ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
De intereses y datos
El lector Jesús del Amo escribe acerca del titular publicado el pasado 21 de marzo sobre el cierre del ejercicio económico del Ayuntamiento de Madrid, «Madrid cerró 2023 con un 29% menos de deuda y 154 millones de euros de superávit», explicando que «es totalmente engañoso, ya que ese 29% menos de deuda no es lo que ha pasado el año 2023, es en realidad la variación desde 31 de diciembre de 2018, y lo que realmente ha pasado en 2023 es que la deuda ha aumentado, concretamente en 48 millones».
Tras revisar la noticia, Cris de Quiroga, redactora de Madrid y responsable de la información municipal de la capital en ABC, reconoce que «el lector tiene razón». «En primer lugar, el titular es confuso –añade– porque la reducción de deuda no se consigue en 2023 respecto a 2022, sino que es una comparación con el año 2018» y además «ese porcentaje del 29% está mal –parece ser que esa cifra la dio la delegada de Economía en rueda de prensa, pero no cuadran los números». «Lo correcto sería: ‘2023 cerró con un 12,2% menos de deuda respecto a 2018’», apunta.
De Quiroga también confirma que ya se ha procedido a eliminar la referencia errónea a la reducción de deuda tanto en el titular como en el primer párrafo de la versión digital del artículo.
En este caso, al parecer, la confusión tiene su origen en la fuente: la nota de prensa enviada por el Ayuntamiento de Madrid y la comparecencia inicial de la delegada de Economía, Innovación y Hacienda,
Engracia Hidalgo. Que durante la redacción de la noticia no se chequearan las cifras aportadas es sin duda un recordatorio de la necesidad de revisar siempre los datos ofrecidos por las fuentes y de seguir manteniendo filtros o sistemas de edición eficaces.
El mensaje del señor Del Amo tiene, además, la virtud de recordar dos aspectos críticos en el trabajo de la Redacción. El primero, la necesidad de ser particularmente cuidadosos con el tratamiento y la interpretación de los datos, asunto que ya ha sido objeto de otras columnas a lo largo de este año. Si se aspira a que el lector tenga acceso a una información rigurosa y de calidad que le permita tomar decisiones informadas, la inmediatez o la prisa no justifican nunca ofrecer datos que no hayan sido contrastados y correctamente contextualizados.
El segundo aspecto tiene que ver con la confianza que se deposita en las fuentes oficiales. En el ambiente político actual, no escapa a nadie que los poderes públicos intentan hacer un uso partidista de la información, que acaba convirtiéndose en un arma arrojadiza contra el adversario político. En este caso, parecer ser que, a las preguntas de otros periodistas, la señora Hidalgo acabó dando el dato del incremento de la deuda respecto a 2022, pero como reconoce De Quiroga, «el interés del Ayuntamiento estaba más en comparar los números de 2023 con los de 2018, cuando gobernaba Carmena». Esta reflexión confirma la necesidad de una visión crítica y una distancia saludable respecto a cualquier fuente, que está en la esencia misma del ejercicio periodístico, más si cabe cuando se percibe un interés en el uso de la información.
En cualquier caso, un periódico como ABC, que aspira a seguir siendo un referente de calidad en la prensa española, debe encontrar aquí una nueva llamada a seguir trabajando para sus lectores con los estándares de excelencia más rigurosos. Para ello, y en un entorno donde los datos se han convertido en una realidad habitual en la práctica totalidad de los ámbitos, hay que asegurarse de que la Redacción cuenta con los medios necesarios para hacer frente a la enorme afluencia de información de carácter numérico. Esta competencia es, además, una garantía de libertad frente a los intereses de las fuentes, ya que sus afirmaciones o sus datos podrán ser luego objeto de un análisis crítico, profundo y detallado.
Los lectores demandan, una vez más, atención y cuidado a la hora de elaborar las noticias, cosa que, estoy segura, siempre está presente en el ánimo de la Redacción pero que nunca está de más recordar.