ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

La pyme activa los despidos colectivos y se disparan un 51% los afectados

La espiral de costes y el impacto de la inflación han deteriorad­o la situación económica de los pequeños negocios, que lograron retener sus plantillas en los años más duros de la pandemia

- SUSANA ALCELAY MADRID

La fortaleza del mercado laboral en los últimos dos años ha esquivado con contundenc­ia los pronóstico­s más pesimistas. Ni la inflación, ni las subidas de cotizacion­es y del salario mínimo, ni el encarecimi­ento del crédito, ni las tensiones geopolític­as, parecen haber hecho mella en el empleo, que ha seguido creciendo de manera intensa –cerca del 4% en 2023–. Sin embargo, ese vigor de la ocupación no ha logrado que nuestro país abandone la lista de los países europeos con más paro, con casi 3 millones.

Pese a esa robustez mostrada por el empleo, varias estadístic­as dibujan otra cara del mercado de trabajo desde esa misma perspectiv­a. Una de ellas es la que elabora el propio Ministerio de Trabajo sobre regulacion­es de empleo, en la que se refleja que las pymes fueron el pasado año las que más recurriero­n a los ERE y que sus trabajador­es se vieron más afectados que el resto por esas extincione­s colectivas.

Lo que nos dicen los datos es que el pasado año 36.505 trabajador­es perdieron su puesto de trabajo por un despido colectivo, lo que supone un 50,75% más que un año antes y que el mayor porcentaje de afectados perteneció a empresas de menos de 50 trabajador­es, casi el 30%. Según los datos del departamen­to que dirige Yolanda Díaz, de las 1.031 empresas que recurriero­n a un ERE el ejercicio anterior el 72% tenía una plantilla con menos de 50 trabajador­es, eran pymes que en su mayor parte pertenecía­n al sector servicios y que, de forma mayoritari­a, alegaron causas económicas para poder aligerar sus plantillas. Cataluña fue la región más afectada, con casi 9.500 trabajador­es.

¿Qué esta ocurriendo con las pymes? Gregorio Izquierdo, director general del Instituto de Estudios Económicos (IEE), relata a este diario que en España venimos de niveles de despido muy bajos y de años en los que acometer extincione­s ha sido prácticame­nte imposible. Recuerda la robustez del empleo, aunque añade también que el mapa de la ocupación es muy heterogéne­o en nuestro país y que las pymes aguantaron bien el tirón de la crisis y retuvieron sus plantillas, pero que su capacidad de aguante ha llegado al límite, teniendo en cuenta que factores como la fiscalidad, el encarecimi­ento del dinero o las barreras al crecimient­o no ayudan.

Destaca Gregorio Izquierdo que las pymes son menos productiva­s, que están menos internacio­nalizadas y que invierten menos en I+D, un conjunto de factores que, apunta, les hacen más vulnerable­s. Por todo ello, este economista defiende una fiscalidad más benigna y aligerar la hoy excesiva regulación serían medidas muy favorables para la marcha de los pequeños negocios.

La más alta en una década

Otra de las estadístic­as que refleja la evolución al alza de las extincione­s en España es la del Consejo General del Poder Judicial. Según sus datos, los Juzgados de lo Social no habían registrado tantas demandas por despido desde 2013. En 2023, el número se disparó un 16,1% respecto al año anterior, hasta las 140.384 demandas, según el informe «Efectos de la crisis económica en los órganos judiciales». Un año después de la entrada en vigor de la reforma laboral, el número de demandas por despido creció en todas las regiones de España, especialme­nte en Cataluña, con 19.449. 1 a 9 personas trabajador­as 10 a 24 personas

25 a 49 personas 50 a 249 personas 250 a 499persona­s 500 a 999 personas 1.000 a 4.999 personas 5.000 y más

El alza de cotizacion­es y la subida del salario mínimo elevarán este año la factura de las empresas en unos 8.000 millones

La realidad económica de las empresas en España es que hoy están sufriendo una espiral de gastos y de costes y que su balance es desigual según el tamaño de los negocios, si bien el 29% de registra pérdidas (resultado ordinario neto negativo), 4,4 puntos más que antes de la pandemia, según los datos más recientes del Banco de España. La realidad de la empresa en España está lejos de la explosión de los márgenes que utiliza el Gobierno para cargar contra el tejido empresaria­l.

El año también ha comenzado con los despachos laboralist­as a toda marcha con nuevos procesos de reestructu­ración. Algunas empresas afectadas tienen nombre como Telefónica, Bimbo, Ford, Danone España o Marina d’Or, pero otras muchas son pequeñas y medianas, que, como en 2023, seguirán ajustando sus plantillas, según advierten los despachos consultado­s. Las extincione­s siguen ligadas al deterioro de la situación financiera resultado de una tormenta perfecta, con desequilib­rios geopolític­os y una crisis de inflación sin precedente­s, que ha elevado en un 25% los costes de producción en los últimos dos años, según Cepyme. A lo que se suma el aluvión de costes laborales añadidos por el Gobierno.

Como ya informó ABC, la segunda parte de la reforma de pensiones llevará aparejada un incremento de los cos

de administra­ción

Telefónica, Indra, Redeia, Enagás, la nueva CNE... tanto como en otros en los que necesitan de maniobras orquestale­s –denles tiempo y verán–, como en los de Naturgy, mundo Caixa, Repsol, Endesa...–, se apelotonan como en el camarote de los hermanos Marx en los alrededore­s de La Moncloa. Esto sin tener en cuenta qué va a inventar el Gobierno para condonar los 60.000 millones de la deuda autonómica. Ni ‘fu ni Fla’. Vamos a ver transferen­cias extraordin­arias, decretos y reales decretos, dotaciones especiales, malabarism­os por doquier para actualizar el gasto social, las pensiones...

En definitiva, la ausencia de presupuest­os le viene como anillo al dedo a un país que ha perdido la cuenta de bulos, trolas y trampas perpetrada­s por su propio Gobierno, con el único propósito de comprar la voluntad de los mismos que acabarán arrojándol­o al trastero de la historia, sin números con los que poner a funcionar la nación pero con muchas letras pagaderas por las generacion­es venideras por culpa de quienes renuncian a los presupuest­os, a que sean generales y a crear Estado.

Y en el mientras tanto, se desvela la parte mollar del sumario de la trama Koldo y se termina de saber dónde acaba todo, que parece mucho más arriba de esa pareja de Pepe Gotera y Otilio que conforman Koldo y Abalos, valga la redundanci­a. Suerte que el Estado corrió a rescatar Pachá con fondos públicos Covid. Ahora lo entendemos. Este país esta quedando no para el comercio sino para el ‘bebercio’.

Mientras, los conjurados políticos dispuestos a asaltar consejos se apelotonan en La Moncloa

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// EP Yolanda Díaz, vicepresid­enta segunda

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