ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Ese portugués qué oportuno es
innecesariamente a las intrigas y el cinismo.
Y ocultar de paso una realidad vergorzante y habitual, el problema capital, el mercadeo miserable en el que se han convertido las banderas en el deporte. Y que España usa a menudo y sin ningún pudor a su favor, aunque de vez en cuando también las sufra en su contra. Ya no son selecciones en defensa de un país, sino clubes que compran y venden nacionalidades al mejor postor. Un negocio finalmente legal, pero lleno de trampa. No se trata de acogerse al pasaporte que a uno más le identifica, que siente, sino de usar el que sale más rentable. Es dinero.
Prisas con Cubarsí
La huida de Brahim ante el desinterés o la ineptitud de sus paisanos originales, hizo pasar más o menos de largo la llamada para la selección de Pau Cubarsí, 17 años y apenas una docena de partidos en la élite. Una citación precipitada, basada más en la intuición (con la que coincidimos todos, el central tiene una pinta extraordinaria; y volvió a ratificarlo anoche) que en la seguridad de una trayectoria. Igual que su presencia en el once del Barcelona sí es un acierto de Xavi, que cree en la juventud y el talento que detecta en el día a día, que arriesga a sabiendas de lo que tiene y ve, que actúa por convicción (también un poco por necesidad) y que convierte sus apuestas en un indiscutible legado, el salto tan rápido al combinado español suena más bien a temeridad. Y en ningún caso a meritocracia. Agranda la sensación de que jugar en la Roja definitivamente se ha abaratado.
Igual le sale bien a De la Fuente, como le salió a Luis Enrique con Gavi el guiño a su amigo representante, pero no parece serio ni fundamentado por más que el técnico venga a insinuar ahora que lo descubrió y lo seguía incluso antes que Xavi y que, bien populista, afirme que nunca mira el DNI. Sí le disculpa al seleccionador, y es un mensaje nítido que le lanza a todos los defensas del fútbol español, que el puesto realmente aquí está hecho un desastre. Que no hay un solo central de garantías que llevarse a la boca y que ninguno de los que han ido participando en el casting desde que se acabaron Puyol, Piqué y Ramos han llenado el paladar. O sea que no es que sea demasiado pronto para acudir a Cubarsí, sino que encontrarlo era una urgencia.