ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Puigdemont reta a ERC y amenaza con otro referéndum unilateral
Se presenta a las catalanas y propone una «lista unitaria» secesionista para «culminar con éxito» la independencia Asegura que, si consigue los escaños suficientes, acudirá al pleno de investidura aunque sea detenido
He decidido presentarme a las próximas elecciones». Carles Puigdemont confirmó ayer que se presentará a las catalanes del 12 de mayo y no a las europeas del 9 de junio. Era un secreto a voces alimentado por la dirección de Junts y el propio eurodiputado, a partir de la aprobación de la ley de amnistía en el Congreso la semana pasada. Lo hizo desde la localidad francesa de Elna, a 30 kilómetros de la frontera y con un gran simbolismo nacionalista, pues allí se guardaron las urnas antes del 1-O.
Puigdemont reunió a más de mil personas en una conferencia para anunciar que el 12-M es una «oportunidad histórica» para culminar la independencia de Cataluña, que él mismo declaró en 2017 tras convocar un referéndum ilegal y antes de salir de España para eludir a la Justicia. Durante su intervención, defendió que hace seis años y medio se fugó para «evitar que esta institución (por la presidencia de la Generalitat) cayera en las garras de los tribunales de excepción».
«Hoy empiezo la cuenta atrás del retorno. Si soy elegido para la investidura, dejaré en ese mismo momento el exilio», dijo, al tiempo que era cortado por los asistentes, prácticamente todos llegados desde Cataluña, al grito de «presidente, presidente». Para seguir subiendo los ánimos de los presentes a continuación: «Asistiré al pleno (de investidura) del Parlament». Si los números, es decir, los escaños, le dan, claro. Y lo hará, aseguró, aunque los jueces «se nieguen a cumplir la ley» de amnistía y «adopten una actitud de rebeldía e insumisión». Es decir, aunque corra el riesgo de ser detenido. Lo que no aclaró es si volverá antes o después del 12 de mayo.
Por esto, ahora se presenta a la cita que convocó Pere Aragonès (ERC) después de que los comunes y Junts bloquearan los presupuestos catalanes. Para «culminar con éxito el proceso de independencia» porque, aseguró ante un aforo rendido a su figura y que le recibió al grito de «independencia», que no le gusta «resignarse» ni busca «lo más cómodo» a nivel personal. Es la hora, aseveró, de «restituir» a quien se fue en 2017 para defender la Generalitat fuera de España, en el «exilio».
En esta línea, el expresidente catalán planteó «una candidatura unitaria» para acudir a las elecciones con los partidos independentistas, un mensaje directo a la ERC de Oriol Junqueras y Aragonès que, sin citarlos, también criticó, entre otras cosas, por defender propuestas «pintorescas y singulares». Pero el propio Puigdemont, que recordó con nostalgia la coalición de Junts pel Sí, que formaron CiU y ERC en 2015, señaló que esta opción es muy difícil. «La lista unitaria tiene grandes resistencias. No tenemos el tiempo necesario para vencer estas resistencias», reconoció. Sobre este asunto, Puigdemont anunció que la candidatura de Junts irá «más allá» de los nombres de los que ahora dirigen y forman parte de esta formación política. «La candidatura que encabece tiene que ir más allá de mi partido», indicó, lamentando, eso sí, que «ni Junts ni ERC, yendo por separado, hemos podido ser la primera lista en 2017 y 2021». En 2017 ganó CS con Inés Arrimadas al frente y en 2021, el PSC de Salvador Illa.
Fuentes de ERC rechazaron esta iniciativa a los pocos minutos. «Celebramos que el centroderecha independentista ya tenga candidato, que ahora también apueste por el referéndum pactado y que sea Carles Puigdemont el que vuelva a encabezar la lista por tercera vez. Le deseamos lo mejor y que el independentismo pueda tener un buen resultado el 12-M», apuntaron, criticando que Junts optó por salir del Govern en 2022 y ha votado en contra de los presupuestos de la Generalitat para este año. Eso sí, no renuncian a «rehacer puentes».
En cualquier caso, el objetivo de Puigdemont sí es compartido con ERC: el referéndum de independencia por las buenas (acordado) o por las malas (unilateral). «Tenemos el deber de intentar acordar un referéndum de autodeterminación. Si lo proponemos es porque es tan posible como lo era la amnistía», propuso en la parte final de una intervención de más de una hora.
«Mejor que en 2017»
Pero añadió: si no «hay voluntad política» del Gobierno de Sánchez para que se celebre el referéndum, «si la vía de la negociación no da frutos, si hay dilación en la negociación y no da los frutos que esperábamos, no renunciamos a conseguir la plena independencia si esta es la voluntad de los catalanes». Y zanjó: «Ahora lo hemos de hacer mejor. Hemos de prepararnos mucho mejor».
El ya candidato ‘in pectore’ y líder indiscutible de Junts no dudó en lanzar la primera promesa electoral, tras recordar en varias ocasiones que la próxima legislatura autonómica (2024-2028) será la que tenga que conmemorar el décimo aniversario del 1-O de 2017: «En esta legislatura propondremos al Estado la celebración de un referéndum de autodeterminación, en un contexto políticamente más favorable del que teníamos en 2017 y con unos aprendizajes adquiridos. Pero, al mismo tiempo, trabajaremos con el conjunto del independentismo, el político y el social, para culminar el trabajo que iniciamos y dejamos pendiente en octubre de aquel año».
El contexto, el discurso y la intención política de Puigdemont fueron en clave ‘procés’. Pasó por encima asuntos que, confesó, le preocupan, como «la sequía, la educación, la sanidad, la lengua, la vivienda…». Pero alertó a sus seguidores de que debían configurar un proyecto que «hable de tú a tú» con España y, a la vez, gestione el día a día. A la conferencia acudió la dirección de Junts, también los diputados en el Congreso, casi todos los del Parlament y numerosos cargos intermedios. Hasta Elna se desplazaron, por ejemplo, Xavier Trias, los compañeros de fuga Lluís Puig y Toni Comín, y el exmiembro de Terra Lliure Fredi Bentenachs.
Puigdemont no lo tendrá fácil. Precisamente ayer, el magistrado del Supremo Pablo Llarena rechazó la recusación interpuesta contra él por Puigdemont, Comín y Clara Ponsatí al considerarla extemporánea. Es el séptimo intento del prófugo de apartar al juez de la causa del ‘procés’, informa Nati Villanueva.
El prófugo reta a los jueces que «se nieguen a cumplir la ley» de amnistía y «adopten una actitud de rebeldía e insumisión»
Avisa de que «no renunciamos a conseguir la plena independencia si esta es la voluntad de los catalanes»
Los datos del CEO catalán reflejan algunas pistas que pueden ser de utilidad a los partidos que tienen pendiente nombrar candidato a los comicios del 12 de mayo. El PSC está en primera posición. Y existe una doble pugna entre ERC y Junts por la segunda plaza y el liderazgo del mundo independentista. A su vez, hay una lucha por la cuarta posición entre el PP, Vox y los comunes. Entre los dos primeros se libra un pulso particular por la supremacía del voto contrario a la independencia. ¿Cómo vota en unas elecciones catalanas un elector contrario al espacio independentista? ¿En qué parámetros se expresa en unas autonómicas el votante de centro-derecha no nacionalista? El sondeo publicado ayer no le concede representación a Ciudadanos, aunque un análisis más pormenorizado no haría descartable una mínima representación por Barcelona. PP y Vox estarían ambos en una horquilla de entre 9 y 13 escaños. Dos ideas. La posición de Vox es más sólida de lo que muchos piensan. Y el crecimiento del PP es inevitable, pero no termina de despuntar. ¿Dónde se produce la batalla? Entre los votantes de Ciudadanos, un tercio dice estar muy dubitativo. Casi un 28% se iría al PP y un 17% al PSC. Entre los votantes populares un 11% está indeciso. Su fidelidad de voto es alta (76%), mientras que los populares aspiran a un 14% de los votantes de Vox. El flujo en el otro sentido es menor: un 6% de quienes votaron PP piensan ahora en Vox, que tiene una fidelidad del 62%. En la disputa de esos flujos cruzados se dirimirá quién es el líder del constitucionalismo catalán y del espacio contrario a la independencia. Y un dato clave: el PSC no tiene votantes que piensen en decantarse por el PP (2%). En el caso de Junts es un 0%.
Ese flujo no existe y es una ensoñación que entronca con la España de 1996, que ya es solo un recuerdo. En el ocaso de CS, el PP ambiciona un gran crecimiento para liderar ese espacio. Pero Vox existe. Y la transferencia entre ambos y sobre los restos de CS será lo determinante. Los votantes de esos tres partidos sitúan la «relación Cataluña-España» como principal problema. El candidato que elija Feijóo tiene que competir en ese espacio. Y no en aspiraciones por ahora espectrales.