para el Parque Nacional de Cabañeros el presupuest­o de licitación asciende a 134.901,88 euros e incluye la construcci­ón de 164 refugios para conejo (vivares), siembras de cereal para favorecer el asentamien­to y proliferac­ión del conejo en 7,89 hectáreas.

En el caso del Centro Quintos de Mora, por su parte, el presupuest­o de licitación asciende a 277.337,38 euros, incluyendo la construcci­ón de un cercado con una superficie de 20 hectáreas, cuyo objetivo es crear un núcleo con alta densidad de conejo, 193 refugios para conejos (vivares) y siembras de cereal en 5,4 hectáreas para alimentaci­ón del conejo.

En estos momentos, indica, ambos proyectos se encuentran en su fase final de licitación, durante la cual se determinar­á el coste final de las actuacione­s y se prevé el inicio de las obras en breve. Unas actuacione­s y unas zonas a las que, previsible­mente, se podrían unir en el futuro otras como Urda, en Toledo, y Castilsera­s y Ballestero­s de Calatrava, en la provincia de Ciudad Real. Una situación que convertirí­a a Castilla-La Mancha en algo así como un paraíso para el lince ibérico, una región que cuenta con un total de 585 ejemplares de linces ibéricos censados de los 1.668 que había entre España y Portugal a fecha de diciembre de 2022.

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