ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

Puigdemont reta a ERC y amenaza con otro referéndum unilateral

Se presenta a las catalanas y propone una «lista unitaria» secesionis­ta para «culminar con éxito» la independen­cia Asegura que, si consigue los escaños suficiente­s, acudirá al pleno de investidur­a aunque sea detenido

- DANIEL TERCERO ELNA (FRANCIA)

He decidido presentarm­e a las próximas elecciones». Carles Puigdemont confirmó ayer que se presentará a las catalanes del 12 de mayo y no a las europeas del 9 de junio. Era un secreto a voces alimentado por la dirección de Junts y el propio eurodiputa­do, a partir de la aprobación de la ley de amnistía en el Congreso la semana pasada. Lo hizo desde la localidad francesa de Elna, a 30 kilómetros de la frontera y con un gran simbolismo nacionalis­ta, pues allí se guardaron las urnas antes del 1-O.

Puigdemont reunió a más de mil personas en una conferenci­a para anunciar que el 12-M es una «oportunida­d histórica» para culminar la independen­cia de Cataluña, que él mismo declaró en 2017 tras convocar un referéndum ilegal y antes de salir de España para eludir a la Justicia. Durante su intervenci­ón, defendió que hace seis años y medio se fugó para «evitar que esta institució­n (por la presidenci­a de la Generalita­t) cayera en las garras de los tribunales de excepción».

«Hoy empiezo la cuenta atrás del retorno. Si soy elegido para la investidur­a, dejaré en ese mismo momento el exilio», dijo, al tiempo que era cortado por los asistentes, prácticame­nte todos llegados desde Cataluña, al grito de «presidente, presidente». Para seguir subiendo los ánimos de los presentes a continuaci­ón: «Asistiré al pleno (de investidur­a) del Parlament». Si los números, es decir, los escaños, le dan, claro. Y lo hará, aseguró, aunque los jueces «se nieguen a cumplir la ley» de amnistía y «adopten una actitud de rebeldía e insumisión». Es decir, aunque corra el riesgo de ser detenido. Lo que no aclaró es si volverá antes o después del 12 de mayo.

Por esto, ahora se presenta a la cita que convocó Pere Aragonès (ERC) después de que los comunes y Junts bloquearan los presupuest­os catalanes. Para «culminar con éxito el proceso de independen­cia» porque, aseguró ante un aforo rendido a su figura y que le recibió al grito de «independen­cia», que no le gusta «resignarse» ni busca «lo más cómodo» a nivel personal. Es la hora, aseveró, de «restituir» a quien se fue en 2017 para defender la Generalita­t fuera de España, en el «exilio».

En esta línea, el expresiden­te catalán planteó «una candidatur­a unitaria» para acudir a las elecciones con los partidos independen­tistas, un mensaje directo a la ERC de Oriol Junqueras y Aragonès que, sin citarlos, también criticó, entre otras cosas, por defender propuestas «pintoresca­s y singulares». Pero el propio Puigdemont, que recordó con nostalgia la coalición de Junts pel Sí, que formaron CiU y ERC en 2015, señaló que esta opción es muy difícil. «La lista unitaria tiene grandes resistenci­as. No tenemos el tiempo necesario para vencer estas resistenci­as», reconoció. Sobre este asunto, Puigdemont anunció que la candidatur­a de Junts irá «más allá» de los nombres de los que ahora dirigen y forman parte de esta formación política. «La candidatur­a que encabece tiene que ir más allá de mi partido», indicó, lamentando, eso sí, que «ni Junts ni ERC, yendo por separado, hemos podido ser la primera lista en 2017 y 2021». En 2017 ganó CS con Inés Arrimadas al frente y en 2021, el PSC de Salvador Illa.

Fuentes de ERC rechazaron esta iniciativa a los pocos minutos. «Celebramos que el centrodere­cha independen­tista ya tenga candidato, que ahora también apueste por el referéndum pactado y que sea Carles Puigdemont el que vuelva a encabezar la lista por tercera vez. Le deseamos lo mejor y que el independen­tismo pueda tener un buen resultado el 12-M», apuntaron, criticando que Junts optó por salir del Govern en 2022 y ha votado en contra de los presupuest­os de la Generalita­t para este año. Eso sí, no renuncian a «rehacer puentes».

En cualquier caso, el objetivo de Puigdemont sí es compartido con ERC: el referéndum de independen­cia por las buenas (acordado) o por las malas (unilateral). «Tenemos el deber de intentar acordar un referéndum de autodeterm­inación. Si lo proponemos es porque es tan posible como lo era la amnistía», propuso en la parte final de una intervenci­ón de más de una hora.

«Mejor que en 2017»

Pero añadió: si no «hay voluntad política» del Gobierno de Sánchez para que se celebre el referéndum, «si la vía de la negociació­n no da frutos, si hay dilación en la negociació­n y no da los frutos que esperábamo­s, no renunciamo­s a conseguir la plena independen­cia si esta es la voluntad de los catalanes». Y zanjó: «Ahora lo hemos de hacer mejor. Hemos de prepararno­s mucho mejor».

El ya candidato ‘in pectore’ y líder indiscutib­le de Junts no dudó en lanzar la primera promesa electoral, tras recordar en varias ocasiones que la próxima legislatur­a autonómica (2024-2028) será la que tenga que conmemorar el décimo aniversari­o del 1-O de 2017: «En esta legislatur­a propondrem­os al Estado la celebració­n de un referéndum de autodeterm­inación, en un contexto políticame­nte más favorable del que teníamos en 2017 y con unos aprendizaj­es adquiridos. Pero, al mismo tiempo, trabajarem­os con el conjunto del independen­tismo, el político y el social, para culminar el trabajo que iniciamos y dejamos pendiente en octubre de aquel año».

El contexto, el discurso y la intención política de Puigdemont fueron en clave ‘procés’. Pasó por encima asuntos que, confesó, le preocupan, como «la sequía, la educación, la sanidad, la lengua, la vivienda…». Pero alertó a sus seguidores de que debían configurar un proyecto que «hable de tú a tú» con España y, a la vez, gestione el día a día. A la conferenci­a acudió la dirección de Junts, también los diputados en el Congreso, casi todos los del Parlament y numerosos cargos intermedio­s. Hasta Elna se desplazaro­n, por ejemplo, Xavier Trias, los compañeros de fuga Lluís Puig y Toni Comín, y el exmiembro de Terra Lliure Fredi Bentenachs.

Puigdemont no lo tendrá fácil. Precisamen­te ayer, el magistrado del Supremo Pablo Llarena rechazó la recusación interpuest­a contra él por Puigdemont, Comín y Clara Ponsatí al considerar­la extemporán­ea. Es el séptimo intento del prófugo de apartar al juez de la causa del ‘procés’, informa Nati Villanueva.

El prófugo reta a los jueces que «se nieguen a cumplir la ley» de amnistía y «adopten una actitud de rebeldía e insumisión»

Avisa de que «no renunciamo­s a conseguir la plena independen­cia si esta es la voluntad de los catalanes»

Los datos del CEO catalán reflejan algunas pistas que pueden ser de utilidad a los partidos que tienen pendiente nombrar candidato a los comicios del 12 de mayo. El PSC está en primera posición. Y existe una doble pugna entre ERC y Junts por la segunda plaza y el liderazgo del mundo independen­tista. A su vez, hay una lucha por la cuarta posición entre el PP, Vox y los comunes. Entre los dos primeros se libra un pulso particular por la supremacía del voto contrario a la independen­cia. ¿Cómo vota en unas elecciones catalanas un elector contrario al espacio independen­tista? ¿En qué parámetros se expresa en unas autonómica­s el votante de centro-derecha no nacionalis­ta? El sondeo publicado ayer no le concede representa­ción a Ciudadanos, aunque un análisis más pormenoriz­ado no haría descartabl­e una mínima representa­ción por Barcelona. PP y Vox estarían ambos en una horquilla de entre 9 y 13 escaños. Dos ideas. La posición de Vox es más sólida de lo que muchos piensan. Y el crecimient­o del PP es inevitable, pero no termina de despuntar. ¿Dónde se produce la batalla? Entre los votantes de Ciudadanos, un tercio dice estar muy dubitativo. Casi un 28% se iría al PP y un 17% al PSC. Entre los votantes populares un 11% está indeciso. Su fidelidad de voto es alta (76%), mientras que los populares aspiran a un 14% de los votantes de Vox. El flujo en el otro sentido es menor: un 6% de quienes votaron PP piensan ahora en Vox, que tiene una fidelidad del 62%. En la disputa de esos flujos cruzados se dirimirá quién es el líder del constituci­onalismo catalán y del espacio contrario a la independen­cia. Y un dato clave: el PSC no tiene votantes que piensen en decantarse por el PP (2%). En el caso de Junts es un 0%.

Ese flujo no existe y es una ensoñación que entronca con la España de 1996, que ya es solo un recuerdo. En el ocaso de CS, el PP ambiciona un gran crecimient­o para liderar ese espacio. Pero Vox existe. Y la transferen­cia entre ambos y sobre los restos de CS será lo determinan­te. Los votantes de esos tres partidos sitúan la «relación Cataluña-España» como principal problema. El candidato que elija Feijóo tiene que competir en ese espacio. Y no en aspiracion­es por ahora espectrale­s.

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//INES BAUCELLS Carles Puigdemont, ayer en la localidad francesa de Elna, donde anunció que será el candidato de Junts para las elecciones catalanas del 12 de mayo
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